Una filtración que recopiló documentos confidenciales de la aplicación Uber evidenció tácticas éticamente cuestionables y potencialmente ilegales que la compañía usó para impulsar su expansión global hace casi una década.
Las polémicas novedades se conocieron por medio de una investigación periodística encabezada por el diario británico The Guardian y el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), la cual fue denominada "Los Archivos de Uber" (The Uber Files, en inglés).
En este contexto, se reveló que representantes de la compañía sacaron provecho de la reacción a veces violenta del gremio de los taxis contra sus conductores para obtener respaldo y evadir a las autoridades regulatorias, conforme buscaba conquistar nuevos mercados.
Los documentos incluyen intercambios de mensajes de texto y correos electrónico entre ejecutivos, uno de ellos su cofundador y antiguo presidente Travis Kalanick, quien tuvo que renunciar en 2017 por acusaciones de prácticas brutales de gerencia y múltiples episodios de acoso sexual y psicológico dentro de la compañía.
"La violencia garantiza el éxito", le escribió Kalanick a otro de los líderes de la empresa a medida que impulsaba una contraprotesta en medio de las manifestaciones de París en 2016 contra la llegada de Uber al mercado.
Por otro lado, The Washington Post, otro reconocido medio que formo parte de la investigación, sostuvo que la veloz expansión de Uber se basó en los subsidios a conductores y en descuentos en tarifas que hicieron mella en el gremio de los taxis, y "a menudo sin procurar licencias para operar como un taxi o servicio de limusina".
Conductores de Uber de toda Europa enfrentaron violentas represalias de los taxistas que los veían como una amenaza a su medio de vida. La investigación halló que "en algunas instancias, cuando los conductores eran atacados, los ejecutivos de Uber reaccionaban rápido para capitalizar" la búsqueda de respaldo regulatorio y de la opinión pública, dice el Post.
Según The Guardian, Uber adoptó tácticas similares en países europeos como Bélgica, Países Bajos, España e Italia, movilizando a conductores y alentándolos a denunciar ante la policía cuando fueran víctimas de violencia, con el objetivo de usar el cubrimiento mediático para obtener prerrogativas de las autoridades.
Una portavoz de Kalanick negó tajantemente los hallazgos, argumentando que él "nunca sugirió que Uber se aprovechara de la violencia a expensas de la seguridad de sus conductores".
La compañía, sin embargo, trasladó la culpa el domingo al liderazgo de Kalanick, cuyos "errores" ya fueron hechos público.
"Nos hemos movido de una era de confrontación a una de colaboración, demostrando una voluntad de sentarnos a la mesa y encontrar puntos de acuerdo con antiguos opositores, incluyendo los sindicatos y las compañías de taxis", dijo Uber, que destacó que a su reemplazo, Dara Khosrowshahi, "se le encomendó la tarea de transformar cada aspecto de cómo opera Uber".
La recopilación está compuesta por 124.000 documentos de entre 2013 y 2017, y representan un golpe para la compañía con sede en San Francisco (California, EEUU), que siempre estuvo acompañada por la controversia en su objetivo de convertirse en una fuerza disruptiva del transporte local en el mundo.