Lo que algunos desde el gobierno de Cambiemos quieren instalar como duda, a la par del retroceso de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia que se registra desde la llegada de Mauricio Macri a la Presidencia, para Angela Merkel está fuera de discusión: los desaparecidos son 30 mil. La canciller de Alemania lo dejó en claro en una publicación en su cuenta de Instagram para dar testimonio de su visita al Parque de la Memoria en su reciente paso por la Argentina. Allí recordó que la dictadura “fue una de las más sangrientas de América latina, con hasta 30.000 víctimas, incluyendo alemanes”.
Merkel estuvo el jueves último en Buenos Aires. Permaneció apenas un día, pero aún se hizo tiempo para ir al Parque de la Memoria, que junto al Río de la Plata recuerda a las víctimas del terrorismo de Estado, cuyo número fue puesto en entredicho por funcionarios de Cambiemos. Ayer hizo dos posteos en Instagram que reflejan su presencia en ese lugar. Uno dice que arrojó flores al río en homenaje a las víctimas y está ilustrado con la foto del momento en que lo hizo. “En recuerdo de las víctimas de la dictadura militar, la canciller Merkel se reúne con los supervivientes de los asesinados y desaparecidos @parquedelamemoria. La dictadura militar argentina de 1976 a 1983 fue una de las más sangrientas de América Latina, con hasta 30.000 víctimas, incluyendo alemanes”, dice el otro. A Merkel se la ve allí repasando los nombres de los desaparecidos en el muro del Parque de la Memoria que recuerda a las víctimas y también con Vera Jarach, la integrante de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, que se acercó a contarle la historia de su familia (ver aparte).
El detalle: Jarach llevaba ese día colgado un cartel con la leyenda “Son 30 mil”. Una de las tres fotos que acompañan esa publicación de Merkel es justamente un primer plano de ese cartel.
Durante el diálogo que mantuvieron en el Parque de la Memoria, Jarach le relató a Merkel que tuvo que abandonar Alemania por el nazismo, la muerte de su abuelo en el campo de exterminio de Auschwitz y la desaparición, décadas más tarde, de su hija de 18 años a manos de la represión militar. Franca, la hija de Vera, estuvo cautiva en la ESMA y permanece desaparecida. Por testimonios de sobrevivientes, se sabe que fue arrojada en los vuelos de la muerte.
Durante el breve diálogo, traductor mediante, Jarach le contó también a la canciller alemana del negacionismo que surgió con el actual gobierno y aludió al caso de Darío Lopérfido, quien fue enviado por Macri a Alemania en misión diplomática. Lopérfido abrió el camino de instalar la duda sobre la cantidad de desaparecidos, al afirmar que el número de 30 mil “se arregló arriba de una mesa” con el objetivo de “obtener subsidios”. Por el repudio generalizado que se ganó por semejante afirmación, no le quedó otra alternativa que renunciar a sus cargos de ministro de Cultura porteño y director del Teatro Colón. Ahora el Gobierno le concedió un exilio dorado justamente en Alemania como “representante especial para la cultura argentina”. Allí cobrará 13.325 dólares por mes y recibirá por única vez una suma de 39.800 dólares.
A los dichos de Lopérfido se sumaron las declaraciones de Juan José Gómez Centurión. El ex titular de la Aduana, entonces en funciones, también desconoció la cifra de 30 mil desaparecidos y pidió no formar a la juventud “con consignas” porque “no es lo mismo 8 mil verdades, que 22 mil mentiras”. Además, afirmó que la última dictadura “no fue un plan sistemático” sino “un modelo caótico de conducción de la guerra”.
Las expresiones de los macristas en ese sentido tienen como marco el retroceso de todo lo que se había avanzado en reconocer y juzgar los crímenes de lesa humanidad y el afán del Gobierno, a tono con la Teoría de los dos demonios, de avanzar en la “reconciliación” de las víctimas con sus victimarios.
La última manifestación de esa pretensión se dio justamente durante la estadía de Merkel en el país. La canciller de Alemania visitó la sinagoga de la Libertad y Córdoba y el diputado macrista Eduardo Amadeo escribió en su cuenta de Twitter que su paso por ese templo judío “demuestra cómo es posible y esencial la reconciliación. El que quiera oír que oiga”, como si Merkel fuese nazi por ser alemana y como si hubiese habido reconciliación con los criminales de guerra alemanes, quienes por el contrario fueron juzgados y ejecutados por sus atrocidades.
En su ideal de reinserción de la Argentina en el mundo, Macri quiere mostrarse cercano a los líderes mundiales como Merkel. Lo que la canciller alemana publicó en su Instagram habla por sí mismo de que no la tendrá como socia en la negación de los crímenes de la dictadura.