"Yo también tuve claro, que en una sociedad patriarcal ser mujer e independiente era raro y sospechoso. Cuando el jurado (al que agradezco el honor de este premio) enumera los motivos por los cuales me lo ha concedido, habla de una firme y completa vocación literaria, pero también reconoce una lucha por los valores humanos tantas veces vulnerados por el poder político o cívico militar" dijo Cecilia Roth en nombre de la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi: "me sentía en una película" dice ahora a Las12, cuando todavía le resuenan esas palabras que ensayó miles de veces en voz alta. Extrañó a sus amigos y amigas, cuenta, en ese ágape en el que no era la protagonista exclusiva y trató como nunca de habitar esas palabras.
"No solamente habitarlas sino cuidarlas, cuidar las palabras", dice Roth, protagonista de películas emblemáticas del cine argentino, como Un lugar en el mundo, o Martín (Hache), pero también una chica Almodovar, actriz de Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón o Todo sobre mi madre. "Las palabras son espectros / piedras abracadabras / que saltan los sellos de la memoria antigua" cita a Peri Rossi después de ese viaje a Madrid con el que terminó para ella una etapa de resguardarse en una no rutina sin demasiadas obligaciones, la convivencia con su hijo y esta propuesta a celebrar a una de sus escritoras preferidas.
Dijiste que el viaje a Madrid cerró el ciclo pandémico para vos... ¿Cómo fueron esos dos años en tu vida?
--Muy intensos. Me vino muy bien en un sentido, de poder estar conmigo. Es difícil conectar con las propias cosas de una manera verdadera, sin miedo, sin tapar. Y el tiempo se transformó en otra cosa. Pude tener un muy buen vínculo con cosas que me asustaban, con mi hijo, vivir con él y con su novia, Emilia. Fue maravillosa la convivencia. Obviamente que viviendo en una casa grande fue fácil. Lo descubrí mirándolo atentamente, en este pasaje de ser un adolescente a ser un joven adulto. Sigue siendo mi chiquito pero descubrí muchas cosas, como qué quiero para él y cómo acompañarlo, o qué derecho tengo de desear cosas para él. Ellos también me cuidaron mucho y eso fue para mí algo muy nuevo. Me apareció una dimensión nueva de cuidado, de estar más atenta a los pequeños avisos. Se murió mi madre al principio de la pandemia, algo que fue un golpe brutal, y estuve en soledad en ese momento con mi padre, mi hermano y mi hijo. Soledad digo en relación a los amigos. Así que fue una muerte muy explorada, de mi relación con ella y de las relaciones con las madres.
¿Cómo fue que te ofrecieron recibir el premio en nombre de Cristina Peri Rossi?
--Es una historia muy mágica. ¿Qué actor o actriz piensa que va a recibir el premio Cervantes? Yo la admiro muchísimo, tengo amigas que son muy amigas de ella, como Cecilia Rosetto, así que supe del premio desde el principio. Salí de la pandemia en este viaje a Madrid, es cierto, que no fue por este premio sino porque todos los años viajo. Y a ella se le ocurrió que yo buscase el premio porque no está muy bien de salud y vive en Barcelona. Obviamente dije que sí. El texto que escribió ella y que yo leí, lo ensayé muchísimo, aunque no había que actuarlo sino ser su voz. Así que fue un desafío muy grande. Ella agradece muy poco en el discurso el haber sido premiada: habla del mal y del bien, y dice que cuando escucha algunas canciones todavía cree en el bien. Cuando ensayaba frente a mi padre yo lloraba y le decía "¿qué hago?". Y él me dijo sacá un pañuelo y seguí. Cuando terminé, me aplaudieron varios minutos y en un momento dije basta, me dio mucho pudor y me volví a mi asiento, y sin embargo seguían y seguían aplaudiendo. Porque obviamente era un aplauso para ella pero yo estaba en nombre de ella. Y todo el tiempo pensaba "esto es real" y "¡cómo me gustaría estar con mis amigos acá!".
¿Qué opinión tenés sobre el estado del cine (la gente mira en plataformas, la post pandemia dejó las salas vacías, hay muy poco presupuesto destinado a películas nacionales y una polémica administración del Incaa)?
--Nunca hubo apoyo al cine en todos estos años, ni con Macri ni después. Es terrible decirlo pero es así: el cine independiente se busca la vida para hacer lo que quiere y tiene mucho éxito en festivales internacionales, pero los políticos no se enteran y es evidente que no les interesa. Y es muy fuerte. ¿Qué vamos a hacer? Seguir peleando. El cine y la cultura es secundaria en este país, menos en tiempos de Néstor y Cristina donde se le dio bola a muchas cosas. Pero el cine es identidad, no podemos perderlo. En relación a las plataformas, pienso que hay que tener la habilidad necesaria para que lo que queremos contar no esté teñido de la plataforma, que nunca son argentinas, como me parece que ocurre en Crímenes de familia. No creo que el cine se acabe: la ceremonia de ir me sigue pareciendo lo más maravilloso para ver una película. Entiendo que esas pantallas de mi infancia y juventud ya no existen. Hay pelis como Lo que el vieno se llevó que yo la vi en el Opera y fue una ceremonia, con intervalo. Los tiempos cambian, hay personas que ven cine en el teléfono y ya veremos qué va a pasar con eso. No sé qué les pasa a las nuevas generaciones con el cine pero sí conozco centennials y milennials que van al cine, debaten y aman el cine y su historia y sus clásicos.
Roth recibiendo el Cervantes en nombre de Peri Rossi
¿Cómo ves que cambiaron (o no) las cosas en el mundo del espectáculo y la industria del entretenimiento en relación al avance del feminismo, el #metoo y la labor de Actrices Argentinas? ¿Cómo te posicionás en esa lucha y cuan importante es para vos?
--El feminismo es un movimiento político que busca justicia. Desde las sufragistas inglesas hasta los movimientos sociales que colectivamente pujaron por la equidad. Hay quienes no lo ven, hay quienes creen que los hombres sirven para algunas cosas y las mujeres para otras: yo estoy totalmente en contra de eso, creo que es el legado de la cultura patriarcal ese pensamiento y tenemos que revertirlo. Habiendo tantos años de lucha previa no nos asusta que haya años por delante para modificar ese pensamiento masivo. Ya incorporado el machismo como está, es obvio que se caerá, pero tienen que participar también los hombres. Cuando todos los varones sean parte del feminismo el patriarcado se caerá pero no sé cuánto tiempo falta para eso.
Relataste haber sufrido un abuso sexual, ¿cómo fue hacerlo público y qué repercusiones tuvo internamente para vos?
--Cuando yo conté haber padecido un abuso sexual no lo había hablado con nadie, ni siquiera conmigo misma. Ni siquiera lo había pensado tanto como ese día que por alguna razón salió. Estaba con gente y estábamos en la radio. Nunca me había dado cuenta, aunque sí tenía la sospecha, que lo que me había pasado esa noche había sido una violación. Cuando fui recordando todo, me di cuenta que fue un abuso y que yo no había podido ni siquiera pensar en ello sino todo lo contrario, pensé que yo tenía la culpa de algo. Y creo que eso pasa mucho en los abusos y es tremendo. Yo pensaba que no era un abuso sexual sino que era lo natural que podía pasar entre un hombre y una mujer si a él le gustaba ella; es horrible lo que estoy diciendo. Yo no tenía quince años y sin embargo pensaba así. Contarlo me sirvió mucho para pensar qué nos sucede a las mujeres que estamos todo el tiempo en estado de peligro. Salir sola a la calle, para cualquier mujer, es una situación de peligro. No puede haber un femicidio por día. Es espantoso, no puede naturalizarse. En España no existe la palabra femicidio y eso me sorprende mucho: cuando hablan de un femicidio, dicen "crimen cometido por un hombre". Eso es fuerte, aunque las españolas tienen un colectivo muy fuerte, una vez más me hizo pensar que estamos a la vanguardia de esta lucha. Pienso que hay que compartir con los varones, pero ese feminismo que no permite la entrada de las trans, no me gusta. Creo que es convetir el feminismo en machismo y no estoy para nada en ese rollo. Es un cambio colectivo o no es nada.
¿Qué pensás de tu personaje en Crímenes de familia (quien intenta encubrir las violencias de su hijo) en relación a tu propia experiencia como mamá de un varón adulto?
--No conozco cómo es criar a una hija mujer: yo con Martín soy muy feliz. Se fue hace dos meses a vivir con su novia pero nos encontramos para tomar café y hablar y creo que será siempre así. Hay una actitud de ambos de contar con el otro. La crianza de Martín fue maravillosa por un lado y de una enorme responsabilidad y valentía, como me dice una amiga "vos tuviste la valentía de tener un hijo", y yo creo que descubrí en ese deseo un vínculo eterno. Sigo atenta a sus cosas, a su estado, a como está, y creo que me va a pasar siempre. Y le gusta también a él. Y verlo cuidar su vínculo conmigo y con Emilia me conmueve mucho.
¿Cómo son los papeles que te ofrecen? ¿Te interesan?
--Creo que los papeles que me ofrecen no son parecidos unos con otros, pero sí me ofrecen muchos proyectos dramáticos, poca comedia, que me encantaría hacer. Es difícil hacer reir y hay que tener una gracia natural mas allá del estudio y todas las veces que hice comedia me divertí muchísimo. Ahora hemos filmado Las fiestas, de Nacho Rogers, con Dolores Fonzi, Mechi Díaz y Daniel Hendler, que tiene mucho de comedia y lo pasamos genial. La comedia no es más que un título, pero me gustaría que me lo ofrecieran más. Creo que los papeles que me han ofrecido fueron variados, y muchos de ellos se empoderaron a lo largo de las películas. A mí me gusta mucho entender cómo contar una historia desde la persona que soy. Y amo los personajes que a lo largo de una narrativa empiezan a darse cuenta de algo y a cambiar.
¿Quiénes son tus ídolas?
--Tengo muchas. En la Argentina hay actrices increíbles, son muchas a las que admiro, más grandes y más jóvenes que yo. Cuando era chica admiraba con locura a Bárbara Mujica, a Norma Aleandro, Marilina Ross: ellas fueron faros para mí. Hacían un programa que se llamaba "Cosa juzgada" que los millenials se lo perdieron (risas) y nosotras no lo pudimos volver a ver porque los milicos quemaron todos los tapes. Mis padres no me dejaban verlo porque eran casos reales, bravos, de hecho la Raulito se sacó de un programa de "Cosa juzgada". Y Bárbara, con quien pude trabajar en "Atreverse", dirigida por Alejandro Doria (con Norma también pero no mucho, me encantaría trabajar con ella), en la grabación de un capítulo se descompuso, se fue a la casa y al día siguiente tuvo un ataque al corazón y murió. Tenía 46 años. Para todos y todas fue un golpe tremendo porque ella era increíble actriz y persona.
¿Qué lees, mirás, consumís?
--Leo mucho pero soy una lectora absolutamente random: desde Alice Munro, Alejandra Pizarnik, Lorrie Moore, Virginia Woolf, me divierte mucho la Nothomb, Eugenides, Patty Smith, leer los policiales de Patricia Highsmith, a los grandes escritores norteamericanos, a Mariana Enriquez, Samantha Schweblin, Siri Hustvedt , Mc Ewan. A ellos y ellas siempre vuelvo, y por supuesto los clásicos: Chejov, Dostoievsky, Henry Miller... Soy una lectora compulsiva, ahora estoy leyendo Formas breves de Piglia y lo junto con María Negroni que me encanta, otro libro de Noy que se llama Peregrinaciones profanas, y leo muchos guiones también. Veo series pero no tantas: Peacky Blinders, y una peli que me encantó con Mads Mikkelsen que se llama Justicieros.