En la cuarta audiencia del juicio contra el productor de moda Pablo Rangeón por abuso sexual en perjuicio de 6 mujeres, declaró la sexta denunciante. Dijo que cuando tenía 17 años Rangeón la durmió con una bebida y al despertarse se encontraba en ropa interior con signos de violación.
La denunciante relató que en 2014 se enteró de la escuela de modelos de Rangeón por una publicación de facebook. Como quería ser modelo, se inscribió al curso y le pidió a su padre, que es albañil, que le diera el dinero para pagar la cuota. Contó que fue a la primera clase y le indicaron que a la siguiente tenía que volver con tacos y con pantalón corto. Al no tener esa ropa ni plata para comprarla, decidió dejar de ir.
A los tres días le escribió Rangeón para preguntarle si le había gustado el curso, y si seguiría cursando, ella le contó que no tenía cómo comprarse la ropa. Entonces el productor se ofreció a ayudarla dándole o buscándole un trabajo. Por este motivo la pasó a buscar por su casa para llevarla a su departamento en el barrio El Huaico y conversar sobre el posible trabajo.
Pero una vez en el departamento, Rangeón le ofreció “vodka en un vaso de whisky” y después de consumir esa bebida quedó inconsciente. Cuando despertó, estaba en ropa interior y el acusado se encontraba "en el ventanal, mirando afuera y mirando hacia mí".
“En confianza, agarré el vaso pero nunca pensé que me iba a pasar eso”, manifestó la mujer. Dijo que antes Rangeón le había dicho que la llevaría a un profesional para que le arreglara la dentadura. Recordó que al despertar y verse sin su vestimenta, con signos de abuso, insultó a Rangeón y su respuesta fue que era “algo normal”.
La denunciante indicó que Rangeón la había buscado a las 18 y cuando huyó del lugar habrían sido las 22 horas. Recordó que estaba todo oscuro, tras abandonar el departamento corrió cuatro cuadras, hasta llegar a la ruta y tomó el colectivo 6A para regresar a su casa. La joven expresó que después del abuso cambió toda su vida, porque era “todo tristezas”. “No puedo estudiar, me cuesta hablar con la gente”, contó.
Dijo que no denunció antes este hecho porque creyó que era “su culpa”, “me daba mucho miedo hablar, me daba vergüenza”, sostuvo. Señaló que “antes la justicia era más machista”; “no se escuchaba, no se veían juicios” y tampoco veía que en “las noticias” se hablara de los abusos sexuales, que estaba normalizado que “puedan abusar, que tengan relaciones sin consentimiento”, sintió “que nadie la iba a escuchar” y “lo dejó pasar”. “Pensé que lo hacía con todas las chicas, como nadie decía nada, yo no dije nada”, sostuvo.
Después hizo una denuncia web cuando tomó conocimiento de la publicación de la primera denunciante, y le contó su historia. “Lo hice para que se sepa la verdad. Quiero que se sepa la verdad, lo que me pasó a mí, nada más”, declaró.
Sin rasgos de fabulación
Ayer también declaró la psicóloga del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), Natalia Colombo. Dijo que a la sexta denunciante le cuesta lo emocional afectivo, se aísla de lo que pueda generarle malestar.
La psicóloga aseguró que no observó hechos traumáticos en la vida de la joven pero tampoco vio mendacidad o fabulación. Dijo que encontró en ella una personalidad inmadura e infantil y que no encontró afectación en su sexualidad ni en la representación de la masculinidad.
La querellante Sandra Domene le consultó si la joven puede normalizar el hecho que está denunciando por sus características de personalidad y Colombo respondió que sí.
"Llorando, muy nerviosa"
También declaró el padre de la joven, por videollamada. Recordó que su hija le contó que “este hombre la había querido abusar” y luego le dijo que había cosas que no le había contado.
Dijo que como padre, "uno no pue reaccionar mucho en ese momento", su hija "estaba llorando, muy nerviosa" y más que por conocer detalles del hecho se preocupó por "verla a ella que esté bien”. También dijo que no le preguntó quien la había atacado. “Traté de calmarla a ella”, insistió.
Ratificó que hablaron poco, ella no quería revivir lo que le había pasado, “estaba llorando y muy nerviosa, primera vez que le pasaban estas cosas, ella no entendía. Me sentía un poco culpable, de comentar algo”, aseguró.
Asimismo, dijo que después, cuando habló con las amigas, su hija le contó que iba a denunciar el abuso que había sufrido; entonces le aconsejó que dijera la verdad y tratara de salir adelante.
Domene le preguntó si notó un cambio en su hija a partir de lo que le contó. “La sentí un poco más dolida, melancólica, le afectó un
poco. Traté de no hablar del tema, tal vez hice mal, para que ella no recuerde
lo malo que pasó”, expresó. Dijo que su hija abandonó el curso de modaleja y “dejó muchas
cosas” a raíz de ese hecho.
En la audiencia de ayer la presidenta del Tribunal, Gabriela Romero Wayar, le advirtió a Rangeón que mantuviera su conducta, debido a que estuvo manipulando un celular que al parecer sería de sus abogados. Además, se supo que sus familiares intentaron entregarle comida, algo que no está permitido porque solamente puede dársela el Servicio Penitenciario.