Juntos por el Cambio, y especialmente su ala más dura, sigue en la línea de plantear una obstrucción de todo lo que proponga el Gobierno nacional, al tiempo que continúan alimentando un clima de catástrofe inminente. "¿A qué nos van a llamar? ¿A que nos hundamos con ellos
en el bote?", se preguntó irónicamente la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, quien aseguró que "el presidente no está en control del Gobierno". Viejas glorias económicas de Cambiemos, como Guido Sandleris, abandonaron los recovecos de la city, desde donde plantean escenarios de desastre, para dar su opinión: "La causa de toda esta crisis tiene que ver con el intento de hacer el Plan Platita eterno", soltó el exdirector del Banco Central con Mauricio Macri, listo para proponer otro ajuste al gasto público. En clave presidencial, María Eugenia Vidal se muestra con productores agropecuarios o comerciantes que dicen que no hay previsibilidad, ni futuro posible.
Desde la reunión de la mesa nacional de los presidentes de los partidos de Juntos por el Cambio del domingo --en la que el comunicado se centró en la "debilidad" del Gobierno--, al menos un sector de la alianza opositora viene reforzando la posición de que no hay que ayudar en nada a la actual situación, mientras otros insisten en que el desastre es inminente. En esa línea, a la vanguardia va la presidenta del PRO, Patricia Bullrich, quien dejó en claro: "Si el Gobierno nos llama, yo no voy. "Si ellos hace dos años y medio que no pueden presentar un plan antiinflacionario, que hicieron todo lo contrario de lo que hay que hacer, ¿a qué nos van a llamar? ¿A que nos hundamos con ellos en el bote? No. Yo prefiero que Juntos por el Cambio sea una reserva moral para la Argentina”.
Bullrich remarcó en otro reportaje que “el poder político ha llegado a su mínimo total y ya no tienen siquiera control de sus acciones. La falta de poder político no sólo está en el presidente, sino también está en la vicepresidenta. Es tal la decadencia del poder que ella también cae en el circuito de la decadencia, no queda fuera de ese circuito”. Hace una semana, había dicho que había habido un "golpe palaciego". Hoy la presidenta del PRO sostiene que están fuera de control y no tienen poder. “Quieren imponernos una nueva cuarentena política, tener a todos
encerrados, para no poder salir para que no salga un dólar", vaticinó.
La lógica de apuntarle al Gobierno por la economía es de manual y la están siguiendo desde todos los sectores de la oposición. Pero solo algunos se animan a hablar de una suerte de crisis terminal. El escenario incluso animó a salir a hablar a algunas figuras del Gobierno de Macri, como el extitular del Banco Central con Macri, Guido Sandleris, que dejó en claro cuál es su receta: el problema actual es el gasto público y la falta de apertura de importaciones. "Mi opinión es que lo que estamos viendo es la crisis que está generando las contradicciones intrínsecas del modelo económico kirchnerista, que tiene tres ingredientes: el plan platita permanente; el vivir con lo nuestro, con una visión un poco conspirativa del mundo... Tenemos una de las economías más cerradas del mundo", aseguró quien fue uno de los principales responsables de la política monetaria en el gobierno de Macri, que terminó con un endeudamiento récord con el FMI y sin poder frenar la inflación.
Más sútil quizás que otras intervenciones, la de Vidal pasa por difundir videos con fragmentos de sus recorridas en clave presidencial. En una de ellas, Vidal escribió: "El campo es el motor
productivo de la Argentina, pero hoy invertir es un salto al vacío. Los
productores, como todos los argentinos, necesitan previsibilidad para
seguir creciendo". La construcción en los videos es astuta: los que hablan son los comerciantes o los productores y Vidal solo hace caras ante sus afirmaciones. Así, un productor agropecuario le dice: "Me quiero ir del país. Me cansé de la imprevisibilidad. Siempre fuimos sobre cosas ciertas, y cuando querés analizar, no podés". "No podés", ratifica Vidal, sin tener que decir más. En otro video, un comerciante textil le explica como remarcan por las dudas hasta que las cosas tiene un precio imposible e irreal. Vidal hace un gesto de comprensión.