El índice NASDAQ Composite, que da cuenta de cómo le está yendo a las más de 3000 compañías tecnológicas que cotizan en esa bolsa de valores, cayó más de un 25 por ciento en lo que va del año respecto del anterior, cuando había crecido un 21,4 por ciento. Es allí donde venden sus acciones los pesos pesados como Apple, Alphabet, Amazon, Microsoft, Meta y Tesla. Las tecnológicas explican cerca de un 40 por ciento del volumen general del Nasdaq, que también cuenta con empresas de telecomunicaciones, biotecnología, salud y finanzas.
Las causas de la caída son varias, sobre todo una inflación en ascenso, reforzada por la guerra entre Rusia y Ucrania y las medidas tomadas por el gobierno de los Estados Unidos de aumentar las tasas de interés. Esto a ha llevado a que, en un clima de incertidumbre, algunos capitales busquen jugar seguro con los bonos que ofrece ese país con tasas más interesantes que hace unos meses.
¿Se puede hablar de un estallido puntocom similar al del 2001? En aquellos tiempos desaparecieron miles de startups que habían prometido el cielo a los inversores, pero nunca encontraron un modelo de negocios rentable. La situación actual es diferente, según la particularidad de cada una de las grandes empresas.
Una por una
El caso más dramático es el de Meta, la corporación que contiene a Facebook, sobre la que se publicó recientemente una nota en este diario. Pese a que la empresa mostró ganancias enormes en su reporte de 2021, sus acciones cayeron sostenidamente, sobre todo porque por primera vez su base de usuarios dejó de crecer. Sus acciones cayeron desde 327 dólares menos de 200 dólares a fines de junio, casi un 40 por ciento menos. Por primera vez, la red social encontró límites a la expansión que la acompañó desde 2004 y el mercado parece resignado a que no siga creciendo más.
A esto se suman otros factores como las medidas tomadas por Apple para que los usuarios de sus dispositivos mejoren su privacidad. Este bloqueo, adoptado por la mayoría de los usuarios, le costaría a Facebook unos 10 mil millones de dólares anuales. Tanta es la furia de la empresa que amenazó con demandar a Apple por prácticas monopólicas. Para peor, los anuncios sobre el desarrollo de la Web3 no logran pasar de una gigantesca campaña de marketing con poca sustancia y menos ganancias aún.
Por su parte, las acciones de la empresa de mayor cotización bursátil, Apple, acumulan este año una caída del 20 por ciento, pese a que sus ingresos en el último cuatrimestre, publicado en abril, fueron 9 por ciento mayores que en el anterior.
En tanto, las acciones de Alphabet (la corporación en la que está Google), perdieron una cifra similar a Apple pese a que su reporte de ganancias mostró un aumento del 37,6 por ciento interanual, una cifra apenas opacada por una suba mayor a la prevista de los costos de atraer usuarios hacia sus servicios como, por ejemplo, lo que paga a los navegadores que utilizan su buscador.
Otro "ganador-perdedor" es Microsoft, cuyas acciones cayeron un 20 por ciento luego de haber aumentado sus ganancias a 17,2 mil millones de dólares, un 24 por ciento más que el año anterior.
Amazon, por su parte, cayó cerca de un 33 por ciento en lo que va del año, luego de haber obtenido enormes ganancias durante la pandemia. Declaro pérdidas netas por 3.800 millones de dólares, que incluyen 7600 millones por la inversión en Rivian, un fabricante de autos eléctricos.
En total, estas empresas perdieron cerca de 2,7 billones de dólares. Para visualizar ese número, habría que agregar once ceros después del 7 o pensar en unos seis PBI de Argentina en 2021.
El resto
Existen otros grandes perdedores en el mundo tecno. Tal es el caso de Netflix, que cayó un 68 por ciento producto de la debacle general, pero también porque se detuvo su crecimiento en suscriptores y aumentó la competencia. Por su parte, Uber cayó un 47 por ciento.
Todo indica que la parte más incierta del negocio, la que tiene que ver con expectativas que se demuestran exageradas, se está cayendo. Un caso paradigmático es el de Tesla, una automotriz que ronda el millón de autos vendidos por año y que valía doce veces lo que GM, que vende más de dos millones anuales solo en los Estados Unidos. Tesla ahora cayó un 41 por ciento.
Paradójicamente, la crisis general puede ser una buena noticia para las más grandes, que cuentan con ahorros para aprovechar la debacle general y comprar otras empresas con algún potencial a precio de saldo. Como se explicaba en una nota de este diario, estas grandes empresas, gracias a sus recursos líquidos, su control de mercados rentables y su poder de lobby, pueden independizarse del ciclo económico general y sobrevivir a las crisis.