El peruano Víctor Benítez Morales, quien vistió la camiseta de Boca en la década del '60, murió este lunes a los 86 años.

Benítez, conocido como "Conejo", supo lucirse de defensor y volante y jugó en la Argentina entre 1960 y 1962, siendo uno de los primeros fichajes de Alberto J. Armando como presidente xeneize y saliendo campeón del torneo de 1962, con el que el se cortó una racha de ocho años de sequía en el club de La Ribera.

Aquel certamen fue un verdadero mano a mano entre Boca y River: ambos llegaron igualados en puntos al recordado Superclásico de la penúltima fecha, donde el Xeneize se impuso por 1 a 0 con gol del brasileño Paulo Valentim y gracias al emblemático penal atajado por un adelantado Antonio Roma al también brasileño Delem.

Benítez llegó a ser tapa de El Gráfico.

Ese Boca dirigido por José D'Amico contaba también nombres gigantes como el de Silvio Marzolini, Carmelo Simeone, Antonio Rattín, Juan José Pizzuti, Norberto Menéndez y Ernesto Grillo.

Tras sus buenas actuaciones en Boca -también le marcó un gol a River en el empate 2 a 2 de 1961- no tardó en mudarse al fútbol europeo, más precisamente al italiano. Su técnica y jerarquía brillaron en Roma, Inter y, sobre todo, Milan, con el que fue campeón europeo en 1963, siendo el primer peruano en ganar la ahora denominada Champions League.

Con la camiseta incaica Benítez disputó los Sudamericanos (hoy Copa América) de 1957 y 1959 mientras jugaba para Alianza Lima, pero la disposición posterior de no convocar a jugadores del fútbol extranjero lo dejó afuera de su selección.

De todos modos llegó a ser parte de la goleada de Perú sobre Inglaterra, todo un hito del fútbol de ese país. Fue por 4 a 1 en un amistoso de 1959 jugado en Lima ante más de 50 mil espectadores.

El encuentro fue parte de una gira americana del equipo inglés, que contaba entre otros con Bobby Charlton y no esperaba llevarse semejante baile en sus valijas. Muchos de los miembros de esa talentosa selección peruana fueron vendidos rápidamente al exterior y dejaron de ser convocados, como le sucedió a Benítez y, por ejemplo, a Juan Seminario, autor de tres goles ante los ingleses y jugador del Barcelona años más tarde.