Miles de personas se congregaron este martes en las calles de Tokio para ver pasar el cortejo fúnebre del ex primer ministro japonés Shinzo Abe, asesinado la semana pasada, después del funeral privado celebrado en la tarde en un templo budista.
Aunque la ceremonia fúnebre era solo para familiares y allegados, se formaron largas filas de personas vestidas de negro frente al templo Zojoji para despedir al primer ministro que más tiempo estuvo en el poder en Japón. Abe fue baleado el viernes durante un acto de campaña en la ciudad de Nara.
Cortejo
Tras el homenaje, el cortejo con los restos de Abe se trasladó a los lugares emblemáticos de la capital y a los símbolos del poder como la residencia del primer ministro, conocida como Kantei, y la sede del Parlamento. Fuera de los edificios, los funcionarios y los altos cargos estuvieron de pie con un semblante sombrío, efectuando reverencias como un signo de respeto.
La viuda de Abe, Akie, se sentó en el asiento delantero de la carroza fúnebre con la lápida mortuoria de su marido que porta su nombre póstumo, según la tradición budista. Akie devolvió las reverencias durante el cortejo. Durante todo el trayecto, filas de personas ofrecieron sus plegarias y sacaron fotografías del último recorrido de Abe.