La violenta llamada de Nicolás Pachelo a su madre, Silvia Ryan, impactó por el tono. Le dijo “¿por qué no te vas a la concha de tu madre, te tirás por la ventana y me dejás de romper las pelotas? Infeliz”. Es tremendo que cinco meses después, Ryan efectivamente se suicidó tirándose por la ventaja del piso 11 del edificio en el que vivía, en Retiro. Pero la violencia, el tono, es sólo una interpretación de esa llamada. Es una mirada superficial. Los fiscales del caso García Belsunce -Patricio Ferrari, Andrés Quintana y Federico González- le prestan atención al verdadero significado de la comunicación: que la mamá sospechaba que Nicolás había matado a María Marta y por eso se comunicó con su consuegra, la madre de la esposa de Pachelo, Inés Dávalos, para decirle que estaba preocupada. Como Pachelo sabía que los teléfonos estaban intervenidos por la justicia -algo que se constató por una llamada previa de un amigo que le avisó que tenía las comunicaciones vigiladas-, el vecino sospechoso no reaccionó calmando a su madre, tranquilizándola, sino tratándola casi como una delatora e insultándola de manera asombrosa.

La secuencia exacta es la siguiente:

*Pachelo inicia el diálogo increpando a su mamá y preguntándole por qué había llamado a su consuegra.

-Estoy preocupada -le contesta Ryan-. Tengo miedo por ustedes.

Esta respuesta podría interpretarse de dos maneras. Que estaba preocupada porque podrían involucrar a Pachelo e Inés injustamente, dado el andar delincuencial que ya sabía que recorría su hijo desde los 18 años, o que estaba preocupada porque en efecto pensó que entró a robar -como otras veces- y se produjo el homicidio.

Esto es tan así que Ryan, en otro díalogo telefónico, le dijo a Pachelo: ”Vos sos sospechoso Nicolás, porque sos un socio que no es normal, tenés una vida más agitada”. 

En el momento de esa llamada, Pachelo le advierte a su madre: ”(Fulano) me dijo ‘cuidado cuando hablás por teléfono Nicolás y cuando habla tu madre porque no solamente la policía interviene teléfonos, sino también el periodismo. Tené cuidado lo que hablás por teléfono”.

Entonces, ya sobre aviso de que lo escuchan, Pachelo toma a su madre como un peligro. Lejos de tranquilizarla, la empieza a agredir: ”Sos un ser indeseable. Llamó la madre de Inés llorando. Sos una retrasada mental”. En otras palabras, “le transmitiste tus sospechas o la preocupación a la madre de Inés”.

Aún así, Ryan insiste: ”No, tengo miedo. Andate a vivir a la casa de los padres de Inés”. O sea, bórrate de El Carmel.

Pero Pachelo no tranquiliza a su madre: no le dice “no pasa nada, no hay razón de ningún tipo para preocuparse”. Embiste de manera todavía más violenta, de alguna manera sugiriendo que lo está delatando ante su suegra y también ante la justicia, porque sabe que sus teléfonos están intervenidos. Ahí pronuncia la frase: ”¿Por qué no te vas a la concha de tu madre, te tirás por la ventana y me dejas de romper las pelotas?”.

Suicidio

Este feroz intercambio se produjo el 19 de diciembre de 2002. Sin embargo, el desenlace ocurrió en mayo de 2003, cinco meses después, cuando Ryan se tiró por la ventana del departamento en el que vivía.

El momento de ese suicidio es clave en la historia del caso García Belsunce. 

La secuencia fue la siguiente:

El 24 de mayo de 2003, Carrascosa fue dejado en libertad, tras un primer período preso como sospechoso del homicidio de su esposa. Lo dispuso el juez Diego Barroetaveña que consideró que podía seguir el proceso sin estar en la cárcel.

En ese momento, el expediente pareció abrirse a otra hipótesis: en concreto, la participación de Pachelo.

La coartada del vecino se derrumbó de manera estrepitosa. Pachelo dijo que él no estaba en El Carmel a la hora del asesinato, sino que fue al shopping Paseo Alcorta, con su mamá, a comprarle guantes de arquero a su hijo. Sin embargo, primero, la cámara de la puerta del country registró que salió después del homicidio; segundo, tres chicos lo vieron trotando cerca de María Marta unos instantes antes del asesinato y, sobre todo, en tercer lugar, Pachelo recibió llamadas que se cursaron a través de antenas de Pilar, donde está El Carmel, y no en Palermo, donde se ubica el shopping. Es decir que su coartada dependía únicamente de su madre, que -todo lo indica- fue a comprar los guantes para su nieto.

El 29 de mayo de 2003,  Ryan percibió el peligro que entrañaba su testimonio y, además, la violencia de su hijo. En ese marco, toma la decisión fatal de arrojarse por la ventana, como Nicolás le había dicho cinco meses antes. Fue un gesto de sacrificio de madre, porque dejó cartas en las que, supuestamente, defendió a su hijo y acusó a los García Belsunce.

Después

Hay todavía un dramático final adicional. Pachelo se fue de El Carmel y se mudó al departamento del piso 11 donde había vivido su madre. En ese edificio, volvió a perpetrar varios robos, algunos de los cuales confesó en un juicio abreviado por el que fue condenado a tres años de prisión. Entre esos robos, en uno exhibió un arma ante la madre de uno de sus amigos, a quien le había sustraído las llaves para entrar a la vivienda. Y, todavía después, entró a countries de Pilar y Berazategui, cometiendo otros ocho robos por los que será juzgado después de las audiencias por el homicidio de María Marta.