La atleta ucraniana Yaroslava Mahuchikh, poseedora de la mejor marca mundial del año en salto alto (2,03 m), afirmó que "no quiere ver asesinos rusos" en el Mundial de atletismo, que comenzará el viernes en la ciudad de Eugene (Oregon, Estados Unidos).
"No quiero ver en la pista a asesinos, porque esta guerra ha matado a muchos deportistas", apunto la ucraniana este miércoles, en declaraciones con la prensa.
Las declaraciones de Mahuchikh, de 20 años y campeona del Mundial de pista cubierta de Belgrado en marzo, también llamaron la atención por su manera de referirse al caso de su rival y antigua compañera rusa Mariya Lasitskene, la número 1 olímpica en la disciplina.
La atleta rusa no podrá competir en el Mundial luego de que la Federación Internacional de Atletismo siguiera la recomendación del Comité Olímpico Internacional (COI) de prohibir la participación de atletas rusos y bielorrusos en sus competiciones por la invasión de Ucrania.
"Antes del 24 de febrero (fecha de inicio de la ofensiva rusa sobre Ucrania) teníamos una buena relación, hablábamos. Pero ese día lo cambió todo porque ella (Lasitskene) no le escribió nada a nuestros atletas", explicó Mahuchikh.
"Pero después sí le escribió a Thomas Bach (presidente del COI) para poder competir, porque es rusa. Nuestra gente muere porque es ucraniana", agregó.
Campeona en Belgrado, luego de huir de Ucrania en auto
El 19 de marzo pasado, Mahuchikh se proclamó campeona en el salto de altura en el Mundial de la especialidad que se disputó en la ciudad de Belgrado, en Serbia.
En este contexto, su historia dio vuelta al mundo luego de relatar que huyó en auto de Dnipro, su ciudad natal, a las pocas horas de que Rusia comenzara su invasión a Ucrania, el 24 de febrero.
"Me desperté con el sonido de dos explosiones, la artillería y disparos. Rápidamente, llamé a mis padres y a mi entrenador. Comprendí que los rusos habían comenzado la guerra contra el pueblo ucraniano. La situación era muy difícil y tuve que dejar mi ciudad, Dnipro", relató.
Asimismo, detalló que después de varias horas de pánico, ella y su familia se mudaron a un pequeño pueblo no muy lejos de su casa, y que en aquel entonces, no pensaba en absoluto en los entrenamientos y no creía posible concurrir al Mundial.
"Pero recibí una llamada de la Federación Ucraniana pidiéndonos ir a Belgrado para proteger a nuestro país en la pista. Comenzamos entonces un viaje de tres días en coche bajo las bombas y acompañados por las sirenas. Tres días en auto, los tres días más largos de mi vida", precisó.