Al cumplirse este lunes 28 años del atentado contra la AMIA, la investigación del ataque ratifica el fracaso que transita desde los primeros días. La Unidad Fiscal AMIA, aquella que encabezó Alberto Nisman durante ocho años, dio a conocer un informe esta semana sobre el estado de pesquisa que corrobora que no hay ningún avance, algo igualmente difícil transcurrido tanto tiempo. El texto contiene una novedad llamativa, que uno de los principales sospechosos, Samuel Salman El Reda, no figura como coordinador del ataque sino únicamente como quien “transmitió información indispensable para la concreción del atentado”.
Desde la fiscalía que comanda Sebastián Basso afirmaron que se trató de un error de redacción. Hoy por hoy no se sabe dónde está El Reda. La realidad es que de la realización misma del atentado no se sabe casi nada: de dónde salió el explosivo, quién compró la camioneta Trafic que estalló frente a Pasteur 633, dónde y quienes armaron la camioneta-bomba, tampoco quién la manejó hasta la mutual judía. En base a informes de inteligencia, se le asigna la culpa a Irán y sus principales funcionarios, pero, como decía el juez de la causa, ya jubilado, Rodolfo Canicoba Corral, “no existían pruebas judiciales para sostener la acusación. Sólo una sospecha”. A eso se agrega que la afirmación más fuerte de Nisman, que El Reda fue el coordinador, ahora parece diluirse, tal vez por una equivocación insólita.
20 cuadras de archivos de la Side
Para los familiares de las víctimas, el punto neurálgico que tal vez podría develar la trastienda del caso AMIA son los archivos secretos de lo que fue la SIDE. El material estaba en tres depósitos y, según se describe en el informe de la Unidad Fiscal AMIA, son 997 cajas que puestas en fila implicarían unas siete cuadras, lo que sumado a otros documentos podrían alcanzar casi las veinte cuadras.
Gran parte de los papeles estaban en mal estado en el subsuelo de un edificio histórico, el Pasaje Barolo. Ahora el Ministerio de Justicia puso el subsuelo en condiciones, pero aparentemente la reforma liberó el asbesto que tenían los caños y, según parece, el lugar debe descontaminarse. Recién después se podría ubicar ahí el material.
En un escrito presentado por la agrupación APEMIA, que lidera Laura Ginzberg, quedó en claro el detrás de escena que se puede encontrar en la documentación. Según la versión oficial, la organización libanesa Hezbollah, pro-iraní, admitió que llevó a cabo el atentado con un comunicado que publicó el diario afín An Nahar. Sin embargo, APEMIA devela que en los papeles de la exSIDE hay un informe secreto en el que se dice, textualmente, “se rectifican totalmente vuestros indicios. El periódico An Nahar es el más conservador. No pertenece al Hezbollah, siendo también un sistemático opositor de la política castrense del Hezbollah”.
El informe de la UFI AMIA indica, además, que Hezbollah usó el mismo diario para reivindicar otro supuesto ataque, contra un avión de Panamá, en el que murieron 21 pasajeros, doce de ellos empresarios judíos, producido el 19 de julio de 1994, un día después de la AMIA. El atentado llamado Alas Chiricanas nunca fue esclarecido y según la UFI-AMIA se está trabajando junto a los fiscales panameños porque ambos ataques podrían estar relacionados.
Los archivos de la SIDE fueron totalmente desclasificados por Cristina Fernández de Kirchner en 2015, es decir hace siete años. Aún así, no se termina de poner en condiciones el material. La UFI AMIA sostiene en el informe de esta semana que se está avanzando en un proceso de descripción archivística, o sea métodos para identificar y analizar la documentación. Parece poco transcurrido tanto tiempo, aunque el juez que tiene el expediente en este momento, Daniel Rafecas, insiste en que los archivos se le tienen que exhibir a las agrupaciones de familiares y la fiscalía tiene que presentar informes cada seis meses.
El misterio de la conexión local
Un dato asombroso es que el informe dedica espacios a cuestiones que se hicieron hace años. Por ejemplo, la identificación del fallecido número 85, Augusto Jesús, se hizo en 2016, hace seis años, y fue producto de la investigación de los fiscales que en su momento designó Alejandra Gils Carbó para suceder a Nisman. El fallecido fiscal nunca quiso recurrir al ADN ni al microscopio de barrido electrónico que determinó que las piezas metálicas encontradas en los cuerpos de las víctimas y rescatadas en las autopsias correspondían a una camioneta Trafic. También se estableció que hay ADN que no se corresponde con ningún familiar lo que fortalece la hipótesis de que hubo un suicida, pero que no fue el que decía Nisman, Ibrahim Berro.
En el informe de esta semana también hay una referencia a la camioneta, pero sin una conclusión determinante. Está claro que se usó el motor de la Trafic comprada al entonces armador de autos truchos, Carlos Telleldín. Pero no se sabe cuál fue la carrocería de la camioneta-bomba. El informe dice que se analizaron todas las robadas y que nunca volvieron a aparecer. Quedaron cuatro que podrían ser las del atentado, pero no se puede identificar cuál fue la utilizada: la comparación de ADN dio negativo.
En resumen, en lo que tiene que ver con la llamada conexión local, a 28 años no se pudo establecer casi nada. Para la fiscalía, intervinieron el agregado cultural de Irán en la Argentina Mohsen Rabbani, un tercer secretario de la embajada, Ahmad Asghari, y Salman El Reda o Salman Raouf (el nombre no está claro). Pero no hay ninguna evidencia concluyente ni se dice qué hicieron exactamente. Por el contrario, cuando se juzgó en Londres al embajador de Irán en la Argentina, Hadi Soleimanpour, fue absuelto “por falta de pruebas”, según lo determinó un magistrado británico. De hecho, nada se sabe de las cuestiones más elementales como los explosivos o la entrada y salida del país de los responsables.
La parálisis de la causa
Tras la caída del Memorándum de Entendimiento con Irán, declarado inconstitucional por la justicia argentina, nunca volvió a haber ninguna negociación con Teherán para buscarle una salida a la causa judicial y al conflicto. Irán afirma que la investigación es un armado de Estados Unidos e Israel y se niega a colaborar con la justicia argentina. Por su parte, la Argentina no puede avanzar porque los sospechosos están en Irán o El Líbano y el código procesal impide juzgar en ausencia. En algún momento se barajó la idea de hacer un juicio en un tercer país, pero nunca se concretó y menos todavía después del desenlace del Memorándum.
Una novedad, de cara al aniversario de este lunes, es que en octubre pasado el Tribunal Oral Federal 8 consideró que no hubo delito en la firma del tratado con Irán, lo que fue apelado por las querellas, incluyendo la DAIA. Pero el hecho de que el Memorándum no fuera delito no abre ninguna nueva instancia de negociación. Todo indica que el régimen teocrático de Irán no se moverá de su postura y que su prioridad es reeditar el tratado de limitación nuclear firmado en 2016 con Barak Obama, acompañado entonces por los gobiernos del Reino Unido, Francia, Alemania, China y Rusia. Donald Trump lo canceló, Biden lo quiere revivir, pero, como es obvio, las derechas de Estados Unidos e Israel se oponen y la invasión de Rusia a Ucrania parece un obstáculo.
Semejante escenario de conflictos no es propicio para que se busque alguna solución: la causa AMIA fue y sigue siendo un engranaje en la geopolítica mundial. En ese marco, los familiares de las víctimas parecen condenados a no tener novedades.
El avión de Emtrasur
Este lunes, los especialistas informáticos de las policías Federal y de la Ciudad entregarán los informes sobre los chats que encontraron en los celulares de los 14 venezolanos y 5 iraníes tripulantes del avión de Emtrasur que está en Ezeiza hace seis semanas.
Ni la fiscal Cecilia Incardona ni el juez Federico Villena formularon hasta ahora ninguna acusación, ni determinaron que los tripulantes hayan cometido algún delito. En Lomas de Zamora, sede del juzgado, afirman que ”se está investigando si hubo una operación con vínculos con el terrorismo pero, mientras tanto, como no hay pruebas, están en libertad. Sólo se les impide salir del país”.
Sucede que tampoco hay tantas medidas para producir. Se esperan informes extranjeros que no llegan -sólo un paper del FBI-, se allanó el avión, se verificó la carga y queda ver el contenido de los diálogos registrados en los celulares. Después, la fiscal, la querella de la DAIA y el juez tendrán que resolver.
Parece bastante obvio que los venezolanos de Emtrasur iniciarán un juicio civil para conseguir una reparación. En el camino quedaron algunas acusaciones insólitas como supuestos cambios de caras, alteración de identidades o documentación falsa del avión que pasó por muchos aeropuertos. Habrá que ver si algo sale de los celulares.
Los actos del lunes
Este lunes a las 9.53, la hora del atentado, la AMIA-DAIA y la agrupación Familiares realizarán el tradicional acto frente al lugar del ataque, Pasteur 633. La consigna "volvemos a Pasteur" hace referencia a que, por la pandemia, los actos no pudieron ser presenciales ni en 2020 ni en 2021. "Tenemos memoria, exigimos justicia", completan la convocatoria que, seguramente cerrará el titular de la AMIA Amos Linetzky, aunque se afirma que los familiares tendrán un papel protagónico.
El contenido es previsible: el acento puesto en Irán y Hezbollah como responsables. Linetzky encabezó una delegación de la AMIA que estuvo el viernes con el presidente Alberto Fernández manifestándole su preocupación por el episodio del avión.
A la misma hora, 9.53, este lunes, en Plaza Lavalle, frente a Tribunales se realizará el tradicional acto de la agrupación de familiares y amigos de las víctimas, Memoria Activa. La convocatoria tiene el título: 28 años, la misma impunidad. Hablarán Paula Litvachky, del CELS, Rodrigo Borda el abogado de Memoria y Diana Wassner, esposa del arquitecto Andrés Malamud, muerto en el atentado.
Un impactante acto organizarán la comunidad Amijai, el Náutico Hacoaj y ORT Argentina. Es a las 19.30 de este lunes en Arribeños 2355. Se comprometieron a estar Lito Vitale, Diego Torres, Natalia Oreiro, Adrián Suar, Nahuel Pennisi, Rolando Sartorio, Gabriel Rolón, Natalie Pérez y Darío Turovelsky, entre otros.