El frío de la ciudad apenas se siente. Entre las personas que esperan frente a la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) el comienzo del acto central en recuerdo de las 85 víctimas del atentado ocurrido en la mañana del lunes 18 de julio, 28 años atrás, lo que se percibe es la tensa calma de un duelo inconcluso. Son familiares de las víctimas que, junto a las autoridades de la mutual judía, se reúnen para renovar el pedido de justicia, en un acto realizado bajo la consigna “Volvemos a Pasteur”. Allí denunciaron “la falta de avances en la investigación” judicial, volvieron a responsabilizar a Irán y Hezbollah por el atentado, y exigieron: “El dolor de las víctimas debe despolitizarse”. Mientras, frente a los tribunales, en Plaza Lavalle, la agrupación Memoria
Activa que nuclea a las familias distanciadas de la conducción de la
AMIA, realizó su propio acto para recordar a las víctimas del atentado y pedir también justicia, pero con un mensaje que denunció a las autoridades de la mutual como “cómplices” del encubrimiento de los verdaderos responsables.
En la cuadra de Pasteur al 600, el acto se pudo hacer con sobrevivientes, familiares y otras personas presentes luego de dos años de homenajes virtuales, por las condiciones sanitarias impuestas por la pandemia. Todos esperaban, atentos, a que el sonido espectral de la sirena diera inicio a la conmemoración.
La sirena se escuchó a las 9:53, el momento en que estalló en 1994 el edificio de siete pisos y 100 años de historia, en un atentado todavía no esclarecido. Luego del minuto de silencio se escucharon, por parte de un grupo de familiares, los nombres de las 85 víctimas fatales. Por cada persona una vela y una rosa, mientras los asistentes respondían a cada nombre: “Presente”. Al finalizar, la conductora del acto --la periodista Gisela Busaniche-- agregó el nombre de “Alberto Nisman, que también está presente”.
Con esa introducción, los familiares allí reunidos y las autoridades de la mutual israelita denunciaron la “falta de avances en la investigación” del atentado, que justamente estuvo a cargo de Nisman durante años, hasta su muerte en 2015. Fue a través del discurso del nuevo presidente de la AMIA, Amos Linetzky, quien criticó la labor de los jueces y de la Fiscalía Especial AMIA. “La causa AMIA es uno de los reflejos más vergonzosos de la historia argentina”, afirmó Linetzky. “En 28 años no se pudo hacer nada. Es una gran deuda de nuestra democracia”, sostuvo.
A sus palabras le siguió el sentido relato de una sobreviviente, Ana Weinstein. Y tres familiares compartieron sus recuerdos de quienes ya no están: Sofía Guterman, madre de Andrea; Jennifer Dubín, hija de Norberto; y Marina Degtiar, hermana de Cristian.
Los escuchaban con atención funcionarios del gobierno nacional, entre ellos el ministro de Educación, Jaime Perczyk, y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri. También el embajador de los Estados Unidos, Mark Stanley, y la enviada especial de ese país a este acto, Deborah Lipstadt, representante del Monitoreo y Combate del Antisemitismo. Podían verse también varios dirigentes, legisladores y funcionarios de la oposición: Jorge Macri, Fernando Iglesias, Patricia Bullrich, Margarita Stolbizer, Ricardo López Murphy, y Hernán Lombardi, entre otros.
El enemigo iraní
Linetzky denunció que “es clara la responsabilidad en el atentado de funcionarios del gobierno iraní de aquella época, como también de miembros del Hezbollah”. Estas personas “no deberían poder salir de los países que los protegen. Pero salen de Irán y salen de El Líbano sin que nadie se los impida”, cuestionó. “Los fiscales tienen la obligación de monitorear en forma permanente los movimientos de los acusados", insistió.
La conducción de la AMIA volvió a apuntar contra Irán, pese a la falta de pruebas en su contra. Aun cuando Rodolfo Canicoba Corral, quien fuera juez de la causa, haya sostenido que no hay evidencia que sostenga la acusación, salvo por los informes de inteligencia de Israel y los Estados Unidos --interesados por razones geopolíticas en atacar a Irán--. Esos informes forman parte de los archivos que en 2015 liberó la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. Pero los documentos no se han podido analizar porque la Unidad Fiscal AMIA argumenta que no están dadas las condiciones en el lugar donde se encuentran, y tampoco acepta el pedido de traslado realizado por el Ministerio de Justicia.
Linetzky también reclamó que un solo juez se haga cargo de la causa en forma permanente. “No puede ser que cambie cada seis meses”, destacó. El expediente judicial, de hecho, se encuentra bloqueado por el Consejo de la Magistratura de la Nación, que no designa a los jueces.
Ante la falta de avances en la causa, el dirigente de la AMIA apuntó contra la Fiscalía especial, hoy a cargo de Sebastián Basso y Gonzalo Miranda. “¿A qué dedican su jornada?”, preguntó. Para luego rescatar la figura de Alberto Nisman --“por cuya muerte seguimos esperando el total esclarecimiento”, apuntó--, quien no obstante estuvo durante once años al frente de esa unidad sin producir pruebas contundentes.
Pero Nisman, recordó Linetzky, “había denunciado la infiltración iraní en la región, principalmente a través de su alianza con Venezuela”, sostuvo. Eso le permitió vincular el reclamo del atentado con el “incidente del avión”, tripulado por iraníes y venezolanos, retenido en Ezeiza desde comienzos de junio, sin que aún haya pruebas de que la tripulación tenga vínculos con la presunta planificación de un atentado, tal como se les endilgó desde la oposición y algunos medios de comunicación.
También le dedicó un párrafo al ex comisario Carlos Castañeda condenado por destruir pruebas en la causa. “Pero su condena recién acaba de quedar firme ¡17 años después!”, exclamó. En su cuestionamiento al Poder Judicial, el titular de la AMIA desdibujó el acompañamiento que las autoridades de la propia mutual mantuvieron con el proceso judicial desde sus inicios. A pesar de estos 28 años sin esclarecer el atentado “estamos de pie”, resaltó Linetzky, quien asumió al frente de la AMIA hace pocas semanas. “Pero traigo el legado de quienes me precedieron. De un pedido de justicia que no tiene banderas políticas y debe ser independiente del interés partidario. El dolor de los familiares de las víctimas y nuestro propio dolor debe despolitizarse”, señaló.
“La herida sigue sangrando”, puntualizó Linetzky desde el escenario montado frente al lugar donde ocurrió el atentado, y ante cientos de personas que levantaban fotos de los rostros de las 85 víctimas. Y llamó a mantener la memoria “porque el tiempo pasa, pero no hay excusas cuando se trata de un crimen de Lesa Humanidad” enfatizó.
Poco después de finalizar el acto, Linetzky, en declaraciones a la prensa, rescató la reunión que mantuvo con el presidente Alberto Fernández, el viernes pasado, y compartió que el mandatario se comprometió a promover avances en la investigación. Desde sus redes sociales, el presidente Fernández manifestó: "A 28 años del atentado a la AMIA, volvemos a decir 'presente'. Por las 85 personas asesinadas aquella mañana, por sus familias y por toda la Argentina".