Jugó dos mundiales, metió un gol en la final de uno, vio varias Copas del Mundo como analista, alguna como hincha de Brasil, vive en España, visitó decenas de países, es un hombre con mundo y en un año de Mundial, una voz autorizada por donde se la oiga. Esta nota es el resultado de un par de charlas con Jorge Valdano, giradas sobre los mundiales.
--¿Cuál fue el primer Mundial que te aparece en el recuerdo infantil?
--El de México en el '70. Mi papá había muerto cuando yo tenía cuatro años y mi mamá compró un televisor en blanco y negro que pusimos en la cocina cuando yo tenía 14. Lo compró para que yo pudiera ver el Mundial. Al no estar Argentina me fui haciendo hincha de Brasil, como muchos acá, y aquel equipo me deslumbró. También los peruanos me llamaron la atención, no usaban las puntas, llegaban siempre tocando por el medio y tirando paredes, eran fantásticos. El partido entre Brasil y Perú fue extraordinario, pero lo más recuerdo es la final de Brasil e Italia. Lloré de emoción aquel día.
--El próximo Mundial lo vas a ver en vivo. ¿Qué expectativa tenés?
--Es la primera vez que se juega fuera del fin de temporada de los europeos y eso hace que lleguen más descansados y además se va a jugar en una sola ciudad, con menos necesidad de viaje y con mucho ambiente. Europa va a llegar con muy buenos equipos: Francia, España, Alemania y casi en la misma línea Suiza, Bélgica y Dinamarca. Crecieron mucho en el proceso de formación, controlan la pelota y pasan a gran velocidad, mejoraron técnicamente la dinámica que siempre tuvieron. Hay grandísimos jugadores: Mbapeé, Benzemá, Courtois, De Bruyne, Pedri, Hazard, que si está bien puede repetir lo de Rusia y puedo nombrar a muchos más.
--Acá hay mucha ilusión con Argentina; muchos la ven como candidata.
--Y está bien que exista esa ilusión. Puede ganar el titulo ¿por qué no? No nos olvidemos que está Messi. Pero no le va resultar fácil, cualquier europeo le va a costar mucho y no estoy hablando sólo de las grandes potencias. Argentina va a llegar bien porque se ha hecho un gran trabajo en estos últimos años, y porque con la obtención de la Copa América se sacó un peso enorme de encima.
--A propósito de sacarse un peso de encima, hace poco vi un documental que hicieron unos ingleses sobre Pelé, y me sorprendió que cuando le preguntan qué sintió después de la final del '70 dijera "alivio".
--Si, yo también lo vi y me llamó la atención eso mismo. Yo lloraba de emoción en la cocina y los tipos lloraban aliviados. No nos olvidemos que Messi padecía eso de no lograr un título grande; lo hemos visto vomitar en la cancha. La presión puede ser tremenda. Ronaldo en la final del '98 es otro ejemplo.
--¿A vos te pasó eso de sentir alivio en México en el '86?
--No, en ese momento no tenés conciencia y te preguntas si es verdad lo que está pasando. Pero algo me pasó con el tiempo. Cuando se cumplieron 30 años del Mundial del '86 un periodista me invitó a ir al estadio Azteca. Recorrimos todo, repasamos jugadas, reviví muchas cosas y en algún momento me quebré. Y la frase que me salió fue 'misión cumplida'. Tuve esa sensación. Mi hijo me lo reprochó cuando lo vio: '¿Y el placer?', me preguntó casi como un reproche. Pero años después él tenía un problema de difícil resolución en su trabajo y cuando logró solucionarlo usó, deliberadamente, la misma frase: 'Misión cumplida'.
--Imagino que la recorrida habrá tenido su punto culminante con el segundo gol de la final.
--Hay una historia hermosa de ese gol, o mejor dicho de lo que pasó después del gol y que he contado pocas veces. Había terminado fusilado en la corrida y encima en el festejo quedé sepultado por todos mis compañeros. En el medio de los abrazos Maradona me dice al oído: “Descansá, vos descansá que en los próximos minutos de la 'Locomotora' me encargo yo”. La Locomotora era Briegel, a quien yo tenía que tomar y perseguir por indicación de Bilardo. Más de un compañero se hubiera ofrecido como voluntario, pero el que se dio cuenta fue Diego. Además de solidario, un lúcido estratega, tenía todo en la cabeza.
--En ese gol vos arrancas de cuatro, imagino que porque estabas persiguiendo a Briegel.
--Sí, a la altura del área chica. Un amigo decía que Hans Peter Briegel se debe traducir como Ferrocarriles Nacionales Alemanes. El tipo era una bestia, se paraba, cuando se cansaba, jadeaba, respiraba como un jabalí, tomaba unos segundos de aire y seguía, no paraba nunca. Los alemanes están convencidos de que ese día se equivocaron. Muchos años después lo hablé con Beckenbauer y Rumennigge. Dicen que si en lugar de ir a buscar el tercero hubieran esperado el alargue nos ganaban. Pero lo dejaron libre a Maradona y eso fue fatal; les costó el pase de Diego y el gol de Burruchaga.
--Más los errores de Schumacher…
--El dice que en el gol de (José Luis) Brown fue a buscar la pelota porque iban 20 minutos y no la había tocado, pero calculó mal. Y en el último, es cierto, a Burruchaga se le va un poco larga y tarda en salir. Siempre le digo en broma a "Burru" que tendría que haberme dado la pelota a mí, que venía acompañando. Menos mal que no me la dio.
--¿Cicatrizó la herida de quedarte afuera del Mundial del '90?
--Fue muy extraño lo que pasó. Quince días antes de que Bilardo diera la nómina del plantel yo sentía una molestia y le dije que no me veía bien. El me contestó que por favor no me fuera, que aunque sea me necesitaba para que juegue 20 minutos, y en esos 15 días me exigí a fondo y me sentía muy bien, entero. Se lo estaba comentando a Ruggeri justo en el momento en el que vino Bilardo y me anunció que no iba a estar en el plantel. Ya pasó.
--Volvamos al presente, hace poco usaste una metáfora muy lúcida aquello de que Messi es el arco y Mbapeé la flecha. ¿En la Selección Argentina quien es la flecha?
--Di María. Para mí Di María es un talentoso mediocampista que conoce todo del puesto y también se dispara con la misma eficacia como delantero. Y está la flecha oficial que viene a ser Lautaro Martínez, un delantero potente. Messi era en un tiempo el arco y la flecha, pero se tuvo que reconvertir. Algunos envejecen como pueden y él envejece como quiere.
--Siguiendo con la metáfora del arco y la flecha, ¿quién es Robin Hood, quién es el técnico que puede hacer mejor uso de ellas?
--Luis Enrique puede ser. Es un técnico atrevido, audaz. Podría haberse refugiado en la comodidad de un juego más conservador, considerando que tiene jugadores jóvenes y que están en transición. Tenía una excusa, pero no, el tipo arriesga. No se si le alcanzará a España en este Mundial, está un escalón por debajo de otros equipos más consolidados.
--Fue muy crítico Luis Enrique con Argentina y Brasil por su falta de confrontación con los europeos.
--No se bien qué dijo, pero es cierto eso de que a Argentina y Brasil les falta confrontación, hubiera sido bueno ver a nuestros equipos compitiendo con los mejores de ellos. Pero lo que ocurre es que la economía genera guetos y Europa se ha convertido en una especie de gueto, juegan entre ellos, potencian a sus equipos que van creciendo a partir de las dificultades que encuentran. Estuvo bien jugar contra Italia, pero es insuficiente. Como sea, no es culpa de la AFA que no haya más confrontación.
--¿Scaloni sorprendió con algunos jugadores como Cristian Romero que no estaban en la consideración general?
--Yo lo había visto mucho en Atalanta. Es un defensor buenísimo con una gran técnica. Una gran aparición, un crack.
--¿El arquero Martínez no tiene exceso de confianza, no cancherea demasiado?
–Puede ser, no sé, pero si hasta ahora le ha ido bien con lo que hace, quién le va a reprochar nada. Es un arquerazo.
--(Ubaldo) Fillol es un ejemplo de confianza, dijiste alguna vez.
--Una vez le pegunté cómo andaba y me dijo algo más o menos así: 'Me tiran a la derecha y llego, me patean al otro lado y llego, me tira abajo y llego, tengo la sensación de que no me pueden hacer un gol'. Unos años más tarde le recordé sus palabras y me contestó que no se acordaba que me lo hubiera dicho. Pero me aclaró: 'No sé lo que dije pero sí te puedo asegurar que durante 4 o 5 años sentí que no había manera de que me hicieran un gol'.
--¿Qué mirada tenés sobre Scaloni?
--Creo que logró un gran equilibrio ecológico en el plantel. Los jugadores creen en él y en su cuerpo técnico. Ha generado un ambiente muy sano, competitivo. Hay una complicidad personal entre ellos, en la convivencia y en el juego mismo, algunos de ellos rinden más en la Selección que en sus propios clubes. Ha sabido poner al fútbol en su punto medio, con un perfil muy bajo. Y encima, como te decía antes, está la Copa América. El tema es que los medios crean que se está por encima de otros. Argentina le puede ganar a cualquiera y puede perder con cualquiera.
Lúcido, preciso, agudo. Un Valdano auténtico.
Las Parejas
En Las Parejas, la ciudad en la que nació Valdano, hay dos clubes, históricos rivales: Sportivo Las Parejas y Argentino. Valdano jugó en los dos. Era hincha y fue futbolista del Sportivo, pero a los 15 años, jugó un año en el otro club. Las dos instituciones cumplieron recientemente 100 años, y los festejos incluyeron una invitación para que diera una conferencia magistral para 1.500 personas, en un pueblo de 13 mil. Además lo nombraron ciudadano ilustre. “Fue un mimo extraordinario; ellos necesitaban darme eso, y yo tenía también la necesidad de recibirlo”. dice gratificado. También se mostró feliz al comprobar el crecimiento de los dos clubes. “En mis tiempos tenían fútbol y con suerte bochas, pero ahora son instituciones muy desarrolladas, con varios deportes y entre ellos fútbol femenino lo que alegró muchísimo” .
Una de Bilardo
“En el '86, antes de empezar el campeonato nos daba queso y dulce, nos entrenábamos poco y él decía que teníamos que engordar dos kilos para que después los fuéramos perdiendo en la competencia. Quería que llegáramos a la final con nuestro peso ideal, porque esos dos kilos los íbamos a perder en el camino. Yo no sabía en ese momento si le íbamos a poder ganar a Corea el Sur, pero el tenía claro ese asunto. Y fue así nomás, llegamos a la final con nuestro peso”.
Una de Menotti
En su debut internacional, en un amistoso contra Uruguay, Valdano hizo dos goles, uno tras una doble pared con Bochini y otro de cabeza. Argentina terminó ganando ese partido 3-2. Al final Menotti lo esperó en la boca del túnel y le dio un gran abrazo. Un fotógrafo de la revista El Gráfico se enteró tarde de ese abrazo, quiso repetirlo y le pidió a Valdano que lo convenciera a Menotti de que volviera a la cancha. “Le dije al Flaco y me contestó: 'Vaya a ducharse, pibe, los abrazos se dan solo cuando se sienten', y yo no sabía dónde meterme. Fue toda una lección de vida la que recibí".