El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, instó ayer a Qatar a detener su financiación del terrorismo y volver a la comunidad de naciones responsables, con un duro mensaje que contrastó con el intento de su secretario de Estado, Rex Tillerson, de rebajar las tensiones en el Golfo Pérsico.
“Ha llegado la hora de llamar a Qatar a detener su financiación del terrorismo. Tienen que acabar con esa financiación y con la ideología extremista”, dijo Trump en una conferencia de prensa conjunta con su homólogo de Rumania, Klaus Iohannis. “Qatar, te queremos de vuelta en la comunidad de naciones responsables”, agregó Trump.
El mandatario dijo que Qatar ha sido históricamente un país que financió el terrorismo a un nivel muy alto, y aseguró que su gobierno está decidido a atajar el flujo de fondos a las actividades extremistas en el mundo. “Quiero llamar a todas las naciones a detener inmediatamente la financiación del terrorismo. No nombraré a otros países, pero no hemos terminado en la tarea de presionar a las naciones que se impliquen en esa práctica”, aseguró Trump. “Mi principal deber como presidente es mantener a nuestra gente a salvo”, indicó Trump, y prometió que hará todo lo posible para detener la financiación, detener la enseñanza del odio y detener los asesinatos.
El mandatario agradeció a su “amigo” el rey Salmán de Arabia Saudí y a todos los países que participaron en la histórica cumbre regional a la que asistió durante su visita en mayo a Riad. “Nunca ha habido nada como esa cumbre, y quizá nunca lo vuelva a haber. Ojalá sea el comienzo del fin de la financiación del terrorismo, lo que por tanto sería el comienzo del fin del terrorismo”, agregó Trump.
La firme demanda de Trump a Qatar llegó minutos después de que su secretario de Estado, Rex Tillerson, tratara de rebajar las tensiones en la región al pedir a Egipto, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Baréin que suavicen el bloqueo contra ese país. En una declaración a la prensa desde el Departamento de Estado, Tillerson instó a las partes implicadas en la disputa diplomática a tomar medidas inmediatamente para rebajar las tensiones y comenzar un “esfuerzo de buena fe” para resolver sus respectivas quejas.
Pese al contraste entre el equilibrio diplomático de Tillerson y el tono duro contra Catar de Trump, un alto funcionario estadounidense insistió en que sus declaraciones no son contradictorias. “Tienen la misma postura”, aseguró el funcionario, quien pidió el anonimato, en declaraciones a los periodistas en el avión que llevaba a Trump a pasar el fin de semana a Nueva Jersey.
La fuente subrayó que, en sus llamadas con líderes del Golfo Pérsico esta semana, Trump transmitió un mensaje coherente con el enviado por Tillerson respecto al bloqueo económico sobre Catar, pero quiere ser claro en su denuncia de la financiación del terrorismo. “A lo largo de la historia, Estados Unidos ha expresado muchas veces duros mensajes y ha conseguido resultados con ello, y el presidente confía en que su duro mensaje sea escuchado y haya acciones al respecto en Qatar”, afirmó el funcionario.
Esta es la segunda ocasión de la semana en la que hay señales confusas desde Washington respecto a su postura ante Catar: el martes, Trump defendió que la “línea dura” de varios países con ese emirato es en parte fruto de su propia presión, y el Departamento de Estado tuvo que asegurar que su relación con esa nación sigue siendo “sólida”.
Por su parte, los países del Golfo enfrentados diplomáticamente con Qatar saludaron ayer las palabras del presidente Trump. “El reino (de Arabia Saudí) saluda las declaraciones de Donald Trump, que subrayó la necesidad de que el Estado de Qatar detenga la financiación del terrorismo”, indicó la agencia estatal de noticias saudí, SPA. “Luchar contra el terrorismo y el extremismo ya no es una opción, sino una obligación que exige una acción firme y veloz de acuerdo con los resultados de la cumbre árabe-islámica-americana”, agrega la información. Bahréin describió las declaraciones de Trump de “posicionamiento firme”.
Sin embargo, el pequeño emirato del Golfo Pérsico insistió en que no va a renunciar a su política exterior, ligada de un modo u otro a Irán y a Turquía. “No sabemos qué hemos hecho para merecer semejante castigo. Se nos acusa de tratar con Irán, pero no se han tomado medidas similares hacia Teherán. También de que financiamos a los peores grupos del mundo, pero no se han presentado pruebas”, dijo el ministro de Relaciones Exteriores qatarí, el jeque Mohamed Bin Abdulrahman al Thani, en declaraciones al diario español El País.
Pero el ministro de Estado de Asuntos Exteriores de EAU, Anwar Gargash, declaró que la relación entre Doha, Turquía e Irán puede abrir un nuevo “capítulo trágico” en la región. Probablemente lo que busca EAU es que Qatar ponga fin a su apoyo a los Hermanos Musulmanes y al Movimiento de la Resistencia Islámica Hamas.
En medio de esta disputa regional ocurrieron dos atentados del Estado Islámico (EI) contra el Parlamento iraní y el monumento del imán Ruhollah Khomenei en Teherán, que dejaron por lo menos 12 muertos y 46 heridos, algo que no tiene precedentes. El hecho ocurrió en un momento especial del Estado persa, cuando el moderado Hasan Rohani (quien está en favor de normalizar las relaciones con Occidente) acaba de ser reelegido presidente.
Irán pelea con Arabia Saudita en Yemen por el predominio de la región.
Por otro lado, Rusia fue ayer el último país en apelar al diálogo entre Qatar y sus vecinos del Golfo. “Somos partidarios de resolver cualquier desacuerdo mediante el diálogo porque no podemos conformarnos con una situación en que las relaciones entre nuestros socios se deterioran’’, declaró el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov.