El camino de la héroa comienza con Vedette, nuestra front Mostra, en una búsqueda personal que nace en la basura. Es ambientadora, directora de arte y utilera, pasó por las productoras que hacen los shows mainstream del Bailando, Cantando y Confeccionando. “Empezar a encontrarme desde la nada misma, empoderada con nada”, dice y cuenta cómo al salir del trabajo veía en la basura montañas de vestuarios, accesorios y materiales que a veces agarraba para ir creando. Lo que fue construyendo no fue un personaje sino su identidad: “Vedette aparece cuando ya no bancaba más vivir en ese acting cis. A medida que empecé a romper el binarismo empecé a tener una confianza mayor”. Y esa libertad la llevó a armar fiestas, aquelarres, grabar su propia música, pensar medios y más espacios desde los que siempre abrió el juego a más amigas y mostras. Sea dentro de una productora o en el ambiente cuir, Vedette siempre construye mundos, y te invita.

Por eso cuando le llegó la propuesta de un recital en el Teatro Margarita Xirgu UNTREF lo pensó en colectivo. Junto a Gonza Gorosito (con quién ya venían de crear +Visibles, colaborar en el corto Reinas y gestionar Tongue Pop) en la producción, en la dirección de escenario a Kuma, Fede Haro en dirección musical y John Gómez como productor comercial se armó la cabeza editorial de la esta revista. “Si seguimos viviendo de la fantasía iba a tener un final todo esto”, explica y narra lo milimétrico y pensado de todo este proceso. Los ensayos, la difusión, los castings para definir los planteles, todo es autogestión y gran disciplina. “Nos bancamos a nosotras mismas, nos creamos, va más lento el crecimiento porque no tenés espalda. Estamos codo con codo, tenemos este deseo de conquistar las tablas,de armar musicales, de que crezca”.

Esta es una propuesta creada, producida y realizada por la disidencia lgbtq+. Acá “el Cistema Hetero Patrialcal no está en vigencia bajo ningún término”, explica Kuma, artivista, directora creativa, productora, coreógrafa, bailarina y directora general del espectáculo. Así como las carpas koi crecen más rápido cuando el ambiente es más grande acá tienen el lugar que les corresponde todes esxs artistas que el mainstream heteronormado desplaza. “Es tan zarpado lo que ocurre con el arte disidente, y estamos tan borradas. Siento que necesitamos salir del estanquecito para abrir los brazos, peinar más altas las pelucas”, detalla Vedette. “La conquista de los espacios es algo netamente artivista. Salir de las discotecas, y entrar a el teatro ‘comercial’ es el taconazo que necesitamos para conquistar el mercado dominado por el CIStema”, completa Kuma. Las dos saben que cuando la carpa koi llega a la cima de la cascada, se convierte en dragón, en DRAGona.

Vedette, Anelam y Kuma se preparan para los estrenos y la temporada de Draga Paliza

Hay equipo

El espacio escénico es el vacío galáctico, una oscuridad que cuenta los segundos para que el Big Bang lo bañe de creación y nacimientos constantes. De cada pata del escenario brota un color, un arte, un lenguaje, miles de estilos. Acá la sigla LGBTNB+ también abre un abanico infinito. Todo esto converge en escena para fusionar tango con vogue, malambo y drag, pop y caos. La oferta es infinita, y más allá.

“Me encanta sorprenderme tras cada puerta en los camarines. Al ser un proceso grupal de preparación hay dragas, amichas y amichos por todos los rincones representando a muchas etapas del drag, representando a muchos espacios de la comunidad”, la que habla es Laurent TPK, madre de la Kiki House of Tropikalia (TPK). Lo cuenta mientras ayuda con el maquillaje de una de sus hijas, Elo Tpk, ante la atenta mirada del Príncipe Michiru TPK. La escena ballroom local dice presente con esta familia que como todo buen linaje cuir es un espacio de convide. Por eso además de madres e hijxs se suman siempre “más parientas” como Solmi 007 y Andy 007. Sus cuerpas políticas en tonos flúo encarnan la danza como gesto político y conviven con todos los ritmos que atraviesan el show. Esta familia no es bio ni lógica, es inmensa.

Tango, pop, drag, folklore, ópera y vogue habitan armónicamente este show al estilo Babel. “Es como una cultura de zapping noventosa. No podemos ni queremos unificar el discurso, vos vení acá a ver que siempre vamos a brotar en más colores más allá de lo visible. Estamos para sorprendernos incluso a nosotres mismes, a mi Draga Paliza me nutre”, explica Vedette. Y esto se ve en la admiración mutua que existe entre todos los elencos, como presencian los ensayos de otres, durante el show artistas son público y se fascinan con la magia de sus compañeres. “Es sentirme en un lugar de pertenencia, acá estamos para que no se objete la fantasía de nadie”.

Ahora un caballero recorre el escenario. Es Armando A. Bruno, padre de la casa drag House of Knights. “El arte Drag King viene a investigar principalmente qué entendemos por masculinidad, su rasgo de universal y quienes pueden habitarla”, explica con su rostro anguloso y trazado por los cánones de una masculinidad revisitada que se define en cada trazo de esa construcción que ahora performa.

“Todo tiene su género, las películas, las telas, los libros, las disciplinas, las instituciones y sus formas de comportarse. Entiendo que el drag cuestiona esos géneros según los intereses de cada drag”, explica. Porque acá no sólo se cuestionan e interpelan las normas sexogenéricas sino todo lo que nos construye.

“El drag king permite habitar histriónicamente y como expresión artística la masculinidad a identidades que se les niega su lugar como agentes de construcción de esa masculinidad como lesbianas, no binaries, identidades trans y marikas entre algunas de las disidencias”, suma Armando. Y es que esa masculinidad otrora vedada y que tanto nos castigó en su formato hegemónico y heteronormado, hoy muches hoy la revisitan en clave cuir.

Dentro de la escena Ballroom existe la categoría Runway en la que lxs caminantes se convierten en modelxs de alta costura. Hay dos estilos: “Como esto surge en los 70/80 en un mundo más binario se dice que el estilo European era más femenino y el American masculino”, explica Príncipe Michiru TPK, “hoy por hoy se habla más de un tipo de expresión en consecuencia a los ejes del movimiento y las estructuras que se ven en la forma de caminar”. El príncipe de la Kiki House de Tropikalia suele lucirse con su estilo americano tanto en las competencias de ballroom como en el escenario del Teatro Xirgu: “Es una herramienta para rehabitar lo que se nos enseñó que era masculino, a mi me ayudó a encontrarme dentro de mi masculinidad”, también comprende que otras personas no se sentirán cómodas con este reflejo de lo que se nos impuso, pero al final del día esta es otra herramienta disponible para quien la necesite usar, sea para ganar un trofeo o para seguir encontrándose. Lo que explican tanto Armando como Michiru coincide con mucho de lo que todo el elenco dirá, no solo estamos asistiendo a un show, estamos presenciando el constante proceso de capullo y evolución de cada intérprete.

Drags al ataque

El equipo es mutante y va cambiando en las presentaciones, son muchas combinaciones posibles que pueden hacer que en una función disfrutes de Fifí Tango, Alenam y Nica Lorach, y a la otra te invada el pop de Galán, la presencia de Dream Baby Legend y te hipnotice el arte de Legon. Hay una vibra de Liga de la Justicia con todos los trajes y outfits marcando las variopintas propuestas. Y también justicia es que todas estas disidencias y talentos ocupen los espacios que le corresponden: todos.

Flavia Flores se prepara para su segmento de lujosísima bailanta y a su andar la sigue el tintineo de su traje y accesorios. “Desde los 17 años que me subo al escenario”, dice mientras con una edad que dobla a más de algunas personas del elenco no tiene nada que envidiarles en vitalidad y talento. Kuma mutó y ahora tiene su traje de performer con esa sensación de cada vez parecer más a sí misme. Están con Flavia abrazadas mirando a escena, se maternan y acompañan.

Mientras sigue el ensayo una especie de torbellino de colores se mueve en bloque y se lleva puesto todo lo que toca, son las dragas. Ellas son una mezcla de los colores y dulces personalidades de ‘Rainbow Brite’, alien y la melancólica oscuridad de Jack Skeleton y Sally, todo esto mezclado con acidez picaresca.

Dixie Valentine, Stepa Káustica, Kalo, Rapsodia Pepperlust, María Pía Martignoni, Kairo, Nico Germanotta, Megan Dalbit, Lesexe Bellum, son algunos de los nombres que unidos forman una especie de mantra, un rezo que invoca tanto al Rey Goblin de Laberinto como a la música de Alaska de Fangoria para iniciar esta fiesta en el infierno. Y si todo va arder que haya gente de la Tierra del Fuego. Desde ese sur llega Rapsodia Pepperlust: “el drag es ser y lanzarte a eso que crees que es importante de experimentar , que es importante como imagen”. Sea con o sin peluca, con casquete o tocados hechos de lo que sea, sea alien,animal, folklórico o todo a la vez, Pepperlust declara que en esta disciplina “cualquier fantasía es permitida, este es un arte y expresión sin condicionamientos”.

“Yo me descubrí a mí misma con el arte drag”, explica Kalo. Entiende esto como un hecho político que transgrede normas y reglas. Kalo, como tantxs, descubrió que en ese proceso de montarse y diseñarse tal y como es, se encontró. “Es una revolución interna porque te empezás a hacer cargo de las cosas que te gustan y de quien sos y jugas con todas esas referencias”. Es que en nuestro arte se filtran todas esas obras con las que crecimos y hoy a través de nuestras disciplinas las volvemos carne y lentejuela. Por ejemplo Armando A. Bruno cuenta que su drag nace de “la glorificación del pop latino, las parodias a clásicos de terror y la nostalgia por los animes que pasaban en Magic Kids”. Durante el show temas, cuadros musicales icónicos, figuras, momentos y demás de nuestra cultura popular son interpretados desde nuestro arte. “Es una sanación a nuestro niño interior”, corona Kalo.


En el Olimpo de deidades a seguir de Vedette se sientan Annie Lennox, Spice Girls, Madonna y Fiona Apple entre tantas muchas. Ellas fueron las musas que le cuidaron en esa infancia solitaria de identidad en secreto. En ese niñito correcto, perfecto y cumplidor latía por debajo de la piel una rebeldía escorpiana esperando a salir. Por eso ni lo dudó cuando un amigo de la familia le propuso audicionar para ser un ‘Chico Patsy’. El Clan de Patsy era un show de televisión copia local del Show de Xuxa y en su anhelo un espacio de danza, canto y alegría. Pero esa mañana sus padres no lo despertaron y se perdió la audición, la frase fue lapidante: “Vos chico sí, Patsy no”.

Hoy la nave de Patsy yace en algún galpón dónde duermen los sueños y decorados, pero acá, en el Teatro Xirgu, Vedette recorre la sala de comando que parece un camarín y se prepara junto a Kuma, Gonza, Fede y John para trazar el próximo recorrido de este crucero hacia la TRANS-dimensión. Observa a cada una de las tripulantas que son estructura y combustible de este viaje. Y si te acercás a ella, muy bajito, entrre el ruido de los tacos y las lentejuelas al andar, la podés escuchar repetir un mantra: “el drag para cauterizar el dolor”.

“El mundo ha sido muy odiador con nuestras existencias y pese a eso el arte y la belleza que proponemos nos ha salvado”, dice Luchi de Gylfendelt quien junto a su gemela Ferni son ‘Opera Queer’. En los últimos meses comunicadores de la derecha más recalcitrante les han atacado sistemáticamente. Luchi es docente de la cátedra de Canto Disidente de la UNA (Universidad Nacional de Arte), la primera del mundo, también es cantante lírica y activista. Ferni es una feminidad trans no binaria, música, cantora y docente que en su paso por el tradicional Festival de Cosquín logró que eliminen los binarismo en el criterio de pre-selección.

“Acercar la ópera a nuestra comunidad, a todo el mundo, es algo cuir”, dice Ferni mientras desarma ese otro binarismo, el que opone lo académico con lo popular, “como si lo popular no fuese de culto y no haya toda una tradición hermosa que rescatar, que devolverle al pueblo”. Luchi complementa: “La ópera no puede ser solamente una megaproducción de un teatro que recibe la mayor cantidad de presupuesto. Puede ser en un bar con una cerveza en la mano y entre todes cantar el coro de ‘Carmen’ porque lo sabemos”, dice en este ejercicio de devolverle a todes el disfrute de esta música que es poderosa y nos conecta con algo interno: “Tenemos derecho a sabernos vocalidades disidentes y cantar siempre en manada, en trinchera amorosa. Eso es Draga Paliza donde cada une aporta lo suyo”.

Este es mi mundo ¿Por qué no sentir orgullo de eso?

‘Come into my world’, “vení a mi mundo” canta Kylie Minogue, otra de las estampitas veneradas en este grupo que también te invita a más que su planeta, su universo. La nave te lleva a nuevos terrenos, y al aterrizar la propuesta también es desafío: “Acá nadie te va a venir a explicar ni tirar un ‘Heal the world’. Nosotras hablamos desde nosotras para nosotras, vos vení e interpretalo con tus herramientas”, dice la capitana Vedette. Acá no hay pedagogías sino el sincero y transformador poder de compartirse.

“Tengo desde adentro un impulso gigante de deseo de que este espectáculo transforme la mirada cultural de la sociedad para que reconstruya y dignifique los valores del trabajo de la comunidad artística disidente”, dice -invoca- Kuma. Para Kalo sería muy importante que toda persona que tiene prejuicios sobre esta comunidad y cultura vean Draga Paliza, que llegue a todos los públicos: “Porque no nos encasillamos, porque no queremos más las casillas, queremos que todes puedan disfrutar de un buen show de mostras dragas performers”.

Y algo así sucedió cuando en marzo de este año el descenso fue en el Anfiteatro del Parque Centenario en Ciudad de Buenos Aires dónde más de 1200 personas vivieron la experiencia con casi 30 artistas en escena dándolo todo. Kuma sabe que si está inspirada el mundo es suyo, y eso convoca las energías que vibran de manera similar. Esta fecha con un público barrial y mixturado seguro llevó un lenguaje novedoso a más de una persona. “Creo que la inspiración viene de muchas maneras, es esa chispa que puede atravesar las edades, las clases sociales, los cuerpos, los continentes y encender una idea y esa idea puede cambiar el mundo”, predice.

La nave está pronta a despegar


Los ensayos van delineando lo que veremos durante toda esta temporada de Draga Paliza que comienza con los distintos estrenos del 16 y 30 de julio. El ambiente es familiar, eso van tejiendo cada vez que se encuentran. El escenario y la grupa les transforma, por eso cada show es distinto, porque todes son diferentes cada vez. Y el público no es exógeno. Las disidencias que por años asistimos a mirar comprendemos la valía de quién está en la butaca, por eso Draga Paliza como experiencia no va permitir que el culo se te quede quieto. Desajustate el cinturón, ponete el casco y/o casquete, y entrá en la experiencia, porque vos también sos parte.

“Como nos cuida y nos mima el equipo técnico es una fantasía. La música curada por Fede Haro, las coreos de Kuma, la visión de vedette”, dice madre Laurent TPK. Y todes se van abrazando en lazos para complementarse. La que ayuda con el maquillaje a otre, los “vení sacame una foto que la subo”, el teje y la charla previa, el orgullo de admirar al resto. “Esta comunidad artística disidente que se genera la celebro y comulgo hacia todo el mundo. El amor que se respira en el show es algo de otra TransDimension”, celebra Kuma.

Ahora el Teatro Xirgu duerme, todes se llevan sus pasos y coreografías a casa para pronto volver a los estrenos. En medio de las butacas, casi como una visión, está Vedette. Tiene una armadura dorada casi de Caballera del Zodíaco y unas alas blancas plegadas esperando la orden para estallar a mucha pluma. Sostiene una espada que de utilería no tiene nada, está afilada como lengua marica y sabe dónde atacar. Así parada, estoica y heróica, parece un arcano de este mazo de Tarot que es el Draga Paliza. Mezclan y cortan para arrojarse de variadas formas, cada carta tiene su particularidad y lenguaje, su magia. Un nuevo viaje está por comenzar y Vedette mira al cielo, esta baraja no predice el futuro, lo construye.