Bárbara Figueroa fue la primera mujer en presidir la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) de Chile -estaba en el cargo durante el estallido social de 2019- y hoy es la primera mujer a cargo de la embajada de su país en Argentina. Se considera feminista y lleva por lo alto la consigna "nunca más sin nosotras". Tiene un hijo de 15 años, Joaquín, y una familia ensamblada.
Esta militante del Partido Comunista desde sus 15 años, hoy con 43, reivindica el proceso constituyente que vive el país trasandino sentada en su despacho en la sede diplomática, zona de parques en Buenos Aires. "Este proceso vino acompañado de una alta expectativa frente al estallido popular, con sectores diversos reclamando frente a abusos y desigualdades. Era difícil que el camino pudiera contenerlo todo. Ahora, con el texto definitivo, la ciudadanía se tiene que informar de cara al 4 de septiembre. Hay que informar, informar, informar", señala a PáginaI12 Figueroa. El lunes pasado, el presidente Gabriel Boric recibió el texto final de la nueva constitución que será sometido a votación obligatoria.
Figueroa es egresada en Filosofía y Psicología y cree que su experiencia sindical le sirve en su nuevo rol de embajadora, ya que exige capacidad de dialogar con distintos sectores: "El mundo social es muy diverso por esencia, y esa capacidad de buscar unidad en la diversidad ha marcado mi formación política incluso más que mi militancia". Quiere conocer de primera mano a las provincias argentinas. Recientemente visitó La Rioja, Córdoba y Río Negro.
Aborto
-- El proyecto final de la Constitución incluye el tema aborto. Dice en su artículo 61 que "el Estado garantiza a todas las mujeres con capacidad de gestar la condiciones para un embarazo, un interrupción voluntaria del embarazo, un parto y una maternidad protegidos". ¿Eso significa que si gana la opción Apruebo, la interrupción del embarazo será posible sin los tres causales que rigen ahora?
--Sí, asi es. Hoy planteamos el pleno derecho de decisión de la mujer sobre su cuerpo que queda consolidado en el proyecto constitucional, sin los tres causales. Va a requerir luego la implementación de leyes, va a ser un debate acompañado por leyes, pero son pasos sustantivos. El proceso contó con paridad entre los constituyentes y por eso se incorporaron estas materias. Estoy convencida de que la incorporación de las mujeres en los proceso de negociación colectiva, por ejemplo, en el mundo sindical, impacta en políticas de equidad. Con la paridad en el proceso constituyente ampliamos el arco de derechos y la mirada.
– ¿Por qué lidera en los sondeos la opción Rechazo a la nueva Constituciónes?. Parece un contrasentido después del estallido y de que una mayoría votó por dejar atrás la carta magna de la dictadura?
--Si uno tuviera que hacer una mirada desde la distancia, como es desde mi rol de embajadora, diría que no es tan extraño hasta ahora. Este proceso vino acompañado de una alta expectativa frente al estallido popular, con sectores diversos, reclamando frente a abusos y desigualdades, era difícil que el camino pudiera contenerlo todo. Se buscó una salida institucional y democrática, para darnos un marco constitucional. Dado su origen, viene cargado de mucha expectativa. El camino es evaluado por la ciudadanía con críticas, es natural. Uno no podría pretender que sea inamovible. ¿Qué es lo importante ahora?. Cómo logramos que los contenidos de este texto lleguen a la población. Pongamos en el centro del debate ya no la polémica, sino que la gente se informe y vea si se acerca a sus expectativas. Es lo que va a marcar el debate de aquí al 4 de septiembre.
Derechos humanos
-- El presidente Boric se ha mostrado muy crítico de la situación de derechos humanos en Venezuela, Nicaragua y Cuba. No pareciera que pone el mismo énfasis con Colombia, por ejemplo. ¿Existe un doble estándar?
-- No, no existe un doble estándar. La experiencia de Colombia ha tenido una enorme similitud con lo propio que nosotros vivimos en el 2019: si uno mira los procesos entre Chile y Colombia, sin ser homologables, tienen muchas similitudes sobre todo en la última etapa de lucha. El presidente Gabriel Boric ha sido muy enfático en señalar que hay que plantear la defensa irrestricta de los derechos humanos en cualquier territorio. Y ha sido muy claro cuando fue consultado por la situación en Cuba, Nicaragua y Venezuela al señalar que no podemos acotar el debate a esta intencionada caricatura entre comillas. El presidente ha dicho por qué no lo consultan sobre los derechos humanos en Colombia incluso en su visita acá, en Argentina. Que por qué no lo consultan con la misma fuerza sobre las violaciones a los ddhh en Colombia o incluso en Chile, en el marco del estallido social. Evidentemente ha habido una intencionalidad de tratar de marcar distinciones, de que el mundo progresista y de la izquierda tienen énfasis y miradas distintas. Lo que algunos tratan de transformar en una complejidad el propio presidente lo ha transformado en baluarte en decir ´miren, no juguemos a tratar de intencionar una posición donde se construye una interesada caricatura sobre quienes son o no defensores derechos humanos´ a partir del dolor de los pueblos. En el caso de Cuba ha habido un bloqueo, imposibilidad que ingresen recursos, se le negó posibilidades de que los vuelos aterricen ahí para hacer turismo.
– En la reciente Cumbre de las Américas esos tres paises fueron excluidos por EE.UU..
– Nuestro presidente lo señaló, y hubo una voz común con el presidente Alberto Fernández; ambos señalaron que tenían que estar todos para que podamos construir espacios legítimos y democráticos y ahí plantear las diferencias. Las relaciones que podemos construir en la región son a veces con tensión y diferencias.
– El exvicepresidente de Bolivia, Alvaro García Linera, señala que estamos viviendo una nueva oleada progresista. ¿Coincide?
– Yo creo que más que coincidir o no con el análisis, es evidente que hay un cambio de signo en los gobiernos de la región, todos probablemente estamos con la expectativa de lo que suceda en Brasil en octubre. Tenemos que poner el énfasis en que nos necesitamos como región. Los países por sí solos no vamos a poder enfrentar en las mejores condiciones este tiempo complejo en términos económicos, que lleva incertidumbre y angustia a nuestros pueblos. La sintonía o no coicidirá con maneras de entender los desafíos, pero tenemos el desafío común que los pueblos no pueden pagar los costos.
Relación bilateral
--En cuanto a la relación bilateral, se suscribieron acuerdos para exportar gas a Chile, y sobre derechos humanos, tema en que la Argentina ha sido un faro sobre búsqueda y verdad y justicia. ¿Son los puntos clave?
– En términos de la relación bilateral hay tres grandes ejes: la defensa y el cuidado del medio ambiente, un modelo desarrollo cuidadoso de los recursos naturales; la posibilidad de retomar la exportación del gas es llevarle bienestar a nuestra población, un tremendo aporte y recuperar una tradición con Argentina. Tenemos que pensar también en energías verdes. Lo segundo, sí, sin duda la agenda de derechos humanos, el año que viene son los 50 años del golpe de Estado en Chile y serán los 40 de la recuperación de la democracia en Argentina. También hay una agenda de género, un desafío de incorporar en las políticas públicas. Los desafíos como política de cuidados en Argentina están siendo atendidos y mirados por Chile.. Si uno lo mira en términos económicos que las mujeres no estemos incorporadas en todos los niveles al mundo del trabajo afecta a la economía de nuestros países, es un costo de crecimiento.