La revancha de lo que había sucedido en la Copa Argentina finalmente no llegó para Boca. El equipo no pudo hilvanar su tercera victoria consecutiva en el torneo, en este caso ante Central, y dejó pasar una buena oportunidad para afirmarse en el certamen. Pero más allá de que dejó su posición de escolta en la tabla de posiciones, lo más preocupante fue su nivel de juego, que también bajó algunos escalones. La victoria como visitante que había conseguido luego de nueve meses, no tuvo el efecto necesario para que el envión anímico continuara ayer frente a los rosarinos.
Y teniendo en cuenta que tendrá que afrontar tres clásicos (San Lorenzo, Racing y River) de manera consecutiva, el panorama no es el mejor. Boca no termina de definirse como equipo, y desconcierta en cada una de sus presentaciones, con desempeños para el elogio y para el olvido en igual proporción.  
El punto central radica en la falta de un conductor definido. Como Tevez, el único que recorre la cancha de manera vertical, está entre ser el encargado de trasladar la pelota y un definidor más junto a Benedetto, ningún otro es capaz de administrarla con criterio y de manera acertada. La función de enlace recae en Pablo Pérez, que no es precisamente uno de los que pueda ofrecerle profundidad al equipo. El uruguayo Bentancur es el que más responsabilidad tiene en ese aspecto, pero su apatía y falta de carácter no le permiten explotar sus condiciones técnicas. El jugador casi le termina dando el triunfo a Central, cuando enganchó en el área y perdió la pelota ante Camacho, pero Sara lo salvó.

DyN
El tumulto que se armó luego del gol de Central fue provocado por el colombiano Gutiérrez.

El local hilvanó dos jugadas colectivas en el primer tiempo, y ambas terminaron con remates en el travesaño. El otro tiro en el palo fue por un córner ejecutado por Pavón que sorprendió al arquero Sosa. Después de eso, el equipo ya no pudo llegar con acciones combinadas al área rival, y sólo ofreció algunos tiros de media distancia como arma más peligrosa. El gol llegó por un error de Gissi en la salida, que aprovechó Benedetto para definir de manera brillante.
La alegría le duró apenas seis minutos a Boca. Lo Celso habilitó magistralmente a Gutiérrez, quien convirtió con un remate de media vuelta. Lo que hizo después el colombiano fue condenable: festejó el gol haciendo el gesto de la banda que posee la camiseta de River. El tumulto que se dio después terminó con él y con Centurión expulsados. 
Central tiene más claro lo que debe hacer en la cancha, y eso dejó expuesto al conjunto de Barros Schelotto, que cortó la racha de éxitos que mantenía como local en el campeonato. Para asumir lo que viene de aquí hasta el receso, tendrá la necesidad de exhibir algo más frente a adversarios de mayor envergadura.


 Claves

  • El mayor inconveniente que tuvo Boca fue que careció de un jugador con capacidad para armar el juego ofensivo. Si bien Bentancur intentó tomar esa función, en ningún momento lo logró.
  • La falta de inventiva de ambos equipos en el momento de construir en ataque, principalmente en el segundo tiempo, se notó demasiado. De esa manera, el juego se hizo monótono.
  • Carlos Tevez fue apenas el que pudo sobresalir, dentro de un nivel muy irregular de ambos planteles. El delantero participó en las jugadas más profundas que ofreció Boca.