El pasado 8 de julio un niño de 9 años fue secuestrado y abusado sexualmente en la ciudad de Salta. El hecho se cometió pasadas las 12, cuando el nene esperaba que su hermano de 12 años saliera de la Escuela N° 4.048 "Provincia de Salta", ubicada en el barrio Santa Cecilia, en la zona sudeste de la Capital. Por el hecho hay dos hombres detenidos, que están imputados en calidad de autores de los delitos de "abuso sexual con acceso carnal agravado por ser cometido por dos o más personas y rapto agravado por ser cometido en perjuicio de un menor de trece años, en concurso real".
Ahora sus familliares piden insistentemente acompañamiento psicológico para el niño y su entorno más cercano, dado que aseguran que no pueden manejar la situación y brindarñe una mejor contención cuando se quiebra en llanto.
Mónica, la abuela del pequeño, pidió en diálogo con Salta/12 que la Justicia de Salta ordene que haya un acompañamiento psicológico para su nieto y que también "nos hable a nosotros". "No sabemos cómo tratarlo a él y es un nudo permanente en la garganta que tenemos y que no podemos contar", debido a que el niño llora de manera reiterada, sostuvo.
El niño fue atacado pasadas las 12.55 del viernes 8, en momentos en que había terminado su jornada escolar y esperaba en la esquina de la escuela que su hermano mayor también saliera. La modalidad de la mayoría de las escuelas es que primero salen los estudiantes que pertenecen a los grados más chicos y luego los que siguen, en orden ascendente.
En esa espera se le acercó un hombre advirtiéndole que no gritara ni llamara a nadie, pero el niño lo pateó y salió corriendo. Logró avanzar sólo una cuadra cuando otro joven lo subió a una motocicleta, entonces le pusieron una bolsa negra en la cabeza y se lo llevaron. "No sabe a dónde porque lo taparon", relató su abuela.
Se sabe que lo llevaron a una casa ubicada sólo a una cuadra de la escuela en el barrio Siglo XXI, uno de los varones se quedó con él y lo abusó sexualmente, mientras el otro dijo que iba a dejar la moto. En un descuido del abusador, el niño se escapó y corrió sin saber a dónde, hasta que llegó a una de las canchas de fútbol de la zona, ubicada entre los barrios Siglo XXI y San Benito. La escuela se encuentra justo al frente del barrio Siglo XXI.
Mientras corría, el niño se cayó y en ese momento fue encontrado por su madre, que ya lo estaba buscando. La mujer salió después de que el niño de 12 años alertara que no había encontrado a su hermano en el lugar donde usualmente se ven. Para ese momento, eran cerca de las 12.55.
"No habla"
Ayer intervino el Ministerio Público Pupilar, lo que posibilitó que una asesora pueda tomar declaración al niño en cámara Gesell. Pero la abuela dijo que su nieto "no habló" y que percibían que no estaba preparado para hacerlo. "No habla ni con nosotros, y eso que vemos cómo preguntarle. Él sólo cuenta lo que le pasó desde que lo llevaron a esa casa, no quiere hablar más y nosotros no queremos preguntar mucho", contó.
La mujer dijo que en estos días el niño juega de a ratos, pero "después se sienta solo, se tapa la cara con su ropa y se pone a llorar. No quiere hablar todavía", sostuvo, reiterando que no saben cómo acompañarlo. Desde el Ministerio Público Pupilar se dijo que, usualmente, esperan la declaración en cámara Gesell para recién dar continuidad al acompañamiento psicológico, ya que se busca "no contaminar" esa primera declaración. Además porque, los niños y niñas, mayormente suelen relatar solo una vez lo sucedido.
La abuela informó que el miércoles se presentó una asistente social en el domicilio de su hija, que les comunicó que el lunes de la semana entrante recién tiene un turno para un psicólogo del centro de salud más cercano. También se presentó en el lugar Claudia Bañagasta, presidenta de la Fundación Preparatoria del Pueblo, quien se puso a disposición de la familia.
Mónica dijo que en la zona suelen ocurrir hechos de robo, pero no había escuchado casos de secuestro y abusos. Después de saber quiénes eran los acusados, los vecinos les dijeron que eran conocidos como "los dueños de esa parte" del barrio Siglo XXI, y que "cualquiera que pasara por ahí, era apurado o le quitaban las cosas".
"La gente está cansada de ellos", expresó la abuela, y contó que las familias de la zona piden mayor seguridad. Tras enterarse del caso, los vecinos se manifestaron a las puertas de la escuela pidiendo justicia la para la familia del niño y mayor seguridad para quienes viven allí.
Ineficiencia policial
Después de que la madre encontrara a su hijo en la cancha, ambos comenzaron a caminar hacia la comisaría Décima, a tres cuadras de la escuela, pero en el camino encontraron un móvil policial al que se acercaron.
La madre del pequeño contó lo que había pasado y fueron subidos a la camioneta y llevados a la comisaría. Sin embargo, el policía que estaba en ese momento en mesa de entradas cuestionó el relato de la madre afirmando que no era posible que hubiera pasado esa agresión porque "tenían un efectivo desde las 12 a 12.20 en la escuela". "Le dijo a mi hija que seguro mi nieto le estaba mintiendo y que, en realidad, se fue a jugar con un amiguito", contó la abuela.
Dijo que su hija insistió. En eso, salieron efectivos de la Brigada y llevaron a la mujer y al niño a buscar a los acusados, debido a que el nene reconoció el trayecto que hizo hasta llegar a la cancha. "Cuando iban por la cuadra de donde él salió, los encontraron a los dos changos sentados en la vereda. Mi nieto se escondía, lloraba y pedía que los changos no lo vean a él", contó Mónica.
Los policías bajaron, hablaron con los hombres y volvieron con el niño para preguntarle si efectivamente eran ellos los captores y abusadores. El nene lo ratificó y los detuvieron. Para ese entonces, ya eran las 15. Nuevamente la madre y el hijo fueron llevados a la comisaría.
Recién entonces, con el cambio de guardia, "se le tomó la denuncia a mi hija porque el policía que estaba más temprano, no lo quiso hacer", dijo Mónica. Después de radicada la denuncia, la madre pidió asistencia para su hijo y lo llevaron a Ciudad Judicial, luego a una médica, que constató que había sido abusado recientemente. "Se vuelven a la casa, más tarde vuelve una oficial y les pregunta si alguien más había venido. Le preguntó por la denuncia y mi hija le respondió que no se la habían dado", relató.
La oficial le recomendó hacer una ampliación de la denuncia con los últimos hechos. Después de hacerlo, la familia sólo accedió a la copia de esa ampliación, pero no a la de la primera denuncia que hizo la madre. Desde la misma comisaría Décima, le dijeron que tenían identificados a los detenidos, uno de ellos tenía causas de robos y sobre el otro pesaba un pedido de captura, aunque no se precisó por qué acusación.
Antes de la intervención del Ministerio Público Pupilar, la fiscala penal Verónica Simesen de Bielke, interina en la Unidad de Delitos contra la Integridad Sexual, imputó en forma provisional a los dos hombres.
El Ministerio Público Fiscal informó que el fiscalía hizo la imputación formal basándose en la denuncia de la madre, los informes del personal policial que por el relato del niño dieron con el domicilio de los captores y el informe del médico legal. Tras la audiencia de imputación, la fiscala Simesen de Bielke solicitó la prisión preventiva de los acusados.