La música crea y relaciona mundos. Iván Mitrenko lo sabe, y como está desesperado por cumplir con un concierto pide ayuda a la musa griega; la respuesta, aparece en la forma de un pianista. A partir de allí los enredos de Concierto Estrafalario, el espectáculo que Salvador y Juan Trapani ofrecerán a partir de mañana (hasta el sábado), a las 16 en Espacio Bravo (Catamarca 3624).
“Desde siempre, desde muy niños, mis hijos han estado en espectáculos, conciertos, obras de títeres y de teatro. Cantar y tocar juntos es algo habitual y cotidiano. En este sentido, se trata de algo que no nos resulta lejano. Pero por otra parte, hay una propuesta de parte mía, y es la de retomar la línea de trabajo con niñas y niños, con las infancias. Lo hice durante muchos años, pero después viré para trabajos de café concert, de humor para adultos, con muchos eventos, viajes, también festivales por el país y en el exterior. Todo eso me alejó de jardines, escuelas, temporadas de vacaciones. Y ahora sentí ganas de retomar, de ir a buscar esa energía, esa sorpresa y esa exigencia”, comenta Salvador Trapani a Rosario/12.
Actor, músico, luthier, clown, docente, Trapani conjuga en Concierto Estrafalario sus diferentes y recíprocas facetas; a la par de su hijo, Juan Trapani, pianista, cantante y compositor. Los dos ahora con el público infantil como elección privilegiada. “En un punto, el de los niños es un público muy dinámico, que te aporta muchísima energía y diversión. Pero también hay que estar acorde y entrenado. Así que esta vuelta tiene que ver un poco con mis ganas. Por su parte, Juan había estado haciendo unos trabajos en COAD, con un grupo de compañeros y compañeras, y con niños. Fue así que surgieron las ganas de trabajar juntos”, continúa Trapani.
-Es un público para el cual, sospecho, uno nunca termina de estar suficientemente preparado.
-Yo tuve la fortuna de tener un primer contacto con el teatro con un gran maestro, Mirko Buchín, que me dio herramientas que uso y usaré. Ahí empecé a trabajar con un mago amigo, Marcelo Aguzzi –el Mago Marzelo–, con él haciendo magia y yo las payasadas. Así empecé a foguearme, fue mi primer contacto con la acción pura: en jardines de infantes, escuelas, plazas, temporadas en la Costa Atlántica. Conocí el oficio y aprendí la esencia del payaso, que es la del juego, lo lúdico, es éso lo que hay que garantizar, salvo que sea una obra con un texto y desarrollo. Pero yo transito más lo musical, la canción, la poesía, y algunos juegos de interacción con instrumentos, donde el público participa. En este caso, se alinearon planetas familiares, porque Elena (Guillén, pareja de Trapani) se enganchó a dirigir el trabajo y eso fue un plus muy grande. Yo estoy más acostumbrado a salir al ruedo, voy a la acción brutal, pero acá hubo un guion, con entradas, salidas, y unos diálogos mínimos.
El guion, escrito por Elena Guillén y Salvador Trapani, vuelve a poner en escena a un viejo personaje del actor: “Iván Mitrenko es un músico excéntrico que está desesperado, en un grave problema, e invoca a la musa inspiradora de la música, Euterpe, para que lo ayude; ella lo asiste, pero no le puede mandar una orquesta sino un músico. Así llega Solfeo, con un piano, y ahí se arma la historia. El concierto sale adelante con este enviado de los dioses griegos. Y se arma la festichola. ¡Esperemos que asi sea! (risas)”, comenta.
Sobre el hecho de trabajar en plan familiar, Trapani dice que es algo que en él “funciona como un gran lugar que he construido, construyo y cuido mucho. Trabajar juntos implica toda una exigencia. También de tiempos, porque Elena está con sus guiones, escribiendo dos trabajos, estudia permanentemente. Su participación es extraordinaria y para uno es un desafío”. Por otra parte, la elección de Trapani de volver al encuentro con el público infantil trasluce algo más. Como él dice, “la comunicación con los niños, con los hijos y las hijas, es todo un tema. Siento que hay un cimbronazo fenomenal, toda una distancia entre mi infancia y los cambios que ya están instalados y que no van a retroceder. Son los cambios del feminismo, que arrastran cantidad de otros temas. Hay que estar con una escucha enorme. Más que hablar o decir, yo presento un poco mi propuesta desde el mundo de la música, las canciones y los sonidos. Pero todo lo otro me tiene muy atento, hay que tener una grande escucha con ellos y ellas porque vienen con otros códigos, muy diferentes a los que tenemos nosotros, que somos quienes deben amoldarse y adaptarse”.
Concierto Estrafalario cuenta con dirección de Elena Guillen y la participación de los músicos actores Salvador Trapani y Juan Trapani, el vestuario es de Cala Vestuarios y Silvina La Calamita, y el guion es de Elena Guillen y Salvador Trapani. Sobre Espacio Bravo, la sala donde se presentará, Trapani agrega: “estamos contentos de estar en un espacio independiente, que está hermoso y es de gente querida. Es una sala que pasó la pandemia dando una batalla enorme para sobrevivir”.