El realizador Gustavo Postiglione, que acaba de estrenar El Presi, última obra teatral de su cosecha, pareciera definir ya una forma de trabajo que en los últimos años dialoga entre el lenguaje cinematográfico y la escritura dramática. "Hace más de un año me encontraba trabajando con un grupo de actores sobre una obra teatral (que todavía estoy re escribiendo). Durante unos días consumí en exceso programas periodísticos e informativos de la televisión, y una serie de noticias políticas que estimularon mi escritura de El Presi, hasta que le propuse a los actores suspender los ensayos de la obra y filmar la película", dijo a Rosario/12 el creador de Brisas heladas.
La propuesta surge, según el director, como una necesidad de hablar con humor de ciertas cosas que tienen que ver con la realidad, pero desde una perspectiva deformada. El Presi intentará confrontar con el público sobre temas o situaciones que podemos encontrar o descubrir como parte de la vida social y política de nuestra sociedad, como así también podría acontecer en cualquier otro lugar del mundo.
"La película y la obra transcurren en la noche previa a que asuma el presidente, con la diferencia de que la película lo hace arriba del auto del Presidente, y la obra de teatro, en el bunker del Presidente. En la obra hay menos personajes que en la película; en el cine la aparición durante unos pocos minutos de un personaje funciona, pero en el teatro necesito que los personajes se desarrollen con más tiempo, concentrándome en aquellos que efectivamente son fundamentales para el relato", dice Postiglione al evaluar las diferencias entre los dos formatos.
El Presi, que podrá verse todos los viernes de junio, julio y agosto a las 22 en el Teatro La Morada (San Martín 771) cuenta con las actuaciones de Jorge Ferrucci, María Celia Ferrero, Ariel Hamoui, María Eugenia Ledesma, Juan Nemirovsky y Juan Pablo Yevoli.
El elenco de esta pieza teatral recibió el aporte de Sandra Majic en la asistencia de dirección y producción, Carolina Cairo en escenografía, Alejandro Ghirlanda en diseño de iluminación: Florencia Marting, responsable del vestuario, Ana Julia Manaker hizo la prensa y Beltrán Ruiz participó como productor asociado.
"Si bien la obra habla de un Presidente que está a punto de asumir, no hay alusión a un presidente en particular, al menos esa no es mi intención", aclaró el director, que ve en el protagonista a un político que tiene muchas características de ciertos personajes reconocibles en nuestra realidad como en la de otros países".
"Alguien me dijo que el personaje tenía algo del (presidente) brasileño Temer y también algo de (su par estadounidense, Donald) Trump", dijo Postiglione a este diario, al plantear que "es probable que más de uno vea a Macri en El Presi,pero no porque la obra esté inspirada en él sino porque plantea que un tipo con pocas luces puede ser presidente y de alguna manera eso es lo que sucede en nuestro país".
A la hora de analizar una de las estrategias utilizadas para armar esta propuesta, el director reconoce el papel del humor que según su visión, atraviesa toda la obra y que es la única manera de abordar un tema de estas características para evitar caer en una crítica solemne o en un planteo de corrección política: "Es una obra de humor más cercana a la media sonrisa que a la carcajada, aunque haya situaciones que pueden ser muy graciosas", dijo Postiglione.
"El teatro me da lo que no me da el cine: un gran tiempo para ensayar y probar, como así también deslindarme de la presión que significa hacer una película; en el teatro siento que puedo relajarme porque sé que si las cosas salen bien las disfruto en el momento, y si salen mal tengo la posibilidad a la semana siguiente de tomar revancha", dice este prolífico creador reflexionando sobre los cruces de lenguajes en su carrera artística.