Desde Roma
Como se temía desde que el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) entró en crisis profunda en el mes de junio, porque el actual ministro de Exteriores de Italia, Luigi Di Maio, y numerosos diputados y senadores, decidieron apartarse del partido, el gobierno de Mario Draghi comenzó a tambalearse hace algunos días y este jueves el primer ministro decidió presentar su renuncia al presidente de la República, Sergio Mattarella. Pero Mattarella no se la aceptó y lo envió a la Cámara de Diputados la semana próxima, el miércoles, para que se abra una discusión y se evalúe nuevamente la situación.
Dada la crisis social y económica que todavía vive Italia a causa de la pandemia y ahora además, por la inflación creciente y la guerra en Ucrania, Draghi, que nunca fue un político sino un hombre de economía y finanzas habiendo dirigido el Banco Central Europeo por varios años, supo dar una esperanza a los italianos que se sintieron muy derrotados durante 2020 y 2021. Así fue que comenzó como primer ministro el 13 de febrero del 2021, logrando poner en su gabinete a ministros, subsecretarios y otros funcionarios de distintos partidos, para obtener un gobierno más o menos equilibrado que era lo que necesitaba el país. En efecto, en el gobierno participaron entre otros, exponentes del Partido Democrático (PD, centro izquierda), del M5S (centro), de la Liga (derecha), de Forza Italia de Silvio Berlusconi (centroderecha). Es que casi todos los partidos entendieron en ese momento que era necesario dejar de lado las diferencias para sacar al país adelante. Pero ahora, que la gente se siente más segura - pese a que los casos de covid están aumentando – empezaron las polémicas. La ultra derechista Georgia Meloni, de Fratelli d’Italia, que nunca participó del gobierno Draghi, apenas supo de la renuncia pidió que se llame a nuevas elecciones inmediatamente.
La caída de un gobierno en Italia supone que el primer ministro presente la renuncia al presidente y éste la acepte para luego convocar a los dirigentes de partidos y ver la posibilidad de formar un nuevo gobierno. Si no se consigue, el presidente se ve obligado a llamar a elecciones parlamentarias. Pero esta vez, Mattarella, que fue reelegido presidente porque los parlamentarios que lo votan (no hay elecciones para el presidente) entendieron que era mejor él que uno nuevo en un momento de crisis, ahora piensa lo mismo respecto a Draghi. Mattarella siempre tuvo mucha afinidad con el primer ministro y por eso pide que se evalúe todo nuevamente, el miércoles próximo en el Parlamento.
La decisión de Draghi fue provocada porque el Senado debía votar hoy la confianza al gobierno por una serie de decretos que había emitido. Y como el M5S no estaba de acuerdo con esos decretos, decidió no presentarse a votar, cosa bastante rara y que puso en crisis a Draghi. Los efectos se vieron inmediatamente, por ejemplo sobre la Bolsa de Milán que perdió casi el 4%.
El primer ministro convocó al Consejo de Ministros por la tarde y comunicó que representaría su renuncia. “Quiero anunciar que esta tarde presentaré mi dimisión ante el presidente de la República. La votación de hoy en el Senado fue un hecho muy significativo desde el punto de vista político", dijo Draghi durante la reunión con el consejo de ministros. Y agregó que "la mayoría de unidad nacional que ha sostenido este Gobierno desde su creación ya no existe y ha terminado el pacto de confianza que basaba la acción del Gobierno". “Les agradezco su trabajo y los tantos resultados obtenidos. Debemos estar orgullosos de lo que hemos conseguido en un momento tan difícil, en el interés de todos los italianos”.
Los partidos políticos del sí y del no
“Espero que el gobierno de Draghi continúe. Tenemos necesidad de estabilidad y continuidad”, declaró a la prensa el ex primer ministro italiano Romano Prodi.
Para Matteo Renzi, senador y también ex primer ministro y fundador de Italia Viva, “nada justifica hoy el fin del ejecutivo”. “Yo estimo al primer ministro Draghi y con la misma sinceridad digo que hay que tener coraje y decirle que nada justifica el fin de su gobierno”, dijo Renzi en el Senado.
La Liga, mediante un comunicado hizo saber su preocupación por la suerte del país. Es impensable que Italia deba sufrir semanas de parálisis en un momento dramático como éste. Nadie debe tener miedo de restituir la palabra a los italianos”. La frase significa en definitiva, aún sin decirlo específicamente, que es mejor ir a nuevas elecciones. La Liga confía por lo visto en que las elecciones puedan restituirle los votos que ha perdido últimamente, como demostraron los resultados de las últimas elecciones comunales hace algunas semanas. Fratelli d’Italia en cambio, subió considerablemente.
El Partido Democrático (PD), la más importante expresión de la centroizquierda en Italia, por boca de la jefa del grupo en la Cámara de Diputados, Debora Serracchiani, destacó que “sirven aclaraciones” el próximo miércoles en el Parlamento. “Cada fuerza política deberá asumirse sus responsabilidades” (...) “Tenemos ante nosotros desafíos y problemas entre los más grandes de nuestra historia reciente que con el gobierno de Mario Draghi hemos empezado a afrontar ayudando a las familias y las empresas” (...) “El miércoles será necesario hablar claramente a los italianos”, concluyó.
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