Unos 20.000 kilómetros separan a la República Argentina de Japón. Y si bien en el petitero barrio de Minato, en Tokio, hay una embajada criolla en tierras niponas, Hide "Naka" Nakandakari entroniza la idea de embajada ambulante. Es que él, en sí mismo, es un representante de ambas culturas y esas millas distantes terminan sintetizadas en diferencias y similitudes, miradas contrapuestas, culturas con algo en común, poco en común, nada en común; y que, vía Japatonic LITE, su canal de YouTube, quedan a mano para su mejor comprensión.
"Quería convertirme en un referente de la cultura japonesa en español y ser un puente de conexión entre Argentina y Japón", cuenta Naka, generador de contenido nikkei nacido en Constitución, con jardín de infantes cursado en Okinawa, una niñez y adolescencia conurbana y berazateguense y con 16 años encima en tierras japonesas. Hoy, a sus 36 años vive en Yokohama, y su canal nacido en pandemia se erige en el top de los canales hispanohablantes de cultura japonesa en español.
► "Videos cortos y llamativos"
Naka no es un rostro nuevo en la plataforma ya que, durante mucho tiempo, junto a un grupo de amigos exprimió el costado social, humorístico y en primera persona de la vida en Japón y sus vicisitudes. Ahora, en esta renovada etapa en solitario, Naka sacó a relucir un costado periodístico que mezcla el vlog con la crónica.
"Estaba re podrido del viejo canal. El grupo de amigos se había separado, algunos volvieron a Argentina y de forma remota no nos funcionó. Nuestro tope fue cuando fuimos a la Argentina. Tomé la decisión de dejar YouTube o renovarme. En mayo de 2020 me hice la autopromesa de hacer un canal desde 0, y si en un año no llegaba a los 100.000 suscriptores, dejaba YouTube", cuenta.
Y no sólo lo hizo en seis meses, sino que ahora, a poco más de dos años de esa promesa, ya junta casi 600.000 seguidores. "Hago videos cortos, llamativos", dice, mientras bebe un sorbo de juguito de naranja y zanahoria. A la sazón, el primero de sus videos en convertirse en viral fue el que, justamente, habla de carne argentina en Japón. "Fui a desmentir el rumor que decía que la carne argentina salía unos 100 dólares el kilo. Costaba un tercio de eso. Con ese video, llegué a 300.000 suscriptores en un mes. Y ahí empezó todo", Naka dixit.
Entre su contenido más resonante se destacan las exploraciones por barrios ("Al del barrio más rico de Tokio no le tenía nada de fe y es el que más llegó a viralizarse"), las recorridas de morfi ("La comida es el mejor transporte cultural"), los suicidios ("Son el estigma de Japón") y algunos informes que superan el millón de espectadores como la vida de los homeless, la mafia Yakuza, la prostitución, entre otros. "Me enorgullecen los informes y son los más vistos", continúa.
► Todo es contenido
El canal Japatonic LITE fue formándose de a poco, de forma natural. "Los primeros videos eran súper básicos, con boludeces cotidianas. Me di cuenta que estaba funcionando el contenido más picante. Todos sabemos que Japón es anime, guita, tecnología, muchas cosas positivas. No necesitás decir que Japón es re copado. Mucha gente cree que no me gusta Japón. No es así. Me parece interesante conocer los contraste detrás de la perfección. Te enamorás físicamente de Japón, de las luces, de caminar tranquilo, todo es lindo. Pero viviendo en el país te vas enterando de sus mierdas. Es un balance", describe.
A pesar de su éxito, Naka sigue trabajando como electricista -sí, la vida en Japón es muy, muy cara y eso lo aprendimos gracias a él-, ya que la mayoría de los espectadores de su canal son sudamericanos y la plataforma le paga menos las reproducciones. "Tengo un amigo japonés con 10 veces menos seguidores que yo y puede vivir de su canal", señala. Por lo demás, de lunes a viernes labura junto a su hermano, los fines de semana los dedica a grabar y a pasar tiempo junto a su novia.
En 2019, después de 13 años lejos de Argentina, Naka volvió al país: esta vez, de vacaciones. "Fue una de las experiencias más hermosas y estresantes de toda mi vida", tira. Aquí, metió visitas a familiares, amigos y seguidores, además asistió a eventos y grabó varias cosillas. Dice: "Fue un mes de 'laburo vacacional'. Me gustaría volver y le pondría el doble de compromiso".
Asimismo, Naka despunta el vicio del stream en Twitch. Un espacio que, en parte, se convirtió en su catarsis. "Respondo a los haters con argumentos. No a los que me putean. Pero para mí es como una terapia. El 99 por ciento de las cosas que dicen son positivas, pero tengo un TOC, y ese 1 por ciento de comentarios negativos no me gusta. Es algo muy personal. Y, de alguna manera, esto también es contenido", se sincera.
Todo Japatonic LITE es, en suma, una herramienta de difusión cultural. Un punto de vista profundamente distinto al típico canal proselitista, naif o ñoño: "El contenido del canal es muy variado. Priorizo siempre el contenido informativo. Son los que más funcionan y más me gusta ver. ¿El que menos? Turismo, salir de joda con amigos y anime. El canal no es de contenido otaku. Si te gusta la cultura japonesa, este es tu canal. Si no te interesa, voy a hacer que te interese", se ensancha.
Entretanto, su mirada desprejuiciada y honesta lo lleva a conocer las entrañas de la cultura oriental. Y, en ese camino, se sorprende, encandila y zapatea: "Japón es el país más avanzado y retrógrado. Es la mezcla de las dos cosas. Japón vive en su burbuja. Y los contrastes son muy fuertes: tenés un shopping moderno, a una cuadra un callejón sucio y a unos metros un templo de mil años. Parece Blade Runner, es un país medio cyberpunk".