En la búsqueda de hacer más placentera y fluida la experiencia de navegar por Internet, muchas personas buscan diferentes herramientas y se acostumbran a diferentes hábitos. Por ejemplo, están quienes buscan extensiones en los navegadores para bloquear publicidades. O quienes aceptan rápidamente el botón que se despliega en algunas páginas web y que dice “Aceptar Cookies”. Incluso si no se leyó el mensaje que acompaña al llamativo botón.
Esta actitud no es una excepción. De hecho, el 42 por ciento de los argentinos acepta “cookies” en internet sin saber qué son. Precisamente, la principal razón (59 por ciento) es porque quieren acceder al contenido del sitio web lo más rápido posible. Así se desprende de una encuesta realizada por la empresa informática Avast.
En la vereda de enfrente, tan solo un el 8 por ciento de los navegantes rechaza las “cookies”. Lo hacen principalmente por preocupaciones vinculadas con las implicaciones de la privacidad. A ellos les preocupa la información que las cookies puedan recoger (44 por ciento), ralentizan su experiencia de navegación (25 por ciento) y/o porque no les gusta la publicidad personalizada (34 por ciento).
La encuesta aporta todavía más datos sobre el vínculo entre los usuarios de Internet en Argentina y estas herramientas. Así, a pesar de las ventajas de eliminar las cookies de los dispositivos, más de un tercio de los encuestados admitió que no lo hace, mientras que menos de la mitad, un 42 por ciento, las elimina manualmente y uno de cada seis utiliza un software para hacerlo de forma automática.
Qué son las cookies
Si bien existen diferentes tipos de cookies, se las puede definir como trozos de código que un sitio web coloca en el navegador del usuario para hacer un seguimiento de sus acciones y recopilar información. El objetivo suele ser "mejorar" la experiencia de navegación, pero también existen otros motivos.
Algunas pueden ser útiles porque ayudan a recordar datos del usuario como preferencias, su información de inicio de sesión, los artículos añadidos recientemente a un carrito de compra o la ubicación para ofrecer una experiencia de navegación web más dinámica. Pero no siempre es así.
Las famosas cookies también tienen usos de vigilancia más invasiva al rastrear o incluso identificar información personal que puede ser recopilada, compartida o vendida a terceros.
Las denominadas "cookies de terceros" se suelen usar para ofrecer anuncios personalizados. Se colocan en el dispositivo y rastrean la acción del usuario una vez que haya abandonado un sitio web. Las cookies de terceros son aquellas que instala un sitio web que no es el que el usuario está visitando en ese momento.
Esto explica, por ejemplo, cuando al navegar por una aplicación como Facebook o Instagram aparecen publicidades con aquella remara que vimos pero no llegamos a comprar. En este caso, las cookies permiten a los anunciantes reconocer el dispositivo de esa persona cuando visita otros sitios y así mostrarle anuncios personalizados.
¿Hay que aceptar las cookies?
Para saber si aceptar o no las cookies es importante controlar los hábitos de su uso, ser selectivos -ya que algunas mejoran la experiencias de navegación- y borrarlas de manera periódica. Para eliminarlas, hay que ir al navegador y seleccionar "Historial de navegación".
En tanto, el navegador Firefox habilitó por defecto en junio pasado su protección total contra cookies (Total Cookie Protection, en inglés), una herramienta con la que asegura blindar al usuario frente al rastreo de su actividad en Internet sin sacrificar su experiencia de navegación, según detalló en su blog.
Además, algunos sitios web permiten controlar qué cookies aceptar o rechazar a través de una ventana emergente, la sugerencia es aceptar las cookies necesarias para el funcionamiento del sitio web, como el idioma o la región y rechazar -si así lo desea el usuario- las que estén relacionadas con anuncios.