Después de meses de una relación rota y de la falta de diálogo que generó hasta enojos personales, el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, volvieron a conversar y, según explican desde el kirchnerismo a este diario, el Frente de Todos transita por estas horas "una etapa de normalización". Este escenario fue posible gracias a la salida intempestiva del exministro de Economía, Martín Guzmán --que generó un cimbronazo en el Gobierno-- y también por la posterior decisión de Fernández de, finalmente, llamar a la vicepresidenta y escuchar todo lo que tenía para decir. Más allá de la "reconciliación", aún persisten diferencias, por ejemplo, en torno a la necesidad de avanzar en una Renta Básica Universal.
"Nosotros estamos y vamos a estar. Apoyamos porque somos leales", dicen desde el kirchnerismo en línea con lo que subrayó la semana pasada el líder de La Cámpora, Máximo Kirchner, cuando expresó que su madre "ahí está, otra vez, poniendo la cara para sacar esto adelante". Un funcionario que conoce a la vicepresidenta muy de cerca opinó en diálogo con Página12 que con sus apariciones públicas más frecuentes; con las reuniones con empresarios y sindicalistas de las últimas semanas y con la recomposición del diálogo con el Presidente, "Cristina se puso en marcha porque no está dispuesta a que la historia la escriban ellos (por la oposición)".
La "normalización" de la que hablan en el kirchnerismo es que la vicepresidenta vuelva a ser una fuente de consulta indiscutible dentro del Gobierno y que el diálogo mucho más fluido entre ambos no sea mediatizado. En esa línea, desde el entorno de la vicepresidenta confirman que el lunes pasado existió una reunión en Olivos entre ambos dirigentes, pero siguen negando el encuentro que tuvieron con Massa el miércoles por la tarde/noche, tal como hicieron desde Presidencia. "No se conoció el contenido y eso está perfecto. Antes se contaba todo, hasta qué habían comido. Desde la parte institucional y política no era normal que se filtren esas cosas", aseguraron cuestionando la forma de actuar que tenía el entorno del Presidente y que ahora parece haber cambiado después de un arreglo que AF hizo con Cristina. También confirman que el diálogo entre Massa, Máximo y CFK "es constante".
El lugar de Cristina Kirchner
Desde sectores del oficialismo que tratan de observar la situación con un poco de distancia, piensan que el problema que estalló la semana pasada por la falta de diálogo durante meses que hubo dentro del FdT, se generó por un error de concepción desde el comienzo de la presidencia de Fernández. Ellos consideran que siempre fue claro que CFK tenía el mayor capital político y, por ende, la toma de decisión, pero que también lo necesitaba a Alberto porque era un puente con el peronismo más "ortodoxo". "Eso, sin embargo, no quitaba que CFK fuese una fuente de consulta principalísima. Ese fue el grave error que cometimos, no dejar esas cosas en claro desde un comienzo", reflexionan.
En esa línea, opinan que el Presidente ahora debe admitir que es necesario sostener una mejor relación con CFK, hablar con más asiduidad y tratar de imponer su punto de vista en las discusiones, aceptando que se trata de un "comando compartido". "El error fue creer en algún momento que eso podía ser de otro modo", recapitulan.
CFK, mientras tanto, comenzó a realizar cada vez más actos y eso, adelantan desde su entorno, se va a incrementar en las próximas semanas. También se suman las reuniones que la vicepresidenta tuvo en el último tiempo con empresarios de grandes compañías como Arcor y Techint; con el economista Carlos Melconian y con sindicalistas como el secretario general de la CGT, Héctor Daer. Según la lectura de dirigentes que tienen muchos años dentro del peronismo, si bien CFK puede no tener la intención de volver a ser candidata, sabe que su figura es necesaria porque "tiene claro que los grupos dominantes vienen por la eliminación del peronismo".
La vicepresidenta, que en algún momento pudo haber considerado que era una buena opción la reelección de Fernández, hoy piensa algo bastante distinto y algunos aseguran que madura como posibilidad su propia candidatura. Caso contrario, quienes la conocen bien subrayan que "si ella decide no serlo, va a trabajar para seguir siendo una protagonista central y quizás deba intervenir, una vez más, para volver a armar la fórmula de 2023, por supuesto, con muchos aprendizajes".
Las diferencias que persisten
Si bien los llamados entre el Presidente y la Vicepresidenta ahora son más frecuentes, hay puntos en los que continúan en desacuerdo. Uno de ellos es la necesidad de implementar una Renta Básica Universal. Voces del FdT autorizadas en el tema opinan que "se trata de cuestiones muy importantes a las que no podemos entrar de manera banal", y consideran que ese "es un debate que tendría que estar más en la sociedad".
La vocera presidencial, Gabriela Cerruti, y la ministra de Economía, Silvina Batakis, ya descartaron la posibilidad de plano porque dijeron que no hay capacidad presupuestaria para llevar adelante una política de esa envergadura. Desde el kirchnerismo, en tanto, opinan que ellas no podían decir otra cosa, por el rol que ocupan, pero que "esa discusión está abierta".
También resaltan que la vicepresidenta tiene equipos técnicos trabajando en eso y que se podría avanzar "consiguiendo la financiación suficiente mediante procesos de redistribución de la riqueza". Según cuentan desde el kirchnerismo, están trabajando en el tema el ministro bonaerense, Andrés "Cuervo" Larroque, y la senadora Juliana Di Tullio. "Tienen que generarse políticas que duren en el largo plazo porque eso permite que no cambien con los gobiernos. La AUH, por ejemplo, Macri no la pudo tocar", resaltan sobre el núcleo de su planteo.