El cinturón de campeón mundial que le regaló el exboxeador estadounidense Ray "Sugar" Leonard a Nelson Mandela, Presidente de Sudáfrica y Premio Nobel de la Paz, fue robado a principios de este mes de la casa del icónico luchador antiapartheid que se transformó en un museo. La Policía sudafricana investiga el hecho sucedido en el museo ubicado en el barrio de Soweto (antiguo distrito del sudeste de Johannesburgo), denominado Mandela House.
El robo del cinturón, valorado en unos 3.000 euros según la Policía, fue descubierto por el personal del museo y las fuerzas del orden abrieron el expediente del caso el pasado 2 del actual. "Actualmente no hay sospechosos arrestados y la Policía está investigando", indicó la portavoz policial Dimakatso Sello a la cadena ESPN.
El cinturón estaba expuesto en el museo como muestra de la importancia que el boxeo tuvo en la vida del quien fue el primer presidente democrático de Sudáfrica. Mandela fue un apasionado de ese noble deporte y en 1950, empezó a practicarlo en el gimnasio Donaldson Orlando Community Centre en Johannesburgo, capital de Sudáfrica. Según contó en su autobiografía “El largo camino hacia la Libertad”, el gimnasio era tan modesto que “no teníamos ring y entrenábamos sobre cemento, lo cual era peligroso cuando un boxeador era noqueado. Sólo teníamos un costal (bolsa) y unos cuantos pares de guantes. No teníamos medicina ni peras fijas, tampoco shorts, ni botas adecuadas y tampoco protectores bucales”.
El legendario ‘Madiba’, lejos de ver al boxeo como un deporte violento, lo veía como un arte. “No me gusta la violencia del boxeo tanto como la ciencia que guarda. Estaba intrigado por cómo se mueve el cuerpo para protegerse a sí mismo, cómo se utiliza una estrategia tanto para atacar y retirarse, cómo toma ritmo en una pelea” escribió en su libro en el que también expresó que alguna vez quiso ser boxeador.
"Yo estaba en la división de los pesos pesados y no tenía el suficiente poder para compensar mi falta de velocidad, ni la velocidad para compensar mi falta de poder” se sinceró Mandela quien reconoció en los tiempos de su encarcelamiento "mi principal interés era entrenar. Me parecía que el ejercicio riguroso es una excelente solución para la tensión y el estrés. Después de una sesión extenuante de ejercicios, me sentía más ligero, tanto mental como físicamente” comentó en su libro.
Luego de ser liberado en 1990, al cabo de 26 años de prisión en la isla de Robben, Mandela recibió reconocimientos de todas partes, y el boxeo no podía quedar a un lado. El Consejo Mundial (CMB) incluso lo nombró postmortem en 2013 “Rey de la Igualdad Humana”.
También a modo de reconocimiento, el excepcional Sugar Ray Leonard, campeón olímpico de los Juegos de Montreal en 1976 y campeón mundial en cinco categorías como profesional, le regaló a Mandela uno de sus cinturones que es el que ahora ha sido hurtado del museo de Soweto. Su valor historico y simbólico es mucho mayor que su valor material y por eso, urge encontrarlo para no deshonrar el recuerdo de Mandela y de su lucha.