El aniversario de la Masacre de Palomitas cometida el 6 de julio de 1976 por militares, policías de Salta y miembros del Servicio Penitenciario provincial, fue el marco en el que las organizaciones nucleadas en la Mesa de Derechos Humanos de Salta reivindicaron la militancia de los años 60 y 70 por "una sociedad más justa", denunciaron las inequidades del presente y exigieron que en las escuelas se enseñe sobre las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la última dictadura cívico militar y la lucha para que se investiguen estos crímenes, valoraron la participación de jóvenes y exigieron que se castigue el negacionismo.
El documento leído en el acto principal a los 46 de la Masacre, realizado en el Parque San Martín de la ciudad de Salta, destaca que "En los años 60 y 70 compañeros militantes políticos del campo popular en toda América Latina lucharon por transformar la realidad", con un proyecto común: "Una sociedad más justa e igualitaria para todos". Pero el poder constituido orquestó un plan de exterminio al opositor político. En Salta secuestraron y desaparecieron al ex gobernador Miguel Ragone y persiguieron a integrantes de "partidos políticos revolucionarios, sindicalistas, obreros y estudiantes", a tal punto que "Para 1975, la cárcel de Villa Las Rosas estaba repleta de nuestros mejores hombres y mujeres".
En ese contexto se concretó la Masacre de Palomitas. "Cinco compañeras y seis compañeros fueron retiradas del penal de Villa Las Rosas: Celia Raquel Leonard de Ávila dejó a su beba de cuatro meses en los brazos de una compañera y junto a Evangelina Botta de Nicolay, Georgina Droz, Amaru Luque de Usinger y María del Carmen Alonso de Fernández fueron conducidas por los pasillos del penal a oscuras, hasta un camión de transporte militar, donde se reunieron con Benjamín Leonardo Ávila, Pablo Outes, Rodolfo Oglietti, Alberto Savransky, José Povolo y Rodolfo Usinger, que también habían sido sacados de sus celdas". Todes fueron llevados al paraje Palomitas, 60 kilómetros al sur de la capital provincial, donde fueron asesinades.
En el documento, que en el acto fue leído por familiares y otres militantes y que tuvo momentos de emoción, se recuerda que en 1983, cuando se recuperó el estado de derecho en el país, se impulsó la investigación de este crimen, y que tras vencer el escollo de las leyes de "punto final, la obediencia debida y los indultos”, derogadas finalmente en 2003, en 2010 y 2011 fueron condenados los militares Carlos Alberto Mulhall, Miguel Gentil, Hugo César Espeche, Luciano Benjamín Menéndez y los policías Joaquín Guil y Juan Carlos Alzugaray.
Los organismos de DDHH también recordaron que el ex juez Ricardo Lona, que murió el pasado 25 de junio, siempre fue señalado como corresponsable de este crimen. En 2019 fue condenado en relación a Ragone. "A quienes despidieron con honores al ex juez federal Ricardo Lona, los familiares de sus víctimas y organismos de DDHH les decimos que no miren para otro lado como hicieron durante los secuestros, asesinatos y torturas, les decimos que no podrán borrar lo que la justicia ha escrito, porque lo que se develó en los juicios de lesa humanidad quedará como legado para toda la humanidad", reconvinieron.
En el acto hubo momentos para recordar a cada una de las personas asesinadas en Palomitas, con lecturas sobre sus pensamientos o su militancia. Se leyó también un poema de Teresa Leonardi Herrán y se destacó la militancia de familiares y ex detenides polítiques.
En el documento los organismos destacaron que, más allá de las "prisiones domiciliarias y de la impunidad biológica producida por la muerte de los genocidas y la lentitud de la justicia, las condenas "son triunfos obtenidos por las organizaciones sociales, familiares e hijos de las víctimas". Y ahora "vamos por más queremos que se enseñe nuestra historia reciente en las escuelas, que se discuta en las aulas el porqué de los secuestros masacres y desapariciones y que se enseñe el recorrido de las luchas de los organismos de derechos humanos, de las madres, las abuelas, los familiares y los H.I.J.O.S. Que nuestros jóvenes sean los herederos del Nunca Más".
En este punto reclamaron que "en nuestro país y en Salta no quede impune la negación del terrorismo de estado, verdades que gritan los testimonios de los sobrevivientes, las tumbas clandestinas y los ex centros clandestinos de detención. Y así como no nos callamos con lo que pasó hace 46 años tampoco nos callamos frente a las muertes y víctimas del gatillo fácil, de los apremios ilegales de las condiciones de hacinamiento de los detenidos, ni de las faltas de oportunidades para nuestros jóvenes".
El extremo de judicializar la vida
Familiares, ex detenides y militantes eligieron recordar a los hombres y mujeres masacradas en Palomitas "evocando la coherencia que guió sus militancias". Personas que "practicaron la solidaridad aún cuando fueron privados del bien más preciado, la libertad", que "resistieron con dignidad, sin doblegar su voluntad. Jamás perdieron las esperanzas de continuar con la lucha, de lograr alcanzar la meta tan ansiada la igualdad para todos los ciudadanos argentinos y de la patria grande latinoamericana".
E invitaron a reflexionar: "¿Qué estamos haciendo con nuestro compromiso social y nuestra militancia?". "Ante la insensibilidad de nuestros gobernantes solo podemos redoblar nuestro compromiso y militancia. Organizar los reclamos. Ser contundentes con nuestras denuncias. Nuestros pueblos originarios no pueden seguir postergados más tiempo, allí donde mueren niños y niñas desnutridos, sin acceso al sistema de salud y a redes de agua potable" mientras "empresas multinacionales, cada día se enriquecen más y más".
"Hemos llegado al extremo de judicializar el derecho a la vida", lamentaron recordando que un tribunal de justicia "debió obligar, tras un amparo, al gobierno provincial de Gustavo Sáenz, a crear una red de apoyo sanitario, intercultural e interdisciplinario para la niñez de los departamentos de Rivadavia, Orán y San Martín, declarados en emergencia socio sanitaria desde enero de 2020". Y las cosas todavía no cambiaron.
"Hoy estamos frente a dos realidades, dos Saltas, una que goza de los beneficios del poder y otra para los excluidos del sistema, desocupados que, frente a la necesidad de conseguir unos pesos, inventan salidas laborales precarias, por las que luego son perseguidos con todo el rigor de la ley. Leyes que alcanzan solo a los pobres, los desposeídos, mientras no cesan de crecer los casos de corrupción ¡que no son investigados por la justicia salteña!", denunciaron. Y recordaron también que en provincia "se está violando de forma sistemática el derecho a estar informado y a informar", con acciones de intimidación para trabajadores de prensa.
Celebrar la memoria
Jorge Ávila, hijo de Celia Leonard y de Benjamín Ávila, regresó al país por estos días para participar del acto. "Esta fecha es para celebrar la memoria de la gente murió bajo una de las peores dictaduras que puede haber sido nuestra querida tierra, no solamente Argentina" sino también en Latinoamérica, dijo en declaraciones públicas.
"Es una fecha para renovar el hecho de que nosotros estamos acá luchando por las mismas consignas que los caídos querían lograr, que es vivir en libertad, que haya la justicia social, que haya más oportunidades, menos desigualdad", reivindicó, en el mismo sentido que el documento consensuado por las organizaciones. "Y estamos aquí de pie tratando de seguir por el mismo camino que ellos arrancaron, que nosotros podemos seguir y que ustedes pueden terminar", añadió dirigiéndose a les más jóvenes.
Invitó a "no perder la memoria. Esto ha pasado, esto ha ocurrido, es verdad, que no se quede como una anécdota que era una lucha de dos enemigos, no, fue el estado en contra de gente que supuestamente tenía que proteger y por quienes tenía que velar, eso se rompió y terminamos con 30 mil desaparecidos, que sí fueron 30 mil, por más que digan lo que quieran decir". También instó a"mantener sobre todo viva la memoria de la gente que diariamente lucha y que quiere lograr un mundo mejor, una sociedad más justa".