Desde el caso de Clarisa Juárez, la beba fallecida el pasado 29 de junio, y hasta el 13 de este mes, hubo al menos cuatro niños de hasta dos años fallecidos. Por lo menos en dos casos la causa de la muerte fue la desnutrición.
Así surge de un recuento que se realizó desde la última consulta con la gerenta del Hospital de General Mosconi, Carolina Serrano, quien en diálogo con este medio dijo que Clarisa fue la antepenúltima niña de esa localidad norteña que había fallecido. El último caso, según lo indicado por la médica, fue de un bebé de menos de un año, quien, al igual que la niña mencionada, estaba desnutrido. Entre este caso y el último contabilizado, habría uno más.
Ayer se conoció del deceso de otro niño de unos dos años de Pozo El Toro, paraje del municipio de Santa Victoria Este, en el departamento Rivadavia. El chico había sido enterrado por la familia cuando el equipo sanitario se enteró y llegó hasta el lugar por lo que no se determinó fehacientemente la causa de muerte.
Según la información oficial proporcionada a Salta/12 desde el Ministerio de Salud de la provincia, el fallecido en Pozo El Toro era "un niño nacido post término, tenía 2 años de edad y era de Vertiente Chica. El paciente estuvo llevando a cabo el proceso de relactación y de cuidados médicos en el hospital de Santa Victoria Este”. La información oficial también sostiene que el niño “fue abandonado por su madre, quien decidió regresar a Vertiente Chica”.
Los agentes del Área Operativa VIII salieron en búsqueda de la madre y lograron convencerla de que debía continuar acompañando a su hijo en el cuidado y asistencia. "El niño recibió lactancia materna mixta, con predominio de alimentación artificial debido a que -en ocasiones- la madre era reticente a realizar las prácticas de puericultura con su hijo”, sostuvo la cartera de Salud. Se añadió que hasta los cuatro meses el nene “tenía una curva aceptable de ganancia pondoestatural adecuada y continuaba recibiendo lactancia materna. Posteriormente, presentó problemas en su crecimiento (peso y talla), siendo considerado riesgo de bajo peso”.
Frente a ese cuadro se sostuvo que “el equipo de nutricionistas del hospital de Santa Victoria Este le brindó leches terapéuticas y alimento terapéutico listo para usar (ATLU), pero no hubo aceptabilidad diaria. Es por eso que los profesionales le suministraron leche entera en polvo reconstituida, en común acuerdo con sus progenitores, debido a que manifestaron que tenían el hábito de solo darle leche a los niños”.
Esto permitió que con el transcurso de días el niño lograra ganar peso “y, en coordinación con sus familiares, se les brindara -periódicamente- la leche medicamentosa y se ofreció consejería sobre cuidados y pautas de alimentación y atención médica, cuando lo requiera”. Sin embargo “el 13 de julio, una enfermera del área operativo se informó acerca de un supuesto estado delicado de salud de un niño en la comunidad de Pozo El Toro y se dirigió al lugar”. Cuando la agente de Salud llegó al domicilio, “los familiares manifestaron que el niño había fallecido y que ya lo habían enterrado hace 48 horas. El equipo sanitario solicitó la intervención policial a fin de que efectúen el procedimiento correspondiente”, sostuvo el Ministerio de Salud.
“Su mamá dijo que estaba desnutrido”
El referente de la Unión Autónoma de Comunidades Originarias del Pilcomayo (UACOP), Abel Mendoza, contó a Salta/12 sobre el caso y sostuvo que precisan contar con más información ante las dos versiones que obtuvieron tras este último deceso. El caso es que la madre del niño sostiene que “estaba desnutrido”, y desde el Hospital de Santa Victoria Este se le informó que estaba siendo atendido.
“Nos llama la atención porque hay algo entonces que se oculta ante versiones tan distintas”, afirmó Mendoza. Las dudas se acrecentaron al no contar con un diagnóstico de la criatura por lo que pidieron contar con información fehaciente de lo acontecido.
La comunidad Pozo El Toro se encuentra a unos 41 kilómetros del pueblo cabecera del departamento, Santa Victoria Este. Si bien la comunidad cuenta con agua, Mendoza aseguró que se retrasó la entrega de los módulos alimentarios, intervalo que es de “tres meses para arriba”.
A la espera de la leche
Por decisión del gobierno nacional, la leche que antes se entregaba a los más chicos desde los centros sanitarios se sustituyó con una parte de dinero que se anexó al pago de la Asignación Universal por Hijo (AUH).
Por las diversas consultas realizadas al Ministerio de Salud de la Nación y funcionarios cercanos que entienden la problemática de pueblos originarios, la decisión es inamovible.
Entre otros argumentos, el mes pasado la cartera sanitaria nacional había respondido ante el caso de la muerte de otra nena por desnutrición en Rivadavia, que “en cuanto a simplificar la complejidad del abordaje de esta familia y sus determinantes a la política sobre la entrega de leche, nos vemos obligados a citar las guías alimentarias para la población infantil (GAPI), que son base de política pública, avaladas y respaldadas por los equipos nutricionales de las provincias y OPS/OMS. En este sentido, a los 2 años no es ni debiera ser la leche el principal aporte nutricional".
El Ministerio de Salud nacional señaló que "El apoyo alimentario apunta a fortalecer el acceso a alimentos más acordes a las necesidades nutricionales de cada edad. A su vez, la ampliación de la estrategia de entrega de leche de vaca en polvo presentaba brechas en términos de la llegada a la población objetivo, su utilización, la presencia o no de agua segura y los resultados en salud. El tratamiento de la desnutrición requiere de un abordaje específico que excede la entrega de leche de vaca”.
“Que eso se haya cortado implica algunas situaciones de escasez” del alimento, dijo Mendoza al ser consultado sobre el tema. Sostuvo que, al menos en el territorio de Santa Victoria Este y las comunidades indígenas del lugar esta decisión tuvo una repercusión importante dado que consideran que incidió en la salud de los niños y niñas. “Hay comunidades que realmente la necesitan (a la leche). Pero acá siguen falleciendo los niños. Antes con esa leche por lo menos llegábamos a nutrirlos”, afirmó.
En cuanto a anexar el monto de dinero equivalente a la leche -de por sí insuficiente para las familias, dado que alcanza para una sola caja por mes, y el precio en estas zonas es más alto que en los grandes centros urbanos- a la AUH, el referente entendió que quien recibe el beneficio “termina gastando esa plata al final para otra cosa”.
Por las complicaciones al momento de preparar el alimento (sea por falta de agua o de conocimiento), Mendozza afirmó que se solicitó capacitación en las comunidades para hacer una mejor utilización de los productos alimenticios a preparar.
Otro de los argumentos que se imponen al momento de justificar la quita de la leche es que termina por disminuir el impulso de la lactancia materna. “Consulté con varias mamás y decían que daban leche en teta y la leche en polvo. Que les daban ambas para ayudar al chico a ser más fuerte y paliaban la situación de desnutrición”, contó Mendoza.
Por su parte, el Ministerio de Salud de la provincia, que ya había manifestado su desacuerdo con el hecho de que se deje de repartir la leche, sostuvo que la semana que viene se prevé que el alimento sea distribuido a los grupos priorizados, esto es, a infancias identificadas con alguna alteración nutricional.