Un 16 de Julio de 1950 Uruguay daba el golpe futbolístico más recordado de todos los tiempos: El Maracanazo. Para recodar ese acontecimiento, nada mejor que repasar a estos cinco cantores charrúas que tanto aportaron al tango.

5 ROBERTO FUGAZOT

Desde su adolescencia fue actor aficionado y buen cantor y con el celebrado payador Juan Pedro López, de quien recibió buenos consejos sobre el canto, formó un rubro artístico que realizó giras por el interior de su país. En febrero de 1924 Fugazot en dúo con Chiriff actuó en la emisora uruguaya Paradizábal y tres meses después en la radio El Día, esta vez junto a Ítalo Goyeche, con quien debutó en el Teatro Nacional de Buenos Aires, ciudad donde se radicó.

Era muy buen guitarrista por lo que era buscado por los cantores para formar dúos. En Buenos Aires conoció a Agustín Irusta, con el cual en 1926 empieza a actuar en dúo. A ellos dos se unió luego Alfredo Gobbi bajo el rubro Los tres gauchos, que trabajó en el teatro Hipodrome donde la primera figura era Ada Falcón, pero más adelante se separó y continuaron con el dúo trabajando en el fin de fiesta en diversos teatros. El 6 de noviembre de 1926 en el Teatro Nuevo, Fugazot estrenó el tango Viejo ciego, con música de Sebastián Piana y letra de Cátulo Castillo y Homero Manzi, en la obra Patadas y serenatas en el barrio de las latas.

En 1927 Irusta-Fugazot graban para RCA Víctor y, por otra parte, en el cuarto concurso de tangos auspiciado por Max Glücksmann tienen a su cargo cantar el estribillo del tema triunfante, Noche de reyes, de Pedro Maffia y Jorge Curi.


4- ENRIQUE CAMPOS

Debutó usando su verdadero nombre el 6 de enero de 1936 acompañado por los guitarristas Alfredo Solís y Carlos Méndez en el Cine Helvético de la localidad de Colonia Suiza y tres meses después actuó con los guitarristas Fontela y Silva Aguilar, en el programa Caramelos surtidos por radio CX18, pasando de inmediato al elenco del periodista y productor radial Eduardo Depauli (1909-1946), quien le puso Eduardo Ruiz como su primer seudónimo. Participó en la película uruguaya Radio Candelario que se estrenó en el cine Radio City, en agosto de 1939. En enero de 1940 hizo una gira por el sur de Brasil con los guitarristas Fontela, Pizzo y Falco y al volver meses después cantó por Radio América de Motevideo. En 1941 se incorporó durante una temporada con la orquesta de Pintín Castellanos en la que, entre otros, estaban como primer violín a Alfredo Gobbi y como bandoneonista Armando Blasco. Trabajaron en Montevideo en el Palacio de la Cerveza, cabaré Tabarís y Radio Monumental.

Más adelante se incorporó al conjunto Laurenz-Casella, que dirigían el bandoneonista Félix Láurenz y el violinista Pedro Casella, una orquesta por la que pasaron prestigiosos músicos, como los pianistas Julio Tobías y Sebastián Garreta, el contrabajista Mainardi, el bandoneonista Donato Racciatti y el violinista Ramón Panedas, entre otros. Cantó en el Café Ateneo, en radioemisoras y en numerosos bailes y decidió dar un gran paso y buscar trabajo como cantor de orquesta en Buenos Aires. Inicialmente pensó en el violinista Antonio Rodio pero lo encontró Ricardo Tanturi, que conocía sus cualidades artísticas, y lo incorporó a la orquesta típica Los Indios que dirigía porque buscaba una voz distinta en reemplazo de Alberto Castillo que acababa de independizarse y Campos tenía un estilo más melancólico y menos estridente que Castillo, sumado a una perfecta afinación.​Como en ese momento estaban actuando el cantor tanguero Ricardo Ruiz y un cantante melódico Enrique Ruiz, Tanturi lo convenció de elegir otro nombre artístico, abrió al azar la guía de teléfonos y de ahí salió el seudónimo por el que en definitiva fue conocido: Enrique Campos; su etapa con el maestro Tanturi fue sin duda la mejor de su carrera.​

Debutó en su nueva orquesta en Radio El Mundo y el 4 de agosto de 1943 grabó sus primeros temas, el tango Muchachos comienza la ronda de Luis Porcell y Leopoldo Díaz Vélez y el vals Al pasar, de Raúl Iglesias y Juan Gatti. Con un repertorio propio, que no incluía temas tradicionales, Enrique Campos hizo verdaderas creaciones de algunas piezas, tales como La uruguayita Lucía y El sueño del pibe, un tango asociado a la pasión del fútbol que fue un éxito radial y discográfico.​Con Tanturi grabó 51 temas, de los cuales dos fueron a dúo con Roberto Videla, entre los que se recuerdan especialmente los tangos Buenos Aires del 40, Calla bandoneón, Calor de hogar, Cantor de barrio, Cuatro lágrimas, Esta noche al pasar, Giuseppe el zapatero, Ivón, Jirón de suburbio, Llorando la carta, Malvón, Oigo tu voz, Que nunca me falte, Recién, Si se salva el pibe y Un regalo de Reyes; la milonga Bien criolla y bien porteña y los valses Me besó y se fue y Tu vieja ventana.

Con Francisco Rotundo grabó con el tango Llorando la carta de Juan Fulginitti el 10 de agosto de 1951 y en diciembre a dúo con Floreal Ruiz su antológica interpretación del famoso vals El viejo vals de Charlo y José González Castillo. Se desvinculó por segunda vez de Rotundo en octubre de 1952 y poco después se incorporó a la orquesta de Roberto Caló, que contaba con músicos de la talla del pianista Osvaldo Tarantino, el violinista Leo Lipesker y el bandoneonista Ernesto Franco y a los dos años se separó para retornar con Rotundo por tercera vez. La orquesta contaba con Luis Stazo como arreglista y primer bandoneón y con el cantor Ricardo Argentino, luego sustituido por Alfredo Del Río.

Algunas de sus obras como compositor y autor son el candombe Dale Negra, el vals Te estoy agradecido y los tangos Aunque me llame papá, Buenos Aires del cuarenta, Dale Artime, Del potrero, Esclavas y reinas, Para el final y Pero quisiera encontrarte, todos con letras de Jorge Moreira y el tango Conformate con ser buena, con Juan Fulginitti y el vals Por qué no estás tú, con Julio Jorge Nelson.

Enrique Campos falleció en Buenos Aires, Argentina, el 13 de marzo de 1970.

3- ALBERTO MASTRA

Hijo de don Luis Mastrascusa, de profesión zapatero y de doña María Ilario. Sus abuelos por línea paterna eran Leonardo Mastrascusa, también zapatero y de Rosa Bruno, ambos italianos, por línea materna Alfonso Ilario de profesión albañil y Rosa Gallardo, también ambos italianos. Era conocido como "El Zurdo", "Carusito" o "El Petiso".

Nació en el barrio montevideano de la Aguada. Su padre era un zapatero de origen italiano. Habiendo perdido a su madre a una edad temprana, su abuela tuvo un rol importante en su infancia. Su interés por la música se manifestó desde muy joven en los escenarios de los recreos del Parque Rodó, donde dio sus primeros pasos como mímico y cantante. Posteriormente recibiría sus primeras nociones de guitarra de la mano de Alberto Galloti. Siendo zurdo y al carecer de instrumento propio, tuvo que adaptarse a la guitarra encordada para diestros, desarrollando de esta forma una técnica particular que lo distinguiría por el resto de su vida.

Muchas de sus composiciones fueron registradas en distintos fonogramas por las orquestas de Aníbal Troilo, Pedro Laurenz y Carlos di Sarli y por importantes cantantes de tango como Roberto Goyeneche, Alberto Podestá, Edmundo Rivero, Raúl Berón y Lágrima Ríos.

Su nombre verdadero era Alberto Mastrascusa Ilario.

Músico. Guitarrista. Autor. Bohemio y poeta en cuya guitarra y en cuya voz encontraron prolongación fiel los cantores del Montevideo popular del pasado.  Así sus milongas Miriñaque, El Criollito Oriental, Maldonado, Con permiso, Así fui yo, Zanjones, en las que perduran algunas de las características de ritmo y de sabor propias de las milongas del bajo. Nació en Montevideo, el 9 de noviembre de 1909 en la vecindad de la esquina de Gaboto y Paysandú atrás del molino Mané que evoca él en su milonga, Así fui yo, y en su poema Harina Amarga.


2- CARLOS ROLDAN

Nació en el barrio La Comercial y desde muy chico le gustaba el canto y se destacaba por su gran simpatía; todavía de pantalón corto, ya estaba como estribillista de la orquesta de Américo Pioli. En abril de 1932 participó en un concurso de Radio Westinghouse que finalmente ganó Enalmar De María. Ese mismo año cantó en CX 46 Radio América acompañado por los guitarristas Canessa y Remersaro y también en el «Salón de Harte Ateniense». En 1933 ingresó como vocalista de la Típica Los Ceibos que integraban el pianista Jorge A. Puente, los bandoneonistas Silvio Bloes y Míguez y el violinista José Marotti y actuaron por CX 12 Radio Oriental.

Sus amigos del emblemático bar Vaccaro en barrio Goes, en la esquina de General Flores y Domingo Aramburú, en el que era asiduo concurrente así como de otros cafés del barrio organizaron una función en el Cine-teatro Avenida, ubicado en la Avenida San Martín 2481 para que con su producido pudiera viajar a Buenos Aires. Allí se unió a la orquesta de José y Luis Servidio y actuaron por varias radioemisoras cambiando el nombre artístico de Carlos Porcal que venía usando, por el de Carlos Roldán. Trabajó después en el conjunto de Lurati-Tobía en el Tupí Nambá, un lujoso café de Montevideo ubicado sobre la Avenida 18 de Julio, hizo una gira por Brasil y en diciembre de 1933 actuó como solista en LR3 Radio Nacional, la radioemisora que tiempo después pasó a llamarse Radio Belgrano. Con sus guitarristas hizo giras por el interior de Argentina teniendo como base la ciudad de Buenos Aires.

Hizo una temporada en LR9 Radio Fénix, emisora que luego se llamó Radio Antártida y posteriormente Radio América, y a mediados de 1937 volvió a Radio Belgrano, con cinco guitarras de acompañamiento. A fines de 1938, con el marco de acompañamiento de la orquesta de Pedro Maffia cantó a dúo con Mercedes Simone.

A comienzos de 1939 se trasmite por Radio Belgrano el memorable ciclo llamado El tango de oro, con libretos de Homero Manzi y la concurrencia de conjuntos típicos como los dirigidos, entre otros, por Roberto Zerrillo, Antonio Sureda y Roberto Firpo. En esta última orquesta Carlos Roldán se consagró como uno de los cantores relevantes del género; abandonado el estilo inicial imitando a Magaldi, apareció una personalidad distinta, más acorde y aproximada a la voz de Carlos Gardel.

Roldán intercalaba sus presentaciones Firpo con giras por el interior argentino y actuaciones en Montevideo.

Con Canaro, además de otras presentaciones Carlos Roldán se lució como cantor y como actor en las sucesivas comedias musicales dirigidas por aquel, tales como Sentimiento gaucho, Buenos Aires de ayer y hoy y Dos corazones hasta su desvinculación en mayo de 1945, si bien hubo un retorno fugaz el 15 de septiembre de 1947 para grabar el tango Yo solo sé, de Canaro, Mariano Mores e Ivo Pelay. En cine argentino trabajó en Vidas marcadas (1942) y Buenos Aires canta (1947).

Entre 1952 y 1953 cantó con Roberto Caló y en 1956 lo hizo para Miguel Caló.

En Uruguay grabó con los conjuntos dirigidos por Julio Arregui, Luis Caruso, Hugo Di Carlo, Cecilio Duarte y Donato Racciatti y cantó y actuó en comedias musicales como Lindo tiempo aquel de ayer, Muchachos que peinan canas (1957) y El nombre más lindo del mundo (1947).

Carlos Roldán falleció en Buenos Aires el 16 de junio de 1973 y sus restos fueron repatriados a Montevideo recibiendo sepultura en el panteón social de AGADU. En su homenaje lleva su nombre una calle del barrio La Comercial de la ciudad de Montevideo

1- CARLOS OLMEDO

Era un niño cuando su familia se fue a vivir al Barrio Sur de Montevideo. Tenía 19 años cuando a partir de ganar un concurso de cantores del Gran Café Ateneo, de la Avenida 18 de Julio y la Plaza Cagancha comenzó a cantar en las principales salas, confiterías, teatros de la ciudad donde el tango y el candombe eran los convocantes.

En 1947 se trasladó a Buenos Aires, un poco después que lo hiciera Pablo Moreno y dos años antes que Julio Sosa, tres uruguayos, cantores y amigos. En esta ciudad trabajó en distintos escenarios, entre ellos Radio Mitre, el Tango Bar y Café La Armonía si bien de tanto en tanto hacía presentaciones en Montevideo. Entre 1952 y 1953 integró a la orquesta de Ricardo Pedevilla y en 1954 ingresó, aunque por poco tiempo, en la orquesta de Osvaldo Pugliese reemplazando a Juan Carlos Cobos que se había desvinculado. El 1° de marzo de 1955 debutó con Aníbal Troilo sustituyendo a Jorge Casal que iniciaba su etapa como cantor solista, junto a Raúl Berón primero y a Pablo Lozano luego, y continuó hasta el 30 de abril de 1956; en ese lapso grabó los tangos Recordándote y El cantor de Buenos Aires para el sello TK.

Entre 1957 y 1959, formó rubro de cantantes con Ruth Durante y Enrique Castel, para actuar, acompañados la orquesta dirigida por el bandoneonista Ángel Baya en el espectáculo Dos astros y una estrella, permaneciendo juntos hasta 1959. Ese año pasó a formar parte de la Típica Buenos Aires.

En 1966 grabó para el sello Tini junto a cuatro notables músicos: Julio Ahumada (bandoneón), Aquiles Aguilar (violín), Carlos Parodi (piano) y Hamlet Grecco (contrabajo), y por la misma época hizo en Uruguay algunas grabaciones con  Alberto Mastra.

Dice Abel Palermo que Carlos Olmedo:

"Perteneció a la dinastía de las voces varoniles del tango. Sin falsos clichés de guapo, sin una potencia destacable, tuvo la virtud de generar un clima intimista y hasta delicado, con registro de barítono y una voz ceniza muy melodiosa. Desgraciadamente, nos dejó el escaso testimonio de muy pocas grabaciones."


Entre sus composiciones se destacan Y no le erré (1959) y De puro curda (1957), que descollaron en la voz de Alfredo Belusi, Lo que vos te merecés (1955) —los tres con letra de Abel Aznar—, Mi luna, con letra de Lito Bayardo de la que hay una excelente versión grabada por Roberto Goyeneche, Por quererla así, con letra de Marcelino Hernández y No tengo la culpa (1960), letra de Arturo De la Torre.

Falleció el 12 de marzo de 1976 a los 54 años, a causa de un síncope cardíaco en la ciudad de Mar del Plata