El cantante estadounidense R. Kelly continuará bajo vigilancia suicida en una prisión de la ciudad de Nueva York luego de ser condenado a 30 años de prisión por crimen organizado y abuso y tráfico sexual.

Según el canal CBS, que accedió a documentos legales enviados al Tribunal Federal neoyorkino, la abogada del artista presentó papeles en los que reclama que su cliente está bajo vigilancia en el Centro de Detención Metropolitano "únicamente con fines punitivos y debido a su condición de recluso de alto perfil".

En este sentido, la letrada Jennifer Bonjean aseguró que, hasta el momento, el intérprete "no ha tenido pensamientos de hacerse daño".

"Las condiciones de la vigilancia del suicidio pueden ser apropiadas para las personas que realmente corren el riesgo de lastimarse, pero son crueles e inconstitucionales, según la Octava Enmienda (de la Constitución), para quienes no tienen tendencias suicidas", argumentó Bonjean.

De inmediato, la fiscalía federal respondió con un documento en que rechaza las alegaciones de la defensa y asegura que la vigilancia es para proteger a Kelly porque "las circunstancias" de su vida actual "sin duda traen angustia emocional".

"Es un ofensor sexual convicto que ha sido sentenciado a pasar las próximas tres décadas en prisión", indicó en el documento la fiscal Melanie Speight.

De esta manera, la fiscal Speight recordó que el famoso artista enfrenta aún otro juicio en un tribunal federal en Chicago por cargos relacionados con pornografía infantil.

El miércoles pasado, la estrella del R&B de la década de los años 90 fue sentenciado a pasar 30 años en prisión efectiva, casi nueve meses después de que fuera declarado culpable en un proceso que se prolongó durante seis semanas y en el que decenas de personas testificaron en su contra.