El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo este sábado a los líderes árabes que su país sigue comprometido con Medio Oriente y que no cederá su influencia "para que la llenen China, Rusia o Irán". Lo dijo en el marco de una cumbre en Arabia Saudita que marca el cierre de su viaje por la región.
"No nos alejaremos ni dejaremos un vacío para que lo llenen China, Rusia o Irán", afirmó Biden durante la cita que tiene lugar en Yeda, a orillas del mar Rojo. La cumbre, última parada de la gira del mandatario por Medio Oriente (que lo llevó antes a Israel y Cisjordania), reúne a los seis miembros del Consejo de Cooperación del Golfo, así como a Egipto, Jordania e Irak.
Biden va a aprovechar el encuentro para hablar de la volatilidad de los precios del petróleo y exponer su visión sobre el papel de Washington en la región. En esa línea, anunciará una ayuda de mil millones de dólares para la seguridad alimentaria en Medio Oriente y el norte de África, amenazada desde la invasión rusa de Ucrania. Así lo precisaron desde la Casa Blanca.
Encuentro con los sauditas
El viernes, Biden se reunió con el rey Salman de Arabia Saudita y con el príncipe heredero Mohamed bin Salman, el gobernante de facto que, según las agencias de inteligencia estadounidenses, "aprobó" la operación de 2018 que acabó con la vida del periodista Jamal Khashoggi.
El príncipe heredero siempre negó cualquier implicación en la muerte de Khashoggi, que fue asesinado en el consulado saudita en Estambul. Sus restos nunca fueron encontrados.
En sus declaraciones de este sábado, Biden dijo a los líderes árabes allí reunidos que "el futuro lo ganarán los países que liberen todo el potencial de sus poblaciones (...), donde los ciudadanos puedan cuestionar y criticar a los líderes sin temor a represalias".
La invasión rusa de Ucrania puso de manifiesto una divergencia antes impensable entre Washington y los principales aliados de Medio Oriente, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos (EAU), gigantes petroleros cada vez más independientes en la escena internacional.
En ese marco, la Casa Blanca parece estar dispuesta a un acercamiento con Arabia Saudita, que fue un aliado estratégico de Estados Unidos, además de un importante proveedor de crudo y ávido comprador de armas.