Black Bird (Apple TV+) se asienta sobre ese terreno tan fecundo de lo audiovisual denominado true crime. La historia, basada en uno de esos casos reales cruentos y sorprendentes por igual, incluye homicidios, investigaciones y delincuentes de perfil provocador. Aunque lo vivido por Jimmy Keene a finales de los ’90 –al menos para su showrunner Dennis Lehane- invitaba a recorrer el modélico “camino del héroe”. ¿La prueba mayor del protagonista? Enfrentarse a Larry Hall, un condenado por homicidio, del cual se sospechaba había asesinado a 14 mujeres y tenía altas probabilidades de quedar libre. La plataforma de streaming estrenó el pasado viernes los dos primeros capítulos de la miniserie concebida por el escritor de policiales con notables adaptaciones cinematográficas (Río místico, Desapareció una noche y La isla siniestra). Los cuatro restantes se estrenarán a raíz de uno por semana.

Quien nos invita a ponerse en sus zapatos es un veinteañero que enfrenta una sentencia de diez años tras las rejas por narcotráfico y posesión legal de armamento. Es el típico chico estadounidense -carilindo, fornido, engreído-, estrella del futbol americano escolar que coqueteó con el crimen y acabó acorralado por el FBI. A los pocos meses de estar encerrado, las autoridades le ofrecen conmutar íntegramente su pena a cambio de un trabajo muy peligroso en otra prisión. Para lograrlo, deberá ganarse la confianza de un presunto asesino serial y extraerle información caliente. “¿Quieren que ingrese en el infierno y le pregunte a un chiflado muy casualmente donde escondiste trece cuerpos?”, suelta Keene interpretado por Taron Egerton (Rocketman, la saga Kingsman). Del otro lado está ese oriundo de Illinois (Paul Walter Hauser de El caso de Richard Jewell), criado en un cementerio, fanático de la Guerra Civil, de voz aflautada y patilludo, al que sus conocidos describen como “piantado” e “inofensivo” pero que tiene sueños vívidos y recurrentes donde asesina mujeres.

Egerton (quien ficha como productor) se exhibe la mayor parte del tiempo de la miniserie con un personaje tanto o más empático que el teflón. Es difícil conectar con su angustia y camino de redención, aunque la problemática familiar tenga un peso sustancial en el argumento. Su padre, Big Jim (uno de sus últimos papeles en vida de Ray Liotta) es un policía retirado de Chicago consternado por lo que le sucede a su hijo. La mayor atracción, sin embargo, la despierta su contraparte actoral. Hauser edificó un sujeto insondable y temible que genera preguntas en cada momento en pantalla. ¿Es un mentiroso compulsivo? ¿Las autoridades se aprovecharon del “niño gigante” que busca llamar la atención? ¿O estamos ante un impiadoso femicida que finge demencia para sacar ventaja?

Como en buena parte del policial actual, la trama se desdobla en tiempos para proporcionarle una coloratura a cada línea narrativa. Por un lado, está el vínculo escabroso entre esos dos hombres en una prisión de máxima seguridad de Misuri. “Esa clase de lugar a donde envían a los subhumanos, a los putos freaks sin alma, sujetos vivientes que no tienen nada por perder”, le recuerda su padre. Aquí se destaca el perfil criminológico y el suspense al estilo de la inconclusa Mindhunter. El otro segmento posa el foco sobre el detective Brian Miller (Greg Kinnear), algunos años antes, en su persecución y pesquisa sobre Hall. Aunque la geografía no sea la del gótico sureño (True Detective, Sharp Objetcts o Rectify), en los paisajes rurales del Medio Oeste también late algo macabro. Black Bird, en ese sentido, se planta como un thriller psicológico y drama carcelario que decodifica algo más espeso. La base para este relato fue el libro de no ficción escrito por el propio Keene (Encerrado con el diablo) que Lehane utiliza para segregar suspenso, bilis social y masculinidad tóxica como en toda su obra. ¿Su intención? Poner a ambos criminales, el seductor y el monstruo, frente a frente para refractar las distintas caras de la misoginia.

Programados

* Prime Video estrenará Paper Girls el próximo 29 de julio. La entrega, basada en la novela gráfica de Brian K. Vaughan, está a llamada a ser la Stranger Things –y un poco de Dark- de esta plataforma de streaming. Sigue a cuatro repartidoras de diarios que se convertirán en viajeras temporales tras una extraña noche de Halloween. De 1988 al 2019, adolescencia femenina y una peligrosa facción denominada Old Watch que ha prohibido viajar en el tiempo para poder permanecer en el poder. ¿Más problemas? Las chicas que conocerán a las versiones adultas de sí mismas.

*Leucemia y televentas. De esa extraña colisión surge I Love That For You, comedia a estrenarse por Paramount+ el próximo 21 de julio. La ficción se centra en Joanna Gold (Vanessa Bayer), quien sueña con convertirse en presentadora de un canal de compras. ¿El secreto de su éxito? Usufructuar con la etiqueta de “esa chica con cáncer”. La entrega está basada en la propia experiencia de su protagonista y cuenta con el apoyo de otra ex Saturday Night Live como Molly Shannon. 

*HBO Max estrenará la segunda temporada de Industry el próximo 1 de agosto. La producción británica ofrece un viaje al salvaje universo de las finanzas. La primera temporada siguió a un grupo de novatos en esa olla a presión que es un banco de Londres. En estos ocho episodios, los yuppies del siglo XXI ya se han graduado. Relaciones cruzadas, excesos, algo de camaradería y mucha arrogancia desfilan por esta producción concebida por dos ex brokers ingleses.

El personaje

Maren Zubiri de Intimidad (Itziar Ituño). Abogada y candidata a la alcaldía de Bilbao que sufre la difusión de un vídeo íntimo. Redes sociales, porno venganza, política de baja estofa y sororidad conviven en la mujer cuya vida íntima y profesional se cuela en todas las pantallas de España.