El “Cuchi” Leguizamón, Charly García, Raúl Carnota, el “Indio” Solari, Violeta Parra y Regina Spektor están en la mira presente de Cecilia Zabala. En ellos piensa, y de ellas tomará canciones para musicalizar el Café Berlín (Avenida San Martín 6656) este domingo a las 20, en un concierto íntimo que rotula como solo set; guitarra más voz. “Es una propuesta íntima y potente, que convoca al público a un ritual en búsqueda de la belleza”, sintetiza la cantautora que, por supuesto, también incluirá en el repertorio piezas suyas, de esas que tiene a raudales.
Que grabó no solo para sus cinco –y muy buenos—discos solistas (Aguaribay, Pendiente, Presente infinito, Violeta y El color del silencio), sino también para los compartidos: Halo de luz, con el dúo Álvarez-Zabala; Milonga sin palabras, como parte del dúo Las Morochas, y Fronteras, gema forjada junto al pianista francés Phillippe Baden Powell. “Me encanta pensar cada concierto desde temáticas que nos atraviesan a todos”, detalla. “Desde que pude volver a realizar shows presenciales después de la pandemia, pude conectar a algunos de ellos con el momento del año que estábamos viviendo. Y como este es el momento del solsticio de invierno, el show estará coloreado con sus texturas… con ese estado de introspección y la certeza de ir caminando, poco a poco hacia la luz”.
Se puede intuir sin temor a errar que tal repertorio apuntará a esos sabios cruces entre jazz, tango y bossa que Zabala suele proponer en discos y conciertos con las músicas de raíz latinoamericanas en el timón. También habrá lugar para piezas de estreno. Una de ellas se llama “Resistencia”, y consiste en un tema instrumental suyo, al que Miguel Cantilo le puso letra a posteriori. Otra de nombre "Corazón de nuestro pueblo", que Zabala escribió el mismo día en que Diego Maradona partió de este mundo, y una tercera llamada "Lullaby" –canción de cuna-- inspirada en su pequeño hijo Ulises. “Si hay algo que estoy aprendiendo de la maternidad es que ni las cosas ni los tiempos son los que uno cree o espera, y que todo se va dando en su debido momento… es cuestión de esperar y estar abiertos para recibir lo que viene”, reflexiona la reciente mamá. “Además, tampoco es necesario correr detrás de espejismos, sino que es mucho mejor conservar la calma y mantener encendida la llama del presente, porque lo vincular desde una entrega amorosa, empática y respetuosa es lo más valioso que tenemos”.
--¿Cómo se vincula entonces la maternidad con la música, en tu caso?
--Como una revolución desde el núcleo mínimo… esto se refleja en mis shows, en la relación con el público, en mis nuevas canciones y en los discos por venir, sin dudas.
Uno de los discos por venir es un EP con músicas nuevas a formato trío con dos músicos estadounidenses. Dos “Eugenios”, Uman al piano y Friesen, en cello, con quienes Zabala compartió conciertos durante su última gira por Estados Unidos. El otro trabajo que la cantautora tiene enfrente, a punto de concretar, consiste en canciones compuestas en coautoría con Juan Falú, Yusa, Javier Ruibal y el mismo Cantilo, entre otros. “Como el resto de mis discos, ambos trabajos se tratan de pequeños-grandes pasos en este caminar en la música que aún continúa… son como fotografías de mi identidad en cada momento, y también desafíos que me impulsan a seguir creando”.
Además de echar a andar ambos proyectos, la inquietísima Zabala está a punto de finalizar una Beca del Fondo Nacional de las Artes, vinculada a la realización de arreglos de músicas suyas para Orquesta de Cuerdas. También sostiene en pleno desarrollo el proyecto “Conectando Universos”, una serie de encuentros mensuales, y en vivo a través de Instagram, del que ya han sido parte Teresa Parodi, Juan Falú, Liliana Vitale, Ernesto Snajer, Quique Sinesi y Carolina Peleritti, entre otros y otras. “Es un ciclo de charlas en vivo que hago en mis redes sociales desde la época de pandemia, y aún continúa. En cada uno de los encuentros conversamos sobre procesos creativos, experiencias, historias de vida, proyectos... e incluso a veces hasta se estrenan músicas. En fin, lo que más me cautiva de ese espacio es cómo, en un clima relajado, podemos llegar a hablar de temas profundos que por ahí parten de un lugar artístico-musical pero que también tocan lo político-social, y que nos invitan a reflexionar sobre los motivos por los cuales hacemos lo que hacemos, o caminamos en una u otra dirección. Es algo realmente inspirador para mí”, enfatiza Zabala, sobre el contenido de los encuentros que permanecen en las redes.
--Tuviste una pandemia muy productiva, por lo visto…
--Muy, sí. Durante ese período también pude hacer realidad un proyecto al que llamé "Cocina de Canciones" que consistió en arreglar y grabar, en audio y video, músicas que me influenciaron y que no tienen directamente que ver con el folklore. Hablo de temas de Charly García, de Raúl Carnota, del “Flaco” Spinetta o del Indio Solari y de otras de Joni Mitchell, Djavan o Jorge Drexler que se han sumando en los últimos tiempos. De hacer se trata, al cabo.