Tras un año de trabajo, estudiantes de la carrera de Ingeniería Industrial de la Universidad Nacional de Jujuy (UNJu) presentaron formalmente dos dispositivos innovadores diseñados para corregir el estrabismo y estimular el llamado ojo vago. Los lentes, fabricados con una impresora 3D pueden ser utilizados para la rehabilitación visual de personas de todas las edades, y tienen la supervisión de un profesional. Uno de los desarrollos consistió en el diseño de un dispositivo en 3D para actuar sobre el ojo vago o ambliopía, que se produce cuando la visión de uno de los ojos es menor por un mal procesamiento del cerebro, lo que genera la supresión del ojo más débil por el ojo más fuerte. El equipo “Enfocate” apuntó así a actuar sobre ese problema. La detección precoz es fundamental para el mayor o menor éxito de su tratamiento. Otra propuesta nació como una actividad de la cátedra de Diseño 1 y Diseño 2 de la Facultad de Ingeniería, en convenio con la Asociación Todos Juntos, que trabaja en el acompañamiento de personas con síndrome de Down. Los dispositivos fueron probados con buenos resultados en bebés, chicos y hasta adolescentes de 13 años que asisten a la asociación. Los lentes conocidos como “Visión” fueron renombrados por los chicos como “Wallie” por el robot de una película infantil, con ojos parecidos a los lentes.
En concreto, Leonel Chaile (28), Rodrigo Impa (21) y Daniel Tolaba (30) se abocaron a la fabricación de lentes orientados a tratar el estrabismo, un trastorno en el que los ojos no se alinean en la misma dirección. El equipo Tecnología e Innovación con Compromiso Humanitario (TICH) trabajó en un proyecto que lo cautivó de entrada, y que es una muestra de cómo la universidad, con el aporte del conocimiento, puede ofrecer respuestas a diferentes problemáticas sociales.
“Lo que me atrapó fue el hecho de poder retribuir a la sociedad mi paso por la facultad, y también el entusiasmo que mostraba el personal de la Asociación cuando hacíamos visitas programadas para recolectar datos”, explicó Chaile al Suplemento Universidad.
Para Impa, en tanto, la motivación principal pasó por la posibilidad de “cambiar la realidad de muchos niños, de una parte de la sociedad que estaba aislada, y esa sensación es inexplicable”.Tolaba, por su parte, aclaró que los anteojos no están disponibles aun en el mercado. “El profesional a cargo tiene la responsabilidad de supervisar su uso, debido a que los lentes cuentan con regulaciones para los distintos grados de estrabismo”.
Una de las características distintivas, de acuerdo a los integrantes del equipo, es que el anteojo tiene la capacidad de adaptarse también a las distintas facciones de los niños, como el tamaño de cabeza, la distancia entre ojos y las alturas del puente nasal. Para que esto sea posible, los estudiantes diseñaron diferentes mecanismos sobre los lentes como, por ejemplo, discos (o cristales) giratorios con una corredera para los distintos grados de estrabismo, al igual que patillas extensibles con cintas de tamaños diversos. Si bien aclararon que lo pueden usar niños desde los 2 hasta los 13 años, para el segundo semestre tienen previsto el diseño de dispositivos con impresión en 3D destinados a la estimulación cognitiva para adultos que forman parte de la Asociación Todos Juntos.
“Saber que algo diseñado por alumnos puede ayudar y potencialmente cambiar la vida de los niños nos hace sentir que los años invertidos en la facultad valieron la pena, y al mismo tiempo, que podemos brindarle más a la sociedad”, expresó Chaile.
Sus compañeros expresaron su deseo de que estas acciones se extiendan a otros ámbitos académicos. “Si todas las universidades se comprometen con diferentes problemáticas territoriales, no pasará demasiado tiempo para sus comunidades estén mejor”, aventuró Impa.