Banfield hizo bastante más que San Lorenzo. Pero se terminó llevando lo mismo: un empate 1 a 1 que lo dejó con sabor a poco. Sobre todo en el segundo tiempo, el Taladro repiqueteó insistentemente sobre el arco del equipo azulgrana que demasiado pronto se dio por conforme con la igualdad y resistió con un esquema 5-4-1. Sin embargo, a Banfield le faltó claridad y profundidad para concretar sus llegadas (que tampoco fueron tantas). Por eso, no ganó un partido que tuvo al alcance de la mano.

Desde el comienzo mismo hubo novedades: en Banfield no jugó Giuliano Galoppo, el volante que se apresta a firmar contrato con San Pablo de Brasil a cambio de 5 millones de dólares. Y San Lorenzo presentó dos de sus incorporaciones: el zaguero Gastón Campi y el mediocampista Juan ignacio Méndez. 

También desde el arranque, el conjunto local mostró mas volumen de juego. No obstante, el conjunto que dirige Rubén Insúa dio el primer golpe de la tarde: a los 20 minutos del primer tiempo, el zaguero Maciel le cometió penal al paraguayo Adan Bareiro sobre la línea del área grande y el propio Bareiro anotó el 1 a 0.

Inmediatamente, San Lorenzo empezó a replegarse para sostener la diferencia. Pero no pudo hacerlo: a los 35 minutos, Matías González despidió un zurdazo desde afuera del área que picó delante de Torrico y se le metió por encima. El 1 a 1 era lo correcto en medio de un trámite friccionado, trabado y cortado. Pero ya no lo fue tanto en el segundo tiempo.

Quedó dicho: San Lorenzo retuvo a Giay y Fernández Mercau por los costados y armó una línea de cinco en el fondo con los centrales Hernández, Zapata y Campi. Braida ingresó por Barrios y se paró como volante por la izquierda al igual que Cerutti por la derecha. Y con Méndez y Rosané en el eje y Bareiro solo arriba, puso nueve hombres por detrás de la pelota para defender el empate. No llegó nunca, pero tampoco le interesó demasiado.

Banfield hizo todo el gasto conducido desde el medio por Cabrera, Domingo y Dátolo. Pero arriba, Urzi y Enrique no tuvieron una tarde inspirada. Por eso, siempre le faltaron uno o dos pases para ponerse mano a mano con Torrico. Dos veces pudo hacerlo. Y en ambas, el veterano arquero sanlorencista salvó su valla. No hubo más que eso.