El prólogo de Cultura de la red, de Tiziana Terranova (Tinta Limón, colección "Nociones comunes"), instala una pregunta por la relevancia de la publicación: es que se trata de un título escrito a comienzos de la década del 2000, por primera vez traducido al español, que versa sobre las nuevas tecnologías. ¿Cómo abordar un libro escrito cuando sólo el 10 por ciento de la población mundial tenía Internet, cuando ahora el índice es de 60? ¿Cuál es su vigencia si en aquél tiempo los teléfonos inteligentes eran principalmente usados para el envío de correo electrónico? Todo, y especialmente la tecnología, avanza en este mundo demasiado rápido.

En el prólogo se plantean entonces dos sugerencias de lectura. Cultura de la red, cuyo subtítulo es Información, política y trabajo libre, puede ser tomado como documento histórico. Otra opción es buscar en él “los lugares y paisajes en los que las cosas no han cambiado”: “las relaciones entre entropía y orden, ruido y señal, que tanto preocuparon a los primeros ingenieros de redes, continúan dando forma a culturas que están conectadas infraestructuralmente por redes digitales, con la invención de nuevas formas de lograr el orden a partir del caos, como los motores de búsqueda, las transmisiones de los medios sociales y los distintos tipos de técnicas de computación algorítmica”. 

Quizás estos dos enfoques puedan combinarse para enriquecer el acercamiento al texto escrito por la teórica y activista italiana, catedrática de la Universidad de Nápoles La Oriental y miembro de la red universitaria libre Euronomade. Terranova es profesora de Sociología de los Procesos Culturales y comunicativos.

En la introducción, el libro es definido como un trabajo sobre "una formación cultural, una cultura de la red, que parece estar caracterizada por una abundancia de generación de información sin precedentes y por una aceleración de la dinámica informacional". Disección de la teoría de la información, la cibernética, las teorías de la complejidad y la biología molecular, investiga, además, las relaciones de poder y las resistencias que produce "ese organismo complejo llamado Internet". En este sentido, la autora recorre una trama dominada por la modulación capitalista y evalúa que posibilidades existen, dentro de esta trama, para el diseño de vidas poscapitalistas.