Creció en una relación muy estrecha con la naturaleza. Su niñez estuvo marcada por la fascinación por la vida y los animales, y “una abuela muy dulce que estimuló una vocación temprana de numerosas formas”. A los 7 años decidió que iba a estudiar Biología y ya nunca más abandonó esa idea que la impulsó a graduarse y a recorrer el mundo.

Su actividad, por la que obtuvo reconocimientos nacionales e internacionales, la convoca por estos días a la ciudad alemana de Bonn. Ahí se desarrolla el noveno plenario de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), una organización dependiente de las Naciones Unidas para la evaluación, la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica. En ese plenario, Vilá integra un panel multidisciplinario de expertos que analizan los documentos de equipos científicos de diversas partes del mundo. Del plenario, forman parte autoridades de todos los países pertenecientes a la ONU.

“Nosotros tenemos el rol de veedores, para que los documentos reflejen lo que se piensa desde las distintas regiones del mundo sobre la prevención del calentamiento global y la conservación de la biodiversidad, en mi caso desde América Latina “, afirma Vilá en diálogo con el Suplemento Universidad. En el encuentro de IPBES, que terminará el próximo sábado, se aprobarán dos documentos: uno referente al uso sustentable de la biodiversidad y otro a la valorización múltiple de la naturaleza.

Los documentos que se analizan en el plenario, según explica la bióloga, “tienen una potencia impresionante, ya que son considerados por los dirigentes políticos del mundo para tomar decisiones relacionadas con el Medio Ambiente y la Biodiversidad”. La aprobación de estos documentos “debe contar con el consentimiento de todos los países”.

Vilá es licenciada en Ciencias Biológicas de la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA. “Es una institución que quiero mucho, que me dio mucho, y que tiene un nivel académico muy alto”, apunta al referirse a su facultad. Comenzó a estudiar en 1980, en tiempos de la última dictadura, y transitó una etapa que recuerda como “muy triste”. También llegó a cursar en el ´83 para cuando la democracia fue recuperada. “Los profesores volvían del exilio, era una fiesta” rememora.

La tesis con la que se graduó se titula “El comportamiento de las vicuñas en la temporada reproductiva”. Ese trabajo la llevó a especializarse en el estudio del animal oriundo del altiplano andino, que habita en el noroeste de nuestro país. “Las vicuñas de Argentina habían sido muy poco estudiadas, no había papers, por lo que me pareció un desafío muy interesante dedicarme a investigar la biología de su reproducción”, rememora Vilá.

Hasta hoy continúa con el estudio del comportamiento de las vicuñas junto a un grupo de investigadores de Vicuñas, Camélidos y Ambiente (VICAM), una organización que dirige y que investiga la biodiversidad andina desde un punto de vista multidisciplinario con “una mezcla de antropología y biología”. Vilá plantea que las políticas de conservación “tienen más solidez y permanencia si tenemos en cuenta el punto de vista de la gente que vive con el animal y que lo entiende desde su cultura”.

Eso busca trasmitirles también a sus alumnos. Vilá se desempeña como Investigadora Superior del CONICET y es docente titular del seminario Educación Ambiental para el Ámbito Rural, en la Licenciatura en Información Ambiental de la Universidad Nacional de Luján. “Me encanta enseñar, siento que los alumnos aprenden a tener espíritu crítico”, expresa. “La educación ambiental -define la bióloga- es interiorizarse y ser conscientes de que nuestras acciones tienen un correlato en la naturaleza”.