El rol de la primera dama volvió a ser tema de debate cuando el Gobierno de Chile eliminó por ley el “Gabinete de la primera dama”, después de que Irina Karamanos, pareja del presidente Gabriel Boric, manifestara que no quería llevar ese mote. Algunos de los cuestionamientos en torno al término son por qué se sigue usando un título que deviene del vínculo afectivo o familiar con el jefe de Estado y cuál es su verdadero rol.

La figura de la primera dama, así como la del primer caballero, está basada en el rol de la reina o rey consorte de las monarquías europeas, que es como se nombra a “aquel que llega al poder acompañando a la máxima autoridad sin haber sido elegido para esa posición”, explicó el historiador Esteban Ocampo a GO Noticias.

En ese sentido, Julio Sierra, autor del libro “Primeras Damas de Argentina” (2000), criticó que “mientras que el presidente o presidenta llega al poder en virtud de su carácter de ciudadano dentro de un sistema democrático, su cónyuge lo hace solo por derecho de casamiento".

Si bien el mandatario es quien es elegido a través del voto directo y no su pareja, el sociólogo Pablo Romá indicó que “no se puede negar una representación conjunta”. “Hay que asumir que el rol conlleva un criterio político, no solo durante el mandato sino también desde las campañas electorales”, consideró.

“La discusión en torno al rol del cónyuge presidencial tiene que ver con el proceso de cambio que está atravesando la sociedad. Aunque en términos políticos sigue prevaleciendo lo conservador, es momento de plantear la forma en la que se lleva a cabo este rol”, añadió.

"El mundo y los tiempos pusieron a la pareja presidencial en ese lugar de privilegio”, agregó Damián Faccini, especialista y consultor en ceremonial, protocolo, usos y costumbres. “Tanto el primer mandatario como su acompañante representan al pueblo y uno ya sabe cuando lo vota”, señaló.

Sin embargo, también reconoció que “en tiempos donde la tendencia es la de abandonar las formalidades y evitar los estereotipos, resulta incómodo hablar de primera dama o primer caballero. El ceremonial y el protocolo deben adaptarse y es preciso abordar el rol desde otro espacio”.

Origen del término "primera dama"

Si bien algunos historiadores consideran que las funciones de esta figura están inspiradas en las del rey y reina consorte, otros aseguran que el rol tiene más que ver con la república que con la monarquía. “El presidente es el primer ciudadano, por lo que su mujer pasa a ser la primera dama de la república”, dijo a GO Noticias la historiadora Ema Cibotti.

La primera vez que se usó la expresión "primera dama" para referirse a la esposa del presidente de una república fue en 1877 en Estados Unidos, en un artículo periodístico de Mary Clammer Ames sobre la asunción del presidente Rutherford Hayes.

Sin embargo, el término no se popularizó sino hasta el estreno de la obra de teatro “La Primera Dama en la Tierra” (“The First Lady in the Land”) en 1911 sobre la vida de Dolly Madison, esposa del cuarto presidente norteamericano, James Madison, que gobernó desde 1809 hasta 1817.

El rol del cónyuge presidencial en Argentina

En Argentina, el cónyuge presidencial no es considerado un funcionario público ni recibe un sueldo del Estado. Sin embargo, las dispersas normativas que existen sobre su papel indican que quien ocupe este rol tiene derecho a recibir asistencia de la secretaría General de la Presidencia, a ser custodiado por la Casa Militar y a hacer uso de determinados bienes y servicios que se sustentan con fondos públicos.

A su vez, esta figura está sujeta a también a normas éticas. Entre ellas: no puede aceptar regalos que se aparten del régimen oficial y debe utilizar los recursos públicos “de forma racional, evitando abuso o derroche”. Estas tareas y obligaciones fueron compiladas en un informe de la Oficina Anticorrupción (OA) en 2017.

Romá explicó que el rol del cónyuge presidencial es protocolar. “Los protocolos, al igual que la legislación, corren atrás de los procesos sociales. Esta figura tiene ciertos privilegios que de alguna manera son correctos porque no tiene el rol de cualquier ciudadano”, dijo.

Por su parte, Faccini remarcó que si bien no hay una normativa escrita, hay funciones que se esperan de quien ocupa el rol de la primera dama: prestar atención a la vestimenta, al peinado, a los accesorios, a la oratoria, al lenguaje verbal y no verbal, a la puntualidad y a la amabilidad. "Nos representa tanto en el país como en el exterior y debe valerse de las mismas impresiones que un invitado destacado que colabore con el rol oficial", indicó.

¿Se puede rechazar el rol de primera dama o primer caballero?

Al no haber una normativa clara en Argentina sobre este papel, este título se adjudica por costumbre y, por lo tanto, el cónyuge presidencial tiene cierta libertad para adaptar el rol a su medida. En general, las primeras damas en el país optaron por dedicarse a tareas sociales y benéficas, a presidir organizaciones sin fines de lucro y a acompañar al mandatario en actos ceremoniales.

Hasta el siglo XX, no hubo una primera cónyuge presidencial que haya alcanzado notoriedad. En 1946, con Eva Perón, la función adquirió una nueva dimensión alejada de los asuntos domésticos y ceremoniales, con una impronta que la llevó a construir su propio poder político.

Otro antecedente clave en el rol de las primeras damas fue marcado por Cristina Fernández, esposa de Néstor Kirchner. Cuando éste llegó a la presidencia en 2003, Cristina renegó del título y pidió que no la llamaran “primera dama” sino “primera ciudadana”.

Además, Cristina fue la primera y única mujer que llegó a ser esposa de un presidente con una carrera política propia, porque en ese entonces ya era senadora nacional por Santa Cruz.

Luego, en junio de 2007, antes de que el Frente para la Victoria definiera la fórmula para las elecciones de ese año, Néstor Kirchner —sin precisar si iría o no por la reelección— usó por primera vez la expresión “primer caballero”. “No sé si me tocará ser primer caballero, primera dama o presidente en la etapa que viene, pero sé que este amado pueblo va a llenar las urnas de buena memoria”, dijo en un acto en San Juan.

El viaje que hizo Juliana Awada con el helicóptero oficial

Juliana Awada, esposa del expresidente Mauricio Macri, generó una gran polémica en torno del rol de la primera dama cuando, en 2017, usó el helicóptero oficial para regresar al país tras vacacionar en Punta del Este con su hija Antonia.

Ante la polémica en las redes sociales por el uso del helicóptero presidencial, desde la Casa Rosada explicaron que corresponde que la familia presidencial use la aeronave asignada al mandatario. "La familia está ajustada a un protocolo de seguridad, por una cuestión de Estado", se indicó.

A raíz de esto, la O.A., por entonces a cargo de Laura Alonso, defendió el comportamiento de Macri y Awada y ratificó: “El jefe de Estado y su núcleo familiar están protegidos por la Casa Militar, que les brinda los servicios de seguridad. Sus traslados deben realizarse en vehículos oficiales, por lo tanto está cubierto por la Ley de Ética”.

"La Primera Dama se convierte en un referente institucional y no es solo su persona la que está en juego sino la institución a la que representa”, agregaba el informe, que también enumeraba las tareas y obligaciones del cónyuge presidencial.