El dólar blue siguió presionando al cierre de la semana. Este viernes alcanzó un nuevo pico de 293 pesos, con un salto de 4 pesos en la jornada y de más de 25 pesos en los últimos cuatro días. Las tensiones cambiarias también se sintieron en la bolsa. El contado con liquidación finalizó por encima de los 300 pesos, con un salto de casi 50 pesos en lo que va del mes.

La presión especulativa para arrancarle una devaluación del tipo de cambio oficial se acentúan en un contexto en el que pesan en la balanza comercialo las importaciones energéticas por el invierno, y la liquidación de exportaciones agropecuarias comienzan a reducirse por razones estacionales. 

A pesar de ello, el Banco Central pudo comprar este viernes 4 millones de dólares en el mercado de cambios y en la semana sumó 90 millones. Cifras que, para el mercado, no terminan de convencer. Dichos resultados no revierten el escaso margen de acción de la autoridad monetaria para apaciguar la corrida.

Sin embargo, en la autoridad monetaria junto con el Ministerio de Economía trabajan para contener las presiones devaluatorias a través medidas e instrumentos de política económica para hacer eficiente la administración de divisas, asegurar las reservas y garantizar su uso para la economía real.

Por ejemplo en las últimas jornadas se incrementó el costo de dólar turista, se flexibilizó el acceso a importaciones de sectores productivos y se reordenó la estrategia de tasa de interés para poder colaborar en la sostenibilidad del mercado de deuda en pesos (restando incentivos a los dólares financieros).

Esta semana hubo una licitación de deuda en moneda local en que el Tesoro consiguió colocar 122 mil millones de pesos, cuando necesitaba cubrir menos de 15 mil millones en vencimientos. Desde el Central implementaron un esquema para asegurar a las entidades financieras que podrán vender a un precio adecuado estos bonos dándole previsibilidad a la deuda en pesos.

Las medidas parecen haber dado resultado cuando se revisan los precios de los títulos en moneda local. Instrumentos ajustados por inflación como el tx26 subieron al cierre de esta semana medio punto porcentual y en lo que va del mes rebotaron casi 30 por ciento. El tx26 había sido uno de los títulos más golpeados a mitad de junio con la corrida contra la deuda en pesos.

La situación de los bonos en moneda extranjera, sin embargo, sigue sin encontrar un piso antes del rebote. El riesgo país bajó levemente un 0,1 por ciento este viernes para ubicarse en 2754 puntos, aunque acumula aumentos de más del 16 por ciento en el mes y de casi 63 por ciento en el año. Los títulos en dólares perdieron hasta 2 por ciento en la jornada, cerca del 17 por ciento en lo que va de julio y hasta 45 por ciento desde que comenzó el año.

Esta situación lleva a cada vez más analistas a pensar que existe una sobre reacción, y que los precios actuales están exagerados porque no existen escenarios de reestructuración tan pesimistas que los convaliden.

Por ejemplo en la agencia de bolsa Portfolio Personal plantearon lo siguiente: “el valor de mercado de la deuda cayó estrepitosamente, casi un 50 por ciento, desde la reestructuración en septiembre de 2020”.

Consideraron que “es interesante preguntarse: ¿al gobierno argentino no le convendría recomprar su propia deuda a estos precios? Si bien conseguir esa suma representa un desafío importante para el Gobierno, no deja de ser una idea atractiva de desapalancamiento con el objetivo de reducir tanto el pago de intereses como la cascada de pagos de capital los próximos años”.

En un informe de la consultora 1816 de los últimos días había surgido un tema parecido. Estimaron que el valor de mercado de toda la deuda en dólares bajo Ley Nueva York es menor a los 15 mil millones. Si se la calcular a valor nominal está en casi 70 mil millones. O sea cotiza al 20 por ciento de la paridad. El escenario para la recompra de bonos si se consideran estas cifras no parece irracional.