Dos importantes ministros británicos renunciaron este martes a sus cargos en protesta contra el primer ministro conservador Boris Johnson, sacudido por una serie de escándalos que amenazan con ponerle fin a su gobierno. Al ministro de Salud, Sajid Javid, y el de Finanzas, Rishi Sunak, no les bastaron las disculpas presentadas horas antes por Johnson por haber nombrado en un cargo importante a Chris Pincher, un dirigente conservador que la semana pasada renunció tras reconocer que manoseó en estado de ebriedad a dos hombres, uno de ellos diputado.
El gobierno aseguró inicialmente que Johnson no estaba al tanto de comportamientos similares de Pincher en el pasado. Pero ese argumento se desmoronó este martes, cuando un excolaborador de Johnson reveló que el primer ministro fue informado en 2019, cuando era funcionario en la cartera de Relaciones Exteriores, de que Pincher ya se había visto involucrado en un incidente de ese tipo. En febrero Pincher había sido nombrado responsable de disciplina del Partido Conservador.
Sunak: "La población espera un gobierno conducido de manera competente"
En su carta de renuncia, Sunak dijo que quizás Economía sea su último "cargo ministerial", pero para él era más importante luchar por los buenos estándares de conducta. "La población tiene la expectativa legítima de un gobierno conducido de manera adecuada, competente y seria", algo que no sucede en la actualidad, advirtió un lapidario ministro saliente.
Sunak dice que fue "leal" y apoyó en público al líder conservador incluso cuando discrepaba de él "en privado", e intentó respaldar con fondos económicos las prioridades de Johnson. Sin embargo, según se desprende de la carta, Johnson no estaba dispuesto a tomar "decisiones difíciles" en la economía y eso los ha llevado a discrepar en su enfoque, hasta el punto de que optó por dimitir.
Con su plan de protección de empleo e inversiones durante la pandemia, Sunak llegó a ser uno de los miembros favoritos del gobierno tory y se le veía como potencial candidato a futuro primer ministro y líder del Partido Conservador. Sin embargo, una polémica sobre la situación fiscal de su esposa, Akshata Murty, hija de un magnate indio, empañó sus perspectivas y fue presentado en la prensa como un millonario alejado de las preocupaciones de la población.
Javid: "También ha perdido mi confianza"
Al regresar a su escaño de diputado el político tory podrá forjar alianzas de cara a un reemplazo de Johnson, que por ahora sigue arropado por algunos de sus ministros, aunque también haya sufrido este martes la marcha del de Salud, Sajid Javid. El primer ministro sobrevivió el mes pasado a una moción de censura presentada por conservadores rebeldes y esa experiencia debería haberle dado la oportunidad de mostrar "humildad, firmeza y de emprender un nuevo camino", escribió Javid en una misiva dirigida a Johnson.
Así, el ministro saliente defendió que si bien los conservadores han sido "competentes al actuar en el interés nacional", lamentablemente la población cree que ya no lo son, como muestra que "un gran número" de diputados tories votaran a favor de cesar a Johnson. "Lamento decir que está claro para mí que esta situación no cambiará bajo su liderazgo y, por lo tanto, también ha perdido mi confianza", expresó Javid.
Cielo nublado para Johnson
Según el análisis de los medios británicos, el primer ministro se encuentra en una posición muy delicada tras la dimisión de dos de los ministros clave de su gobierno. Johnson reconoció que debería haber despedido a Chris Pincher al ser informado sobre las denuncias en su contra cuando era funcionario del ministerio de Relaciones Exteriores en 2019, pero, en cambio, lo nombró para otros cargos gubernamentales.
"Creo que fue un error y me disculpo por ello", dijo cuando se le preguntó a Johnson sobre el caso. "Pido disculpas a todos los que se vieron gravemente afectados por esto. Quiero dejar absolutamente claro que no hay lugar en este gobierno para nadie que sea depredador o que abuse de su posición de poder", afirmó.
Un vocero de Downing Street reconoció que Johnson sabía que existían acusaciones contra Pincher por comportamiento sexual inapropiado, que o bien se habían resuelto o no habían generado ninguna queja formal, pero que en ese momento no se consideró necesario bloquear su nombramiento. Este caso se suma a otros casos similares en el Partido Conservador en los últimos meses.
A mediados de mayo un diputado sospechoso de violación fue detenido y posteriormente puesto en libertad bajo fianza. En abril, otro legislador dimitió por ver pornografía en su celular. Y un exdiputado fue condenado en mayo a 18 meses de prisión por agredir sexualmente a una niña de 15 años.
El gobierno de Johnson también se ha visto sacudido por el escándalo de las fiestas de Downing Street celebradas a pesar de las restricciones contra la covid-19. El primer ministro superó a principios de junio un voto de confianza promovido desde sus propias filas.
La oposición exige su salida
El líder de la oposición en el Reino Unido, el laborista Keir Starmer, aseguró este martes que el gobierno de Boris Johnson "se está derrumbando". En un comunicado difundido por los medios británicos, Starmer declaró que "los ministros tories han sabido desde el principio quién era el primer ministro" y sin embargo "han sido sus animadores a lo largo de esta lamentable saga".
Para el laborista, los ministros "han sido sus cómplices a cada paso, según deshonraba su cargo y defraudaba al país. Si tuviesen un ápice de integridad, hace meses que se habrían marchado". A su juicio, "el partido tory está corrupto y cambiar a una persona no arreglará eso", por lo que "sólo un cambio real de gobierno puede dar al Reino Unido el nuevo comienzo que necesita".
La erosión en la imagen de Boris Johnson se saldó en derrotas de los conservadores en dos elecciones parciales a fines de junio, una de ellas en un feudo histórico de los tories que pasó a manos de los laboristas. Esta crisis política se suma las dificultades que enfrenta el país para adaptarse a su salida de la Unión Europea en 2020, con tensiones con el bloque de los 27 en torno a la frontera terrestre entre la República de Irlanda e Irlanda del Norte. Como si fuera poco, el lunes un grupo nutrido de manifestantes bloqueó las principales autopistas de Reino Unido en protesta contra el aumento del precio de los combustibles a raíz del ataque ruso sobre Ucrania.