Nuevamente familias que viven en zona norte y oeste baja de la ciudad de Salta se manifestaron en las calles por la ausencia del servicio de agua potable en sus casas. Esta vez contaron que llevan más de una semana sin suministro, y que desde hace dos semanas venían sufriendo interrupciones prolongadas.
Después de que los vecinos realizaran cortes de calles, las autoridades de la empresa Aguas del Norte los recibieron pero les avisaron que la situación se prolongaría hasta el viernes, ya que debían arreglar un pozo que está ubicado en las inmediaciones del Hospital Público Materno Infantil.
Desde hace décadas el acceso al agua potable es desigual tanto en la capital salteña como en el resto de las localidades. Esta situación se agravó cuando se privatizó el servicio durante el gobierno del actual senador nacional Juan Carlos Romero, que concesionó la provisión de agua a una empresa privada. Antes de los procesos de reforma, el servicio de agua en la provincia estaba a cargo de la Administración General de Aguas de Salta (AGAS), que contaba con autonomía administrativa y prestaba servicios de agua potable y alcantarillado en 43 localidades, según relata una investigación de Gustavo Saltiel.
A diferencia de AGAS, la empresa privada prestaba servicios únicamente a los grandes núcleos urbanos, algo que se sostiene hasta hoy, pues sólo brinda asistencia al 62% de la población salteña. Pero, a pesar de que los núcleos urbanos sí tenían garantizada la prestación, no se priorizó el mantenimiento y la renovación de cañerías. La actual gestión de la empresa, afirmó reiteradas veces que no tenían recursos económicos para hacerlo.
La ciudad de Salta, que cuenta con una infraestructura obsoleta, tampoco logró la atención de parte de los gobiernos locales, aún cuando en 2009 la prestación de los servicios de agua y desagües cloacales en Salta volvió a manos de la provincia, naciendo la empresa Aguas del Norte, de la Compañía Salteña de Agua y Saneamiento (CoSAySa). A esta situación se sumó el surgimiento de nuevos barrios.
En este escenario se presentan los constantes reclamos en la ciudad capitalina. Ahora se trata de los vecinos y vecinas de los barrios Miguel Ortiz, Vicente Solá, El Pilar, 20 de Febrero, Villa Luján y Lamadrid, que desde hace una semana se quedaron sin el suministro. Una de las perjudicadas es María Ríos, quien dijo a Salta/12 que "siempre" tuvieron problemas con el agua. Contó que desde hace al menos 5 años les cortan el suministro desde las 20 hasta las 7, del día siguiente.
Sin embargo, "estos días directamente nos cortan" de manera total. Una situación similar se presentó en los días previos a la festividad de Año Nuevo. En ese momento, muchas viviendas se quedaron sin agua potable durante dos semanas. "Obviamente, hicimos los reclamos a los números de whatsapp que nos daban, o al 0-800 de reclamos, pero siempre fueron las mismas respuestas", manifestó.
El justificativo era, y sigue siendo, la baja presión del agua en la red. Desde la empresa, les aseguraron que esto se debe al mal estado de las cañerías, que tienen pérdidas de agua que se calculan superiores al 55% en toda la ciudad. La baja presión impide el desarrollo de actividades cotidianas como el uso del lavarropas o la carga de agua en las mochilas de los inodoros.
"La gente está cansada porque ni siquiera nos dieron una respuesta inmediata como hacer llegar camiones cisternas. Ya no podemos estar sin agua", reclamó la mujer que formó parte del grupo de vecinos y vecinas que se reunieron con el presidente de Aguas del Norte, Luis María García Salado, quien les explicó los motivos de la situación y les comunicó que seguirán así hasta este viernes.
García Salado les informó que la situación se debe a una merma en el caudal que abastece al sistema. Contó que operarios de la empresa trabajan en el río La Caldera para mejorar el ingreso de agua al sistema que abastece la cisterna El Huaico, la cual provee a los barrios comprendidos en ambas zonas. Desde la empresa, se dijo que la situación se suma además al inicio del período de estiaje en la provincia.
En la reunión, de la que también participó el gerente de la compañía, Javier Jurado, se dieron a conocer las obras de mediano plazo que ayudarán a optimizar el servicio en el lugar, particularmente la incorporación de mil metros cúbicos por hora de la planta potabilizadora de Campo Alegre. Se supone que esta planta abastecerá directamente a las zonas hoy afectadas, mejorando la provisión del servicio.
También se informó sobre los trabajos puestos en marcha para el recambio de cañerías, lo cual permitirá que se deje de perder recurso como consecuencia de la obsolescencia de las redes, algunas de mucha antigüedad. Se garantizó además, la presencia de camiones con puntos fijos atendidos por personal de la empresa para abastecer las necesidades de los vecinos hasta tanto se normalice la situación.
Precisamente, la semana pasada el directorio de Aguas del Norte presentó un Plan Federal de agua y saneamiento que ya se ejecuta en la provincia. Se trata de 218 obras en las que se invertirán más de $13 mil millones, y en cuya ejecución se prioriza el recambio y tendido de nuevas cañerías, la perforación de pozos, la ejecución de tomas de agua y la construcción de acueductos, plantas depuradoras y plantas potabilizadoras.
A pesar de las explicaciones que recibieron de García Salado, la vecina María Ríos dijo que las familias aún se mantienen ofuscadas porque "la solución no es que nos manden un camión y que nosotros vayamos con un balde a buscar agua". Afirmó que esta solución provisoria de abastecimiento no contempla a los adultos mayores y personas con discapacidad, que en muchos de los casos se ven impedidas de proveerse de agua.
"Nos dijeron que hay que aguantar hasta el viernes, que es cuando se arreglará un pozo que está cercano al Hospital Materno", donde hay una falla eléctrica. "Esto no puede seguir así", insistió Ríos, anunciando que si la falta de agua corriente se sigue extendiendo volverán a manifestarse en las calles.