El domingo por la noche el actor Osmar Núñez sorprendió a todos cuando al final de la función de Relojero, la obra de Armando Discépolo que protagoniza en el Teatro Regio, hizo una declaración: que esa sería su última función ya que desde hace tiempo alguien le arroja piedras desde los techos del teatro poniendo en riesgo su integridad física y la del resto del elenco. La noticia se propagó rápidamente por las redes sociales, ya que varios de los presentes contaron lo sucedido en Twitter. Hoy por la mañana, Jorge Telerman, director del complejo de teatros públicos que integra el Regio, se comunicó con el actor y le garantizó que reforzará al máximo la seguridad en el edificio teatral ubicado en Avenida Córdoba y Dorrego. Nuñez aceptó completar las funciones que le quedan al espectáculo, aunque aún no se sabe quién arrojó los cascotes ni porqué.

"Estamos sin entender en absoluto lo que pasó. Esto empezó hace casi un mes. Al principio pensamos que era algún problema del techo así que un arquitecto se acercó a ver pero estaba todo perfecto. Después las piedras empezaron a caer desde los costados, desde las parrillas, y ahí nos empezamos a preocupar seriamente", contó Nuñez a Página/12, que detalló que "algunos cascotes tenían un tamaño tan grande que si caía en la cabeza podía ser muy peligroso". 

La hipótesis que inmediatamente circuló por las redes fue que se trataba de una cuestión política, dado que el actor se ha manifestado varias veces a favor del gobierno anterior. Pero él mismo la descartó en comunicación con este diario: "Yo soy un tipo muy comprometido políticamente, pero siempre he dicho que el San Martín (que también integra el Complejo Teatral de Buenos Aires) es mi teatro, más allá de que ahora sus autoridades estén, si se quiere, en la vereda de enfrente. No creo para nada que sea político. Jamás me han censurado por mi pensamiento", aseguró. 

Consultado sobre qué cree entonces que pasó, el protagonista de la obra escrita por Armando Discépolo arriesgó que se trata "de un conflicto interno del teatro" y que "la ligamos nosotros", en referencia a su elenco. Para él tiene que ser, "sí o sí", alguien del teatro, ya que "solo la gente del Regio tiene acceso a las parrillas". Lo curioso es que esos episodios no sucedieron en ninguna de las otras dos obras que están en cartel en el teatro que dirige Eva Halac, sino solamente en esa.

La semana pasada, cuando los ataques se volvieron recurrentes y se descartó la hipótesis de una falla en el techo del edificio, las autoridades del teatro hicieron una denuncia policial, iniciaron un sumario, y reforzaron la vigilancia atrás del escenario. El jueves, viernes y sábado de la semana que pasó no se repitió el episodio, que reapareció anteayer cuando a Nuñez le cayó una piedra en su pierna. Según el actor, ese día sólo hubo dos vigilantes (menos que los días anteriores), número que al parecer no fue suficiente. 

Los hechos no pasaron inadvertidos en la comunidad teatral. Al cierre de esta edición, la Asociación Argentina de Actores preparaba un comunicado sobre el tema, en solidaridad con el actor y todo el elenco, para "cubrirlo ante cualquier tipo de situación que se produzca", anticiparon. Nuñez, por su parte, esperaba que la agresión no vuelva a ocurrir en la próxima función, la de este jueves, y que "de ahora en más los teatros haya más más vigilancia y seguridad".