El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva desistió de viajar a la ciudad de Foz de Iguazú, al sur del país, para asistir al funeral de un dirigente de su partido asesinado por un policía bolsonarista el fin de semana, ante el temor de un ataque violento. La preocupación por la seguridad de Lula, favorito para ganar las elecciones de octubre, crece día a día y, tras las recomendaciones de la Policía Federal, su comando de campaña decidió reforzar la seguridad y planificar de forma detallada su agenda de trabajo para evitar incidentes.
En un acto celebrado en Brasilia el martes por la noche, Lula atribuyó el asesinato del militante Marcelo Arruda al "odio" que difunde Bolsonaro en sus discursos y pidió a quienes lo apoyan que eviten "provocaciones" de cualquier tipo. En Brasilia Lula también logró cerrar acuerdos regionales con sectores ruralistas, alineados históricamente con Bolsonaro, y el Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB), el partido del expresidente Michel Temer que lleva como candidata presidencial a la senadora Simone Tebet, que cuenta con entre dos y cuatro por ciento de intención de voto en los sondeos.
Lula, quien según las encuestas tiene una intención de voto en torno al 45 por ciento frente al 30 por ciento que suma el actual mandatario, condenó el crimen y decidió viajar a presentar sus respetos a la familia de Arruda. Sin embargo, según informó este miércoles el portal UOL Noticias, la idea se dejó de lado debido a las dificultades logísticas y de seguridad para realizar la visita.
"Es muy difícil cumplir con los protocolos de seguridad a los que se ha sometido la agenda de Lula desde que se produjeron actos de violencia en los eventos de esta campaña preelectoral", aseguró una fuente del equipo del líder del PT. Los viajes de Lula por las ciudades de Brasil han estado precedidos por visitas previas de agentes de seguridad. El exmandatario también ha adoptado un nuevo hábito en sus apariciones públicas: llevar un discreto chaleco antibalas.
"Darles una lección de moral como Gandhi"
"Bolsonaro intenta hacer una guerra de la campaña electoral. Están queriendo instalar que hay una polarización criminal. Es gracioso que digan eso, porque el PT siempre ha participado de todas las elecciones" desde la redemocratización, "sin violencia", dijo el martes por la noche Lula, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010. Lula recordó que participó de las elecciones de 1982 a gobernador de San Pablo y en las presidenciales de 1989, 1994, 1998, 2003 y 2006 y "las veces que perdí me fui derrotado, nunca hablamos de violencia en la campaña".
Frente a unas ocho mil personas en el auditorio Ulysses Guimaraes, Lula convocó a la militancia a no caer en provocaciones. "Quedan tres meses para las elecciones y necesitamos que nos multipliquemos, vamos a seguir haciendo actos y vamos a tener que darles una lección de moral como lo hizo Mahatma Gandhi contra Inglaterra", afirmó al citar al dirigente político independentista y pacifista indio asesinado en 1948.
El expresidente de Brasil calificó el ataque político contra el tesorero del PT en Foz de Iguazú, que trabajaba de guardia municipal, como consecuencia de "una persona tomada por el odio, el fanatismo, el sectarismo". En su acto del martes, Lula repudió el intento de Bolsonaro de acercarse a un hermano de Arruda luego de haberse negado a lamentar el homicidio.
"Él no tuvo empatía con ningún huérfano de los casi 700 mil muertos por covid-19, ni una lágrima derramó. Este hombre se alejó del planeta Tierra y está viviendo en un planeta donde la humanidad no existe, sólo existe el odio", aseguró Lula.
Contacto de Bolsonaro con familiares de Arruda
Bolsonaro, por su parte, conversó por teléfono este martes con algunos familiares de Arruda, que al contrario de su pariente, lo apoyan. En la conversación, grabada y difundida por un diputado oficialista, Bolsonaro se quejó de que "la izquierda y la prensa, que es casi toda de izquierda", estén "politizando" el caso.
"Ustedes nunca me vieron estimulando algún tipo de conflicto, a pesar de que la prensa dice otra cosa", garantizó el líder de la ultraderecha en la conversación, tras lo cual dijo, en relación al asesinato, que "aunque haya habido una discusión y un intercambio de groserías, nada justifica lo que ocurrió".
El mandatario incluso sugirió a los familiares de Arruda que le visiten en Brasilia y le acompañen en una rueda de prensa a fin de "aclarar las cosas" e impedir que el crimen sea utilizado "para atacar al gobierno". La reacción de Bolsonaro ocurrió luego de que sus aliados le recomendaran, según la prensa, tener mayor empatía con el homicidio contra el hombre que festejaba su cumpleaños con una remera con la cara de Lula.
Los partidos opositores de Brasil le pidieron al fiscal general, Augusto Aras, abrir una investigación contra Bolsonaro por "exhortar al odio" contra sus rivales políticos. "Bolsonaro usa su posición de autoridad para diseminar odio", dice el pedido que indica que el jefe de Estado debe ser investigado por incitación y apología del crimen. La solicitud se basa en las recurrentes convocatorias a una "guerra" contra la oposición y sus amenazas contra sus adversarios políticos.