El eje de Mujeres Incentivando Arte es el de unir proyectos, iniciativas y manifestaciones “lideradas por mujeres”. El verbo se enfatiza para dejar en claro que no es excluyente. “Estamos en contra del macho, no del hombre”, coinciden. “Algunos amigos que se enteraron de esta actividad me preguntaban si podían ir. Hay una desinformación premeditada para hacer creer que lo nuestro es una guerra de géneros. ¡No se coman ese verso!”, arenga Rocío Cuevas. “Las mujeres somos intensas, es cierto, pero en todo caso el desafío es lograr que esa intensidad no se desborde, sino que fluya”.

“Es necesario romper con los discursos armados, y para eso no queda otra que exigirnos a nosotras mismas otro tipo de acción e intervención. Involucrarnos significa someternos a los cuestionamientos que nos impone el arte establecido. Dicho de otra forma: hay que abandonar la mecánica de ir a cantar, subirte al escenario y, una vez que terminaste, volverte a tu casa como si tu trabajo ya estuviese concluido”, agrega Karen Pastrana.

Es que, según ellas, la rabia se convierte en un cartel, luego ese cartel es compartido por una organización y, después, la organización sale a la calle para volverse visible. “A veces nos quieren hacer creer que tomar los espacios públicos significa una molestia o una afrenta a ‘los derechos de los otros’. ¡Pero si acá no hay ‘unos’ de un lado y ‘otros’ del otro! Somos todos víctimas de un discurso hegemónico que no admite voces disonantes”, concluye Karen.