Si algún vidente audaz le hubiera tirado las cartas al fútbol argentino o hubiera querido escudriñar el futuro a través de una bola de cristal, seguramente no habría acertado el vaticinio. Que Godoy Cruz, Newell's, Atlético Tucumán y Argentinos Juniors compartan la punta del campeonato de la Liga Profesional y que Gimnasia y Esgrima La Plata y Huracán sean sus escoltas cuando está a punto de cumplirse la tercera parte de su desarrollo, no podía pasar ni siquiera en los pronósticos más alocados. Pero está pasando.
La locura actual del fútbol argentino tiene un montón de causas. Es la consecuencia de la eliminación de River y Boca de la Copa Libertadores, la crisis política y futbolística que se está llevando puestos a San Lorenzo e Independiente, el éxodo incesante de los mejores jugadores al exterior, la mediocridad generalizada de la mayoría de los equipos y la exagerada extensión de un libro de pases que, en medio de la competencia, ha desarmado a unos y ha fortalecido a otros.
¿Puede afirmarse entonces que a fines de octubre, habrá un campeón inesperado? ¿O las cargas se irán acomodando y a la larga, terminarán peleando el título los mismos de siempre? Es tan posible como probable una cosa como la otra. Habrá que ver si los cuatro punteros y sus dos escoltas tienen plantel, fútbol y energías para sostener sus pretensiones a la larga. Y también, cuales de los grandes pueden ponerse en marcha. Racing, a dos puntos de la punta, no está descartado, como tampoco lo está Boca que quedó a cuatro. River está lejos, a siete unidades y no debería demorar mucho en recuperarse de su bajón si quiere estar entre los que jugarán la Copa Libertadores (por ahora sólo clasifica a la Sudamericana).
En cambio, San Lorenzo e Independiente parecen fuera de la lucha por el campeonato. San Lorenzo se ubica a cinco puntos de los líderes, pero apenas ganó dos de los ocho partidos que jugó. Lo de Independiente es aún más crítico: los punteros le sacaron ocho puntos en igual cantidad de fechas y resulta impensable una remontada de magnitud en medio del caos futbolístico e institucional que lo atraviesa. Sería una gran noticia para ambos poder por lo menos, llegar a la Copa Sudamericana. Pero tendrán que remar bastante para conseguirlo: San Lorenzo está a seis puntos de Godoy Cruz, el último que estaría ingresando al segundo torneo continental de clubes. Independiente, a ocho.
En este contexto, entonces, predecir lo que habrá de suceder cuando a fines de octubre, concluya el campeonato, resulta imposible. Por distintas causas, los candidatos de siempre arrancaron mal pisados y no pasan por su mejor momento. Y de los actuales líderes, por ahora, ninguno parece tener un plus decisivo, habrá que seguir tomándoles examen. Lo cierto es que el fútbol argentino se ha vuelto loco y da la impresión de que cualquiera puede salir campeón. Para algunos, es la expresión de un competencia apasionante e imprevisible. Para otros, el reflejo de una mediocridad apabullante.