El HB4 es un destacado evento del sistema científico argentino. Investigadores del CONICET y de la Universidad Nacional del Litoral identificaron los mecanismos moleculares que le dan al girasol una buena respuesta al estrés hídrico y, sobre esa base, introdujeron el gen identificado en cultivos de soja y trigo que tienen la propiedad de ser tolerantes a la sequía sin por ello perder de un modo significativo su rendimiento cuando las condiciones de humedad son las normales. El logro es particularmente relevante para una región como la pampa húmeda, que tiene un régimen errático de lluvias que le produce cíclicamente pérdidas millonarias por déficit de agua.
Pero su relevancia va más allá de eso. Para que el evento científico prospere en el plano productivo se requiere que el gen sea introducido en cultivos de alto rendimiento agronómico. Eso demandó una articulación entre la infraestructura pública de ciencia y tecnología y los activos complementarios necesarios para el escalamiento de la inversión, que estuvieron a cargo de Bioceres, una empresa argentina con sede en Rosario. La reciente aprobación de la soja HB4 en China, sumada a la aprobación en Brasil de la harina de trigo HB4, pone de manifiesto la capacidad de esa articulación público-privada para atravesar una de las principales barreas que existe en esta industria para producir innovaciones de alcance mundial: el umbral regulatorio en los grandes mercados de destino.
A su vez, en la industria semillera mundial se viene consolidando un esquema en el cual la alta innovación, esa que se apoya en lo más avanzado de la biología molecular y la ingeniería genética, se concentra en tres países: Estados Unidos, Alemania y China. En el resto de los países existe innovación, pero solo la complementaria a aquella de tipo fundamental asociada a la biotecnología. En ese esquema de diferenciación de funciones en la economía mundial, el caso HB4 en Argentina constituye una excepción. Una innovación fundamental de alcance global que viene desde la periferia de la economía mundial.
Oportunidad
Una pregunta que se abre es si este evento científico-tecnológico será un episodio aislado (y potencialmente subsumido a las fuerzas centrípetas que dominan esta industria) o, por el contrario, puede ser un evento económico capaz de generar efectos más potentes sobre la estructura economía argentina.
En este sentido, aparecen dos elementos de oportunidad. Por un lado, se trata de una actividad de alta tecnología desarrollada localmente que, al mismo tiempo, podría tener un acceso privilegiado al extenso mercado de insumos agrícolas del Mercosur. Lo que se abre es una oportunidad para avanzar en un proceso de sustitución de innovaciones respecto de las tecnologías provistas por los grandes jugadores mundiales de esta industria.
En segundo lugar, el HB4 puede inscribirse en la trayectoria de un cambio paradigmático que se viene produciendo en las innovaciones de esta industria que va desde lo químico hacia lo biológico. No se trata solo de una oportunidad para ganar mercados, sino también para promover el despliegue de un sendero de innovaciones menos intensivo en el uso de agroquímicos. En este sentido, el hecho de que el trigo HB4 esté asociado con un evento de resistencia al glufosinato de amonio representa una contradicción respecto del rumbo señalado.
Aprovechar estas condiciones de posibilidad requiere, sin embargo, el despliegue de ciertas funciones avanzadas de planificación que permitan impulsar (i) una inversión a gran escala en la infraestructura de formación e investigación en un área de conocimiento específica; (ii) una trayectoria de innovación agrícola con un sesgo más biológico que químico; (iii) una política industrial capaz de promover el escalamiento global de innovaciones fundamentales; (iv) una articulación regional que permita afianzar al Mercosur como una plataforma de aprendizaje con fines de sustitución de innovaciones.
El desarrollo del evento HB4 revela la capacidad nacional para producir un evento científico-tecnológico de relevancia mundial. Sin embargo, el salto que demanda la constitución de un evento económico que pueda conmover las estructuras existentes tiene como requisito una consistencia fuerte en el plano político-institucional. Y en eso aún la excepción no termina de asomar.
*Investigador del CONICET y de la Universidad Nacional de General Sarmiento