"La moneda del país es el peso argentino. Para abonar, les recomendamos traer dólares y cambiar a pesos. Existen varias cotizaciones de dólar (una oficial y un mercado paralelo-blue). Pueden coordinar por Whatsapp y, si lo desean, las personas se acercan al hotel a realizar el cambio tipo blue". De esta manera recomendaba la Organización de las Naciones Unidas a funcionarios que tenían que viajar a Argentina una "cueva delivery" para adquirir pesos para sus gastos diarios vendiendo divisas en el mercado del dólar ilegal. El ministerio de Economía estima que el 80 por ciento de las divisas que cambian los turistas que visitan el país son por el mercado paralelo dada la brecha entre el tipo de cambio legal e ilegal. Economía y Turismo trabajan en un mecanismo capaz de rescatarlos. Qué antecedentes hubo y por qué no funcionaron.

Más de 2,5 millones de visitantes del extranjero ingresaron al país durante el primer semestre del año, lo que ya generó ingresos superiores a los 1.300 millones de dólares. Este número, que celebra el Ministerio de Turismo en su último informe sobre turismo receptivo, podría ser cinco veces mayor si los turistas cambiaran sus divisas en el mercado oficial. Ya que, dee acuerdo a estimaciones del Ministerio de Economía, el monto oficial representa menos del 20 por ciento de los gastos efectivamente realizados por turistas extranjeros.  

El motivo es simple: a los turistas con dólares les rinde mucho más cambiar directamente sus divisas en el mercado ilegal, que hoy se lo toman a 278 pesos para la compra, en vez de hacerlo al oficial a 129,21 pesos, un valor 53,5 por ciento más bajo. Más aún con la evolución del servicio de venta del dólar ilegal: si hasta hace unos años cambiar dólares paralelos significaba ir a cuevas en Florida, hoy es ofrecido por las propias agencias de viaje u hoteles en donde se alojan los extranjeros.  

Por este motivo y en un contexto de escasez y por lo tanto administración dólar a dólar que entra y sale de las arcas oficiales, el Ministerio de Economía se encuentra trabajando en un mecanismo capaz de rescatar todos los dólares que ingresan. "Habrá un instrumento, norma, que permita su implementación", responden desde la cartera de Economía ante la consulta de PáginaI12

Antecedente

Previo al inicio de la temporada turística de 2021, que prometía un aumento de turismo receptivo dada la flexibilización de las restricciones por covid-19, y en un contexto de escasez de reservas, el directorio del Banco Central sacó a fines de octubre una resolución que permite que los turistas extranjeros que visiten Argentina puedan abrir una caja de ahorro bimonetaria para facilitar el ingreso de divisas a las arcas oficiales. 

Entre los beneficios,  la disposición del Banco Central ofrecía la posibilidad de que los y las extranjeras no residentes abran una caja de ahorro bimonetaria al llegar al país, en la que podían depositar hasta 5.000 dólares. La idea era que puedan vender los dólares al tipo de cambio financiero (MEP), que actualmente cotiza en torno a los 284 pesos, mucho más alto que los 129,21 pesos del oficial. De esta manera les ofrecían un tipo de cambio más atractivo que el oficial asegurandole "transparencia y seguridad", además de la posibilidad de acceder a los servicios financieros y medios electrónicos de pago. 

Al impulsar la medida, el presidente del Banco Central, Miguel Ángel Pesce, había destacado en una reunión con cámaras de bancos y turismo para analizar la implementación de estas cuentas que "la intención es que los turistas extranjeros no requieran el uso de dinero en efectivo".

La medida no era obligatoria por lo que no fue implementada por la mayoría de los bancos comerciales, previendo que no iba a funcionar. Ante la consulta de PáginaI12, en el Banco Nación, una de las entidades que sí instrumentó la disposición del Banco Central y cuenta con una sucursal en el aeropuerto con la posibilidad de brindar ese servicio, aseguraron que no se abrió ni una sola cuenta bimonetaria desde su implementación. 

Identifican dos motivos posibles por los que la medida fracasó: falta de información y por la dificultad de la implementación. "Fue un fracaso porque no es simple. ¿Cómo le explicás a un chino que viene por dos semanas de turista que tiene que abrir una cuenta, depositar la plata y después comprar al dólar MEP? Es más sencillo preguntar en la entrada quién cambia dolares y te lo resuelven en dos minutos", asegura el analista financiero Christian Buteler, quien insiste en que la única forma de evitar este fenómeno es achicar la brecha.