“En realidad venía pensando mucho en hacer dos discos”, cuenta Gisela Magri. La cantante se refiere a Después del giro, su tercer disco solista, que volverá a anticipar este miércoles a las 20.30 en el Teatro UNLP (de La Plata). Después del giro, que pronto aparecerá completo en las plataformas de streaming, ya anticipó varios singles desde el comienzo de la pandemia. Desde reversiones de clásicos como “Besos brujos” o “Pobre flor” hasta temas propios como “Ir a cero” o “Ya no puedo ni decir”. El conjunto, cuando se suman los temas aún inéditos, resulta en un disco potente, muy bien logrado y que tiene todo para convertirse en una de las propuestas tangueras del año. Una placa que sintetiza a su modo los 20 años de trayectoria de la cantante y tiene por detrás el sello de una coterránea, la pianista platense Noelia Sinkunas, que aquí también ofició de productora y arregladora.
“Esos lanzamientos de temas propios los pensaba como un proyecto y este disco antológico, de mi carrera, era otro. Pero en el trabajo con Noe me di cuenta que eran el mismo proyecto y que en realidad habíamos empezado por el final”, cuenta la platense a Página/12. “En lo que no salió todavía la idea era explorar y versionar algunos tangos del siglo XXI y mis canciones. Esas tres puertas son las llaves del disco. Esta nueva identidad que me sumé, de escribir, convive con las otras y no está en disputa con la de intérprete. Le da otra espesura, la de poder cantar mis canciones y hacerme cargo de que tenía cosas para decir y que podía decirlas desde el tango”.
-En ese proceso, ¿qué encontraste que no sabías que estaba ahí?
-Lo que encontré es que, al contrario que en otros discos, podía decir mucho sin tantos elementos. Con una producción despojada, pocos elementos en la instrumentación. Hay muchos temas sólo con Noelia. Hay temas con guitarra-piano-bandoneón. Y hay intervenciones digitales en algunos temas como un puente entre lo antiguo y lo nuevo.
-Venías de Madeja, que era un disco con muchas capas de sonido.
-Era un disco con mucha gente, más citas, más voces, más temas enganchados. Era, digamos, una apuesta más poblada. Ahí yo sentía que tenía que estar todo. En este sentí que debía reconstruir ese hilo desde “Besos brujos” con piano y voz hasta “Después del giro” con guitarra-piano-bandoneón y toques digitales, que son el puente a “Ir a cero” y “Yo no puedo ni decir”. Vi claramente que no iba a tener tanta gente convocada, pero sí mucha producción.
-¿Las intervenciones digitales agregan una capa oscura?
-No siempre. Sí en “Ir a cero”, que salió en pandemia y en un momento existencial de mi vida de tocar fondo, estar en un momento muy difícil. Suena muy oscuro, pero también es un renacer. Eso se ve más en “Después del giro”, que tiene acordes de esperanza y dice “después del giro / ya sin luto renacer” (canta). Ahí era sacar también al tango del lugar de la oscuridad, porque che, podemos cantarle a la esperanza. “La de Seguí” es lo último que compuse para el disco para enganchar con “Ella es así”, tiene hay algo de humor, de sacarle solemnidad, de reirme de mí misma.
-¿Ahí reivindicás tu ser platense?
-¡Totalmente! Y el “walking conurban” que me encanta. Que tenés el supermercado chino y el botellero con el megáfono, y una cabra que se te queda en la puerta de tu casa. Esa cosa medio "kusturica" y que es parte del disco también. “La de Seguí” tiene un recorrido a mi infancia porque de chica con mis viejos salíamos los domingos temprano hasta lo de mi abuela materna en Isidro Casanova y después de almorzar, a Lanús. Toda la vuelta por abajo, por la Calchaquí. Esos paisajes son parte de mí. Y quería decirlo con más humor que nostalgia. Eso al tango nuevo le cuesta.
-¿Muy oscuro el tango nuevo?
-Estamos muy cagados a palos porque todos nacimos en los ‘80-‘90, muy 2001, mucho drama social. Con mis canciones quería aportar una mirada más liviana, más querendona, que no fuera todo tan terrible y dramático. Está bueno poblar al tango nuevo de otros humores, otros estados, otras formas de ser en el mundo, que las tenemos también. Como soy feminista, también me pasa que me preguntan un montón cómo hablar con perspectiva de género sin estar literalmente diciendo las proclamas. Yo siento que en mis letras eso está. En “Después del giro” digo “te dije no ser esa mujer”. Eso es un montón de cosas, esa mujer soy yo misma porque estamos todes aprendiendo a desaprender. Hay trazas de los versos que te llevan a esa interpretación, pero muy intimista, no desde la barricada o no tan lineal. Pero está, es parte. Es uno de mis giros. Incluso tomar la decisión de hacer mis temas, que me produzca Noelia, que se percibe desde la diversidad, eso también es una apuesta política.