La historia queda marcada por hechos o situaciones que prevalecen en el tiempo, en todos los ámbitos de la vida. Las disciplinas deportivas no son ajenas a esta situación, y también cumplen un rol fundamental en todas las épocas.
El caso de Eugenia De Armas, esquiadora acuática especializada en wakeboarding, así lo indica. La competidora de 23 años, nacida en Escobar, es profesional desde los 16 y fue la primera mujer en los anales en bajar un doble giro completo.
De Armas (atleta Red Bull) consiguió la medalla de oro en los Juegos Suramericanos 2018 y los Juegos Panamericanos 2019, fue 3ª en el Campeonato Mundial IWWF 2019 y ganó el Panamericano de wakeboard que se hizo este año en Porto Alegre, Brasil. En este momento está entrenando en México como previa a The World Games, en donde competirá en la categoría freestyle femenino.
En su 40º edición, The World Games se harán del 7 al 17 de julio en Birmingham, Estados Unidos. Allí competirán 3600 atletas de más de 100 países en 34 disciplinas. Y a partir del 20 de julio participará en el Mundial de Italia.
La atleta dialogó con Líbero sobre estos compromisos que le toca afrontar, y destacó cuál es su meta para este año.
--¿Qué fue lo que te llevó a incursionar en el esquí acuático?
--Todo empezó básicamente con mi hermana. Ella le tenía miedo al agua, y mis padres buscaron que sea un juego meterse en el agua. Entonces ella empezó primero, y como lo que hace una lo hace la otra yo la seguí. Mi motivación fue pelear a mi hermana, jaja. Y a las dos semanas de estar en el mundo del wakeboarding, solo con ir derecho al agua, nos invitaron a nuestro primer torneo Nacional, y un certamen fue llevando a otro y a otro. Y sin darnos cuenta estábamos en mundiales compitiendo las dos juntas.
--¿Vos eso lo ibas tomando como un hobby?
--Sí, al principio era un juego. Inclusive, la primera vez que fui a un Mundial lo seguía siendo. Y cuando me ganaron absolutamente todas me agarró el interés de querer estar entre las mejores.
--¿A partir de ahí te enfocaste en lograr títulos o fueron llegando sin proponértelo?
--El 100 por ciento fueron llegando. Tal vez mi entrenador tenía todos los trucos planificados en la cabeza, pero yo iba con mi pasada en cada competencia y no pensaba en otra cosa. Por eso los logros fueron llegando solos y no los tenía pensados.
--¿Te pusiste una meta deportiva?
--Mi sueño de chica fue ser campeona del mundo, y me parecía lejano. Pero en el Mundial de 2019, en Abu Dabi, quedé tercera y me di cuenta que no era tanto un sueño y que podía ser un objetivo. La meta ahora es ser campeona del mundo.
--¿Podés sostenerte económicamente con esta disciplina?
--Tengo el apoyo del Enard (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) desde el 2014, y me ayudan a estar en las competencias, y también a entrenar afuera de Argentina y dentro del país también. En ese sentido el apoyo fue muy bueno. Como las competencias del Enard no son las únicas que tengo, también doy clases de esquí y con esas clases puedo competir en otros lugares.
--¿Pensaste en estudiar alguna carrera al mismo tiempo que competís?
--En una época, el Enard me confirmó que me podía apoyar con mis estudios en la Universidad Siglo 21, a distancia, y me metí por mi abuela. Ella me insistía que tenía que estudiar. Al principio empecé a estudiar periodismo, y cuando llegué a Argentina para rendir los exámenes presenciales se me complicó: me invitaron a una clínica en Paraguay, a un torneo Nacional en Misiones, y me di cuenta que para estudiar tengo tiempo, y con el deporte no tanto.
--¿Cómo planificás el año?
--Desde el 2014 voy buscando el verano, el calor. Hasta hace unos años el destino era Orlando (Estados Unidos), y hace un tiempo cambió a México. La idea es estar con ese clima para poder entrenar mejor y con tranquilidad.
--¿En qué época estás en Argentina?
--Trato de estar para el 5 de diciembre, que es justo el cumpleaños de mi papá, y después cuando llega abril, que empiezo a usar un buzo, viajar para allá.
Para ella, que le inviten a los World Games "es un reconocimiento muy grande, y cuando más va pasando el tiempo una se da cuenta de lo importante que es. El nivel de las chicas con las que voy a competir es muy alto. A comienzos de año era una competencia más para mí, y tenía la cabeza en el Mundial de Italia, pero mientras va pasando el tiempo empieza a tener la misma prioridad".
Como el wakeboarding no es una disciplina olímpica por el momento, De Armas no se resigna a que pronto pueda pertenecer al programa del Comité Internacional. "Sueño también con que el wakeboarding pueda ser una competencia olímpica y poder estar en unos Juegos. En 2019 quedé primera en los Juegos Panamericanos de Perú y eso motiva mucho para seguir alcanzando podios. En los Juegos de Tokio casi ingresa wakeboarding cable, que es otra modalidad, no la de lancha como la mía. Pero de todas maneras podría participar en cualquier especialidad. Sería una alegría inmensa estar en un Juego Olímpico".