La Amazonía brasileña batió un récord de deforestación en el primer semestre del año, con la destrucción de una superficie cinco veces superior a la de la ciudad de Nueva York. Una problemática que se agudizó y sigue creciendo con el Gobierno de Jair Bolsonaro, acusado de no ejercer controles sobre las actividades ilícitas que acaban con la selva.
Entre enero y junio la selva tropical más extensa del planeta perdió 3.987 kilómetros de vegetación, un 10,6 por ciento más que el mismo período de 2021, y un área equivalente a 483 canchas de fútbol, según los datos divulgados por el Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (Inpe).
Asimismo se informó que solo en junio fueron destruidos 1.120 kilómetros cuadrados de vegetación nativa en esa región del país.
El sexto mes del año también batió un récord en devastación en 2022 y la cifra es un 130 por ciento más alta que la reportada en el mismo mes de 2018, antes de que el líder ultraderechista llegara al poder.
Los datos corresponden al Sistema de Detección de Deforestación de la Amazonía Legal en Tiempo Real (Deter) que, con base en imágenes satelitales, ofrece alertas anticipadas sobre las áreas que están siendo deforestadas en la Amazonía.
Estas cifras comienzan a preocupar a los expertos pues la tendencia muestra que la destrucción de la selva crecerá por cuarto año consecutivo, algo que los ecologistas achacan a la falta de control y fiscalización del Gobierno Bolsonaro sobre las actividades que acaban con la selva, como la minería ilegal o el comercio ilícito de madera.
Para Mariana Napolitano, gerente de Ciencias del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en Brasil, lo que está sucediendo está convirtiendo a la Amazonía en un área "vulnerable", por el impacto que la deforestación causa en la regulación del clima y las lluvias.
"Sea para nuestra agricultura o para el abastecimiento de las ciudades y también hasta para la generación de energía hidroeléctrica, de la que depende el país, es una ruta preocupante, alarmante y que necesita urgentemente ser revertida", aseguró la especialista.
De acuerdo con el Observatorio del Clima, red que agrupa a más de 70 organizaciones defensoras del medio ambiente, los datos registrados hasta el momento indican que la tasa de deforestación en 2022 sobrepasará nuevamente los 10.000 kilómetros cuadrados, una cifra que no se reportaba desde 2008 y que se volvió a ver con la llegada del líder ultraderechista a la jefatura de Estado en Brasil.
El mandatario brasileño defiende la explotación de los recursos naturales de la Amazonía, incluso en reservas indígenas donde es prohibido por ley.
En ese mismo sentido, desde que Bolsonaro llegó al poder, el 1 de enero de 2019, los índices de devastación en la selva han aumentado un 73 por ciento hasta los 13.038 kilómetros cuadrados el año pasado.