“Los lectores son viajeros: circulan sobre las tierras del prójimo, nómadas que cazan furtivamente a través de los campos que no han escrito”. Esta reflexión del sociólogo francés Michel de Certeau podría servir como epígrafe al evento más esperado de las vacaciones de invierno: el regreso de la 30° Feria del Libro Infantil y Juvenil, que se realizará en el Centro Cultural Kirchner (CCK), del 11 al 31 de julio, con entrada libre y gratuita, organizada por la Fundación El Libro (FEL). 

Esas viajeras y viajeros en busca de diversas lecturas se encontrarán con las propuestas de editoriales como Pípala, Catapulta, Calibroscopio, Bambalí, Amauta, Del Naranjo, Colihue, Ediciones de la Flor, Comunicarte, Sudestada, Iamiqué, Chirimbote, La Brujita de Papel, Libros del Zorro Rojo, Limonero, Océano, Quipu, Santillana y Riderchail, entre otras. El menú de actividades incluye una programación con cuentacuentos, narraciones, talleres y el show de Canticuénticos (lunes 25, a las 18).

Los días 21 y 22 de julio se desarrollarán las Jornadas Para Docentes y Mediadores de Lectura bajo el lema “La lectura en tiempo de post pandemia: pensar nuevos caminos”, en la que participarán María Cristina Ramos, Alicia Zaina, Silvina Marsimian, Cecilia Pisos, Poly Bernatene y Luciano Saracino. Ezequiel Martínez, director general de la Fundación El Libro, recuerda que esta 30° Feria del Libro Infantil y Juvenil, que regresa después de dos años suspendida por la pandemia, volverá con el mismo entusiasmo que tuvo “la Feria grande”, que se realizó entre abril y mayo en el predio de La Rural. “Hay muchas ganas de reencontrarnos. Dentro de la oferta para las vacaciones de invierno, esta Feria es con entrada libre y gratuita y tiene actividades que acompañan, no solo las que organizan la Fundación El Libro sino también en el marco de las Vacaciones para armar del Centro Cultural Kirchner, que va a tener programación en todas sus salas y espacios, con la posibilidad de recorrer ese edificio tan maravilloso. Estamos esperando con muchas ganas que comience esta edición”, admite Martínez.

Durante la primera semana el horario de la Feria en el CCK será el lunes 11 y martes 12 de 9 a 18 horas y el 13, 14 y 15 de julio de 9 a 20 para aprovechar las visitas de las escuelas en los días previos al receso escolar. Ya hay más de 200 colegios inscriptos en la página de la Fundación El libro. Del 16 al 31 de julio, ya en vacaciones de invierno, se la podrá visitar de 14 a 20 horas.

Nuevos caminos

“A los hijos, a los sobrinos, a los nietos, a los hijos de los amigos, a quien sea, siempre que tenés un chico cerca está bueno regalarle un libro por el mundo que le abre”, plantea Martínez a Página/12. “Cuando recorren una librería, los niños se quedan horas mirando libros; está la responsabilidad de los adultos en reforzar y fomentar ese acercamiento que los chicos tienen espontáneamente", reflexiona el director general de la FEL. "Los chicos saben que hacia donde miren en la Feria van a tener libros dedicados a ellos; es bueno que uno los deje mirar, revolver, leer, agarrarlos; dejar que sea el libro el que encuentre a su lector, sin intermediarios. Pero también no se puede dejar de reconocer la labor tanto de los docentes como los mediadores de lectura a la hora de pensar nuevos caminos para que los chicos se acerquen a la lectura y no la abandonen, más allá del formato en que sea. Lo importante es que el hábito de la lectura no se pierda y se mantenga”.

Martínez destaca también el rol que tienen los cuentacuentos y los talleres que se programan desde la Fundación El Libro para promover la lectura. “Lo que hacen los talleres es entrarle al libro por otros caminos. Un cuentacuentos les cuenta una historia y los chicos la dibujan, la comentan, la interpretan a su manera. O al revés: les mostrás dibujos y que su imaginación los lleve a crear una historia y que hagan un librito con esa historia; hay talleres de encuadernación y de ilustración. Al libro pueden entrar por lugares en que ellos se sientan estimulados, que entiendan que eso que imaginaron, pensaron, inventaron, crearon, se puede convertir en ese objeto que es el libro y que está al alcance de ellos leerlo o poder hacerlo”, considera el director general de la FEL y reconoce que el libro tiene que competir con el tiempo que los chicos están ante las pantallas. Pero lejos de observar a las nuevas tecnologías como adversarias para Martínez “las pantallas pueden servir como puertas de entrada al libro”.

Sujeto político en transformación

Martín Azcurra, de la editorial independiente Chirimbote -que comparte el espacio Infancias Libres con Muchas Nueces junto a la tienda Oasis Libros para Niñxs en el stand 37-, subraya que es una alegría “volver a encontrarnos con las miradas curiosas y las manitos juguetonas de chicos y chicas, desde el contacto y la presencialidad; contar con un registro cercano de sus reacciones a nuestras propuestas que siempre se renuevan, porque desde nuestro espacio Infancias Libres tratamos de generar una mirada niña, multidiversa y transformadora”. “Le ponemos mucha cabeza y corazón a crear una literatura infantil con perspectiva de género y de derechos, inclusiva desde todo punto de vista, y que entienda la niñez como un sujeto político en transformación”, agrega el editor de Chirimbote.

Gabriela Pérez, editora de Riderchail, editorial independiente creada en 2007 que publica libros de literatura infantil y juvenil ilustrada, participa desde hace 15 años en las dos ferias. “Después de dos años de pandemia, en la industria advertimos que hay hambre de eventos, de reencuentros presenciales; esta sensación que teníamos con la Feria grande la tenemos ahora potenciada porque la Feria del Libro de abril fue no solo la más exitosa en cantidad de público en los últimos diez años, sino que además fue una feria muy buena en ventas”, pondera Pérez, presidenta de la Comisión del Libro Infantil y Juvenil de la FEL. “Tenemos expectativas de que haya mucho público; que sea un desfiladero de gente, una fiesta de libros y que sea el evento de las vacaciones de invierno por excelencia”, la define la editora de Riderchail. 

En cuanto a las ventas, la renuncia del exministro de Economía Martín Guzmán y la incertidumbre que se vivió la semana pasada sobre la cotización del dólar y la remarcación de precios, cambió el horizonte inicial del regreso de la Feria a un estado que Pérez califica como “dudoso”. “Creemos que va a ser una feria muy concurrida y que va a ser una buena feria en ventas”, augura la editora.

El papel siempre sube

“La inflación y la incertidumbre económica destruyen la cultura independiente porque favorece la especulación de los monopolios, sobre todo los del papel, respecto de los precios y el stock, pero también de la distribución", confirma Azcurra, de la editorial Chirimbote. "Las imprentas nacionales hacen malabares para presupuestar y cumplir. Y esto a su vez impacta en el libro, que se aleja cada vez más de los sectores populares. Cada vez se hace más necesaria la presencia del Estado para regular los insumos de las industrias culturales, y propiciar una mínima igualdad de derechos, no solo entre quienes producimos, sino también para que toda la sociedad pueda acceder a la cultura. Desde ya, hace falta otra mirada en la dirección económica, y esperamos que el cambio de ministra (Silvina Batakis) vaya en ese sentido. Lo único que nos ayuda hoy es la conformación de redes cooperativas, pero resulta insuficiente”.

Pérez pone el foco en un problema que afecta a la industria editorial. “El insumo nuestro por excelencia es el papel. El libro es un 90 por ciento papel y, más allá de las contingencias que tenga a nivel internacional y que sea un commodity, es decir que cotiza en dólares, tenemos un problema en la Argentina que es que hay un monopolio del papel. Hay cuatro o cinco papeleras que son las que se reparten el negocio y las que determinan el precio. El dólar sube y el papel sube; el dólar no sube, el papel sube; hay inflación y el dólar no sube, el papel sube; hay inflación y el dólar sube, el papel sube. El papel siempre sube. Y sube mucho más que la inflación y que el dólar”, aclara la editora que es también consejera en la Cámara Argentina del Libro (CAL).

Desde la CAL se han reunido en más de una oportunidad con distintos representantes del gobierno nacional para manifestar la preocupación de editoras y editores por la situación del papel -un insumo que escasea a nivel internacional- y solicitar que se promuevan reuniones con las cámaras que agrupan a las papeleras. “No estamos pudiendo destrabar esta situación, este abuso que hay en los aumentos desmedidos del papel. Si la inflación es de un 60 o 70 por ciento anual, el papel aumenta un 140 por ciento, ya sean los papeles importados o los nacionales”, compara Pérez. El problema del papel se agudizó a partir de la renuncia de Guzmán al ministerio de Economía. “Ahora nos encontramos con la disyuntiva de que si le pedimos un presupuesto a la imprenta, dicen que no tienen el precio del papel. Las papeleras, por los acontecimientos de la última semana, no están vendiendo papel y no dan precio. O sea que estamos vendiendo libros porque somos promotores de lectura y nuestro objetivo es que los libros lleguen a los chicos, y no estamos pudiendo ya no reimprimir sino presupuestar para reimprimir porque las papeleras no están queriendo vender el papel especulando a ver qué pasa con el dólar y con la economía”, resume la editora de Riderchail. 

“La industria editorial necesita que se visibilice en los medios de comunicación el abuso por parte de las papeleras. Esto va más allá de la problemática internacional de la escasez de papel. Acá hay cuatro o cinco papeleras que determinan el precio del papel a su antojo y no hay controles, no hay coherencia, no hay parámetros. Nosotros estamos librados a la voluntad de estos señores”, protesta Pérez.

Sin pelos en la lengua

La vuelta de la Feria del Libro Infantil y Juvenil despliega una puesta en escena que podría titularse con una pregunta: ¿Se tocan mucho, poquito o nada los libros en los stands? La respuesta (o el deseo compartido) es que se toquen mucho para entrenar la mano y el ojo a la hora de sumergirse en otros mundos posibles. “Hoy el desafío es no tenerle miedo a las nuevas miradas, por ejemplo en temas como la sexualidad y la diversidad, que están siendo cuestionadas desde sectores conservadores. Al mismo tiempo se abre una oportunidad de decir y contar las cosas de otra manera, porque el público infantil y juvenil ya está cansado de los discursos cerrados, normativos y odiantes", analiza Azcurra, editor de Chirimbote. "Libros como Cometierra, que intentaron censurar en una escuela católica de Neuquén, despiertan gran interés en los adolescentes. Quieren hablar de los que les pasa y lo que sienten, sin pelos en la lengua. Pero esto solo se puede si el país apuesta a una cultura independiente, que es la única que siempre arriesga a innovar. El mercado tradicional siempre va a lo seguro, a repetir la fórmula comercialmente exitosa. Hace falta fortalecer las políticas públicas que dieron resultado en ese sentido y sobre todo fortalecer las redes que desde abajo fuimos creando para resistir las crisis”.

Para Pérez, el desafío desde Riderchail es el mismo que cuando fundó la editorial en 2007: promover la lectura desde la primera infancia. “En Riderchail estamos convencidos de que la lectura enseña a pensar, dispara la imaginación y abre nuevos mundos”, enumera la editora. “La literatura no tiene que bajar línea, la literatura se tiene que limitar a contar una historia y ser una disparadora del pensamiento", sugiere. "El pensamiento puede tomar distintos caminos; el chico elige los caminos. Ese es nuestro desafío: que un chico pueda pensar a partir de un cuento, a partir de la lectura, que pueda elaborar un pensamiento propio, sin directivas, sin bajada de línea, porque estamos convencidos de que con chicas y chicos que leen y piensan vamos a tener un mundo mejor”.


“El niñe que llevo adentro”

Infancias Libres (stand 37 en el CCK) es un espacio compartido por las editoriales independientes y cooperativas Chirimbote y Muchas Nueces, junto a la tienda Oasis Libros para Niñxs. Además de las publicaciones para curiosear y jugar, habrá una programación con perspectiva de género y diversidades. “Un libro es una especie de barco o nave espacial que te lleva a descubrir el mundo. Representa una ventana al mundo. Y en la infancia esto es clave para el desarrollo y la búsqueda de lo que somos y deseamos. Las chicas y los chicos se devoran los libros como alimentos. El objeto-libro-juguete es la maravilla y el misterio que llama. Y ellas y ellos van, con entrega y asombro, y se zambullen y juegan como delfines”, plantean desde Infancias Libres.

Entre las actividades se destacan la narración de "Sabrina y el cuerpo” y “El lobo que quiere Juli” (miércoles 13, a las 15.30), en el primer piso, con las narradoras Cecilia Vilalta, que también es autora, y Gisele Grieco, quienes ofrecerán una actividad lúdica para explorar las nuevas masculinidades y la ESI. “El niñe que llevo adentro” (jueves 14, a las 18 horas) en el Espacio Cuentacuentos, en el primer piso, con Laura Azcurra y Thais Montero, incluye lectura y dibujos en vivo. En “Una Caperucita llamada Libertad” (domingo 17, a las 15 horas), también en el Espacio Cuentacuentos, Paula Alfieri desplegará una caperucita roja rebelde, que sigue su deseo y busca su libertad. “La muñeca de Juan” (lunes 18, a las 17) es una narración de cuento más taller creativo de elaboración de muñecxs de apego. En “Respiro Arcoiris: creatividad” (martes 19, a las 17), las autoras Victoria Bunge y Mariana Sanz habilitarán un espacio de meditación como recurso para encontrar la calma.